La inflación y el insuficiente abastecimiento del comercio minorista constituyen dos de las evidencias más visibles de la crisis que afronta Cuba. Foto: Jorge Luis Baños_IPS.


Resumen político anual de 2023.

Redacción IPS Cuba 5 abril, 2024

La economía cubana afrontó en 2023 uno de los momentos más dramáticos después de la covid. A la contracción del PIB entre 1 y 2 por ciento condujeron pobres resultados en sectores claves, la brecha negativa creciente del comercio exterior y una inflación que no cede. El turismo cerró en positivo, aunque quedó por debajo de lo soñado.

A la vez, las autoridades demoraron la implementación de las medidas de estabilización macroeconómica que habían anunciado al cierre de 2022. La aceleración de la bancarización, una de las pocas transformaciones emprendidas en 2023, concitó rechazo parcial en la población. Otras medidas apuntaron a flexibilizar y ampliar la formación de las mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas) privadas y hasta se ensayó la entrada de bancos extranjeros en la actividad crediticia interna.

Pero la crisis golpeó en tres direcciones esenciales para la población y la economía: el abastecimiento de alimentos, los servicios de transporte y la reaparición deapagones por déficit en la capacidad de generación eléctrica.

Con ese contexto como trasfondo, Cuba comenzó  2024 con un grupo de disposiciones gubernamentales para elevar precios y tarifas en áreas básicas de la economía como la electricidad y los combustibles, combinada con incrementos de salarios de dos sectores presupuestados: educadores y médicos

Los anuncios acentuaron el clima de incertidumbre social, extendido después de la pandemia de covid por tres razones fundamentales: la inflación, la contracción económica que finalmente confirmó el gobierno en diciembre del 2023 y la propia demora gubernamental para implementar una respuesta sólida.

El año transcurrió prácticamente sin intervención de las autoridades para mover el timón de las políticas económicas. Los pocos pasos dados desde agosto para acentuar la bancarización generaron fuerte controversia. Además de muy escaso alivio a los fuertes desequilibrios del sistema monetario y cambiario, esas medidas de la banca provocaron la inquietud social que suele desatar cualquier ajuste económico en medio de una crisis.

Quizás por esta última razón, el gobierno vacila antes de adoptar cambios que impliquen giros drásticos en las formas de vida. Las medidas para corregir las distorsiones en la economía –definición gubernamental– las presentó en diciembre reciente. Algo había anunciado en esa dirección un año antes, durante la Asamblea Nacional del Poder Popular, como parte de un Programa de Estabilización Macroeconómica, pero 2023 transcurrió sin novedad sustancial en ese frente, mientras la crisis económica continuó extremándose.

PIB de crisis

El producto interno bruto (PIB) se contrajo entre uno y dos por ciento en 2023, en contraste con el tres por ciento de crecimiento que había proyectado el gobierno. Fue el dato preliminar que informó en diciembre ante el Parlamento el ministro de Economía entonces, Alejandro Gil Fernández –mes y medio más tarde fue separado del cargo y un mes después una escueta nota oficial denunció graves errores de Gil relacionados con la corrupción: la irritación causada en la poblaciónechó más leña a la incertidumbre social.

La caída del PIB en 2023 dio continuidad a dos años de crecimientos mínimos: 1,3 y 1,8 por ciento en 2021 y 2022, y la fuerte contracción de la economía durante la pandemia: -10,9 por ciento en 2020 y -0,2 un año antes. En más de un sentido, el escenario es espinoso.

El economista José Luis Rodríguez achaca la contracción a una suma de factores externos e internos, entre los cuales menciona el bloqueo económico de Estados Unidos como el principal. La mayoría de los expertos de criterio honesto coinciden en este punto. “Si se quiere ser justo”, razonó Rodríguez, es “el obstáculo fundamental para nuestro desarrollo, aunque no sea el único elemento que incide en la evolución de nuestra economía”.

Otros conflictos externos que continúan ahogando oportunidades para Cuba se relacionan con la crisis económica internacional, la inflación consecuente a escala global y la inestabilidad del comercio mundial como consecuencia también de la guerra entre Rusia y Ucrania y la agresión militar de Israel a Palestina.

Brechas en el comercio exterior

Con una economía que demora en reaccionar, Cuba no pudo evitar un mal año para sus negocios con el mundo. Las exportaciones llegaron a 9 070 millones de dólares, unos 770 millones de dólares menos que lo planificado. Creció de esta manera a unos 3 000 millones la diferencia que arrastra el país en comparación con  2019.

En este punto golpean en particular el mal momento que vive la agroindustria azucarera desde los años 90, el poco margen que dejó al níquel la caída de sus precios en la bolsa y la tibia reacción del turismo, que consiguió cerrar este año con balance positivo, aunque por debajo todavía de los topes previos a la pandemia. Dos sectores que continúan sosteniendo el grueso de las exportaciones cubanas son los servicios médicos a otros países y los medicamentos de la industria farmacéutica y de la biotecnología, pero no sin tropiezos. Entre los productos tradicionales, le ha ido mejor al tabaco.

La inflación global, entre tanto, cobró el gravamen lógico a las importaciones de Cuba. A pesar de mantenerse deprimidas las cantidades de productos que este país compra en mercados externos, se vio obligado a pagar 718 millones de dólares más que los erogados en el 2019. Las tensiones se hacen sentir, inevitablemente, tanto en el abastecimiento del mercado interno, como en la espiral alcista de precios puertas adentro.

Los conflictos más visibles de la economía y la vida socialen territorio cubano son la inflación y la depresión de la oferta de bienes en el comercio minorista. En términos monetarios, la primera se manifiesta en la devaluación de la moneda nacional, que se cotizaba en el mercado informal a unos 260 pesos por dólar al cierre del 2023, más de diez veces la tasa oficial, de 24 pesos por dólar, y más de dos veces la tasa que el Banco Central estableció desde agosto del 2022 para todas las operaciones de la población y del sector no estatal de la economía, de 120 CUP x 1 USD.

La convivencia discrepante entre dos tasas oficiales –la primera se mantiene activa para organizaciones estatales–, junto a una tercera tasa informal, constituye una de las distorsiones que más trabas pone a los encadenamientos productivos, comerciales y financieros entre empresas estatales y formas no estatales, con consecuencias graves para las cuentas del presupuesto estatal, el comercio minorista y mayorista interno y para los nexos con los mercados externos.

Inflación tensa

El índice de precios al consumidor (IPC) concluyó 2023 con un 31,34 por ciento de crecimiento en comparación con el año precedente, de acuerdo con reportes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Según el Ministerio de Economía y Planificación, 6,3 por ciento en el segmento estatal, 62 por ciento en el no estatal y 72 por ciento en el agropecuario.

Aunque los resultados evidencian una fuerte inflación, el ritmo de incremento de los precios disminuyó en relación con los años 2021 (inflación general de 77,3 por ciento) y 2022 (39,1 por ciento).

A la influencia internacional, se suman como causas ajustes internos probablemente imprescindibles, pero realizados con poca fortuna, como la emisión de dinero por el Estado para financiar un fuerte déficit del presupuesto, con el que sostiene salarios de sectores clave como la salud y la educación, entre otros gastos.

El ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro, informó a los diputados en diciembre que el déficit fiscal aumentó en 2023 a más de 98 000 millones de pesos. Equivale a más de dos dígitos en relación con el PIB, bastante por encima del estándar del 5 por ciento juzgado como razonable por los economistas.

Como causas de la inflación, el Ministerio de Economía y Planificación consideró tambiénla contracción de las ofertas del comercio interno, principalmente en el sector estatal, unido al déficit de fuerza de trabajo agrícola, su alto costo y los bajos rendimientos.

La magra oferta de bienes de consumo minorista se une a los conflictos generados por los bajos salarios y los enredos generados por un sistema monetario y cambiario que opera con tres tasas de cambio en la práctica y más de dos monedas. El escenario torna más urgente la adopción de medidas anunciadas desde el 2022 y otras promovidas en fecha reciente.

Turismo en expansión moderada

Los turistas se han tornado más visibles en las ciudades, señal de la reanimación de una industria que puede volver a convertirse en locomotora de la economía cubana. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La industria del turismo continuó en expansión en el 2023, aunque a un ritmo menor al que habían soñado las autoridades. Con dos millones 436 979 visitantes extranjeros al cierre del año, la recepción superó en más de 800 000 al registro de2022, pero quedó alrededor de un millón por debajo de lo planificado.

El crecimiento se vio favorecido por la apertura de nuevas aerolíneas, el incremento de frecuencias de viajes aéreos y la ampliación de destinos vacacionales en el país, con mejor relación calidad-precio. Cinco mercados emisores principales, Canadá, cubanos residentes en el exterior, Estados Unidos, Rusia y España, concentraron el 70,9 por ciento de las llegadas de visitantes.La mayoría de los mercados manifestó un paulatino aumento, excepto Reino Unido y Holanda.

El analista José Luis Perelló insiste en rechazar el concepto de “recuperar” indicadores del turismo de 2019, llamados prepandémicos y aboga porhacer “renacer” el turismo, con nuevas estrategias y modos de hacer en una nueva época, pero bajo condiciones financieras difíciles y restricciones que datan de antes de la pandemia de Covid-19.

La primera de las restricciones, el bloqueo intensificado de Estados Unidos. Los viajes a Cuba continúan entre los objetivos más perseguidos por las autoridades estadounidenses, con prohibición incluso de las incursiones people to people, lo que coloca a la mayor de las Antillas en situación de desventaja frente a otros fuertes enclaves del turismo en la región, como México y República Dominicana.

Bancarización en riesgo

En materia de medidas económicas, la novedad más relevante del 2023 correspondió a la bancarización. El 2 de diciembre entró en vigor la Resolución 93 del Ministerio de Comercio Interior, que estipula la obligatoriedad de adoptar en todas las entidades de comercio canales electrónicos de pago para uso de los consumidores. Fue un intento de acelerar una medida propuesta por el gobierno en agosto.

Cualquier actor económico –estatal, privado o cooperativo– con ofertas comerciales en Cuba, tiene la obligación de instalar terminales de punto de venta (TPV), más conocidos como POS, o al menos un código QR para que los consumidores puedan acceder a las pasarelas de pago de Transfermóvil o Enzona, las dos plataformas con mayor expansión en el país.

Las instituciones recibieron 60 días naturales para cumplir con esta exigencia. “Transcurrido este plazo –precisaba la norma de diciembre- se procede a la suspensión de la actividad que realizan”, si continúan carentes de algún canal electrónico para la comercialización de bienes y la prestación de servicios al consumidor.

Un mes después de publicada la Resolución 93, el Banco Central de Cuba (BCC) reportó “un crecimiento en los pagos digitales realizados a través de Transfermóvil y EnZona”. Pero el Presidente del BCC en diciembre, Joaquín Alonso –ahora ministro de Economía y Planificación– admitió ante los diputados que “estos incrementos (21,1 por ciento) no se corresponden con el aumento en el número de entidades que han contratado los servicios de las pasarelas, que ha sido del 30 por ciento”.

Pese a la expansión natural que consigue la bancarización en cualquier país por sus beneficios para comerciantes y consumidores, la vacilación para incorporarse al mismo pone en evidencia la desconfianza de los clientesen el sistema monetario y bancario cubano, o simplemente insuficiencia de cajeros bancarios y de otras condiciones técnicas imprescindibles para la transformación.

Mientras, el gobierno ha emprendido desde intensas campañas mediáticas y cursos virtuales, bonificaciones y otras atracciones hasta la orientación reciente de cierre de servicios a establecimientos de comercio que no habían implementado tales facilidades.

Al concluir 2023, las operaciones sin efectivo mediante cuentas asociadas a tarjetas de pago representaron un 68,30 por ciento del total, apenas superior en 4,94 por ciento a las de 2022.

Deficiente transporte público

ntre los servicios a la población, el transporte es uno de los más deprimidos. Datos del 2023 confirman una baja aguda de viajes en casi todo tipo de medio. De acuerdo con un informe de la ONEI con cierre en septiembre, el traslado en ómnibus públicos disminuyó a poco más de 250 millones de pasajeros, el 85 por ciento de lo registrado en igual etapa del 2022, año gris ya por las secuelas de la pandemia.

El Ministerio de Transporte, entretanto, estimó una transportación total de pasajeros de poco más de mil millones de personas (por ómnibus, taxis, ferrocarril y avión), prácticamente la mitad de los que se trasladaban dentro de Cuba en el 2018, antes de contraerse la economía con la covid.

Las guaguas, identificación del ómnibus en Cuba, prácticamente se han esfumado de las calles habaneras en horarios diferentes al amanecer y el atardecer. En otras ciudades han desaparecido del todo. Según la ONEI, el 86 por ciento del transporte urbano de pasajeros se concentró en tres ciudades –La Habana, Santiago de Cuba y Holguín– hasta el cierre del tercer trimestre. La capital movió al 68 por ciento.

El ministro de Transporte, Eduardo González, explicó en un programa televisivo que el decrecimiento “tiene que ver con la imposibilidad (del país) de acceder a la moneda libremente convertible”, limitación que achacó en primer lugar a las trabas del bloqueo de Estados Unidos. “La mayoría de los medios de transporte y sus componentes para la reparación se adquieren en el mercado internacional y para eso se requieren divisas”.

Cuba carece de recursos para importar medios de transporte nuevos, piezas de repuesto o materias primas para producir esas piezas en la industria cubana. A la contracción de vehículos en movimiento se ha sumado el drama de la baja disponibilidad de combustibles.

Conflicto energético

Después de las agonías de años anteriores, el suministro de electricidad consiguió cierta estabilidad enel verano del 2023. Pero la fragilidad se evidenció pronto. En octubre el déficit de generación volvió a golpear con la repetición de roturas imprevistas de termoeléctricas, en momento de reparaciones programadas en otras.

A pesar de los apuros, las autoridades de la industria eléctrica defienden el respeto a los mantenimientos planificados para no correr riesgos mayores en el futuro. Lo han reiterado a la prensa en momentos diversos el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, y el Director General de la Industria Eléctrica, Alfredo López.

En más de una oportunidad, el ministro también ha achacado la crisis electroenergética de Cuba a la carencia de combustibles por incumplimientos de compromisos de algunos países suministradores, unidos a las trabas que pone el bloqueo para negociar financiamientos con bancos de terceros países. El seguimiento de buquestanqueros en rumbo casi clandestino a puertos cubanos por el acoso estadounidense se ha convertido muchas veces en centro del drama.

Las limitaciones para importar petróleo mantienen vivo el problema. La carencia de diésel, por ejemplo, ha afectado tanto a la generación distribuida como a las termoeléctricas flotantes que el gobierno contrató a Turkiye para compensar el déficit de generación.

Los momentos más oscuros de la crisis energética retornan a cada rato con apagones que afectan a la población y la economía, unido a la reaparición de colas en las gasolineras

Entre las pocas medidas priorizadas por el gobierno en 2023 se encuentran las pensadas para abonar el ahorro de electricidad y estimular fuentes de energía propias. En octubre anunció nuevos precios e incentivos fiscales para la inversión en fuentes renovables de energía (FRE), tanto por actores de la economía como por la población.

En la Resolución 238 del 2023, el MFP reajustó las tarifas para la compra de electricidad a las empresas y viviendas que tengan instalados paneles solares u otros sistemas de generación eléctrica con fuentes renovables: 6 pesos cubanos para cada kilowatt-hora (kWh) que una residencia le entregue al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), mediante el empleo de paneles solares, sistemas eólicos u otras tecnologías de generación con FRE. Y de 3 pesos por cada kWh que le entreguen de igual manera los productores del sector no residencial.

Huecos en la canasta básica

Desde hace un par de años, el comercio de alimentos se ha convertido en punta hiriente de la crisis económica en Cuba. Ante la fuerte inflación que martilla a los mercados y el consumo, creció en 2023 la relevancia de la distribución de alimentos y productos de aseo que subvenciona el Estado, en bodegas y tiendas de barrio. Este comercio garantiza, al menos, precios bajos para algunos bienes esenciales y protege parcialmente a las familias en situación más vulnerable.

Las economistas Betsy Anaya y Anicia García, del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), alertan, sin embargo, que también han subido los precios de los productos en la canasta normada que se distribuye mediante la libreta de abastecimiento. Otros estudios, entretanto, argumentan que esta distribución cubre menos de la mitad de las necesidades básicas de alimentación.

En el programa televisivo Mesa Redonda, el viceministro primero de Comercio Interior, Yosvani Pupo Otero, admitió que en 2023 no se pudieron evitar trastornos en este comercio y reconoció fraccionamientos y demoras en la distribución de la canasta familiar, agravados durante el segundo semestre.

Después de la pandemia, la población ha visto reducciones o irregularidades sucesivas en la distribución de productos básicos para la cocina cubana como el azúcar, la sal, el café, los huevos y el aceite. Algunos eran tradicionales en la producción nacional y han pasado desde hace años a depender de las importaciones. El arroz, los granos y los cereales para la producción estatal de pan, otros tres alimentos tradicionales en la dieta cubana, también han padecido irregularidades por conflictos de importación.

“La familia estaba acostumbrada a recibir el cien por ciento de los recursos, con el per cápita establecido, los días primeros de cada mes. Pero esto no ha ocurrido”, reconoció el viceministro primero de Comercio Interior, al analizar los desabastecimientos más recientes.

Ante el debilitamiento de las ventas en las cadenas estatales de comercio, las formas privadas se han extendido rápidamente después de la pandemia. Pero como operan con precios determinados por la oferta y la demanda en un entorno inflacionario, los consumidores de menor poder adquisitivo ven limitado el acceso a estos mercados o recurren a los mismos de manera irregular.

Mipymes en expansión

El 2023 fue otro año de expansión de las mipymes. Si se compara con las 6 138 registradas en 2022 (Anuario Estadístico), las mipymes privadas dieron un salto deotras 3 514 en el año más reciente, para llegar a 9 652 desde que el gobierno dio luz verde a esta nueva forma organizacional en septiembre de 2021. También le dio entrada a 168 mipymes estatales, 464 cooperativas no agropecuarias y unos 596 000 trabajadores por cuenta propia.

El ámbito empresarial quedó integrado además por 2 531 empresas estatales, 5 138 cooperativas de actividad agropecuaria y 106 empresas mixtas, de acuerdo con el informe del Ministerio de Economía en diciembre.

En el año, las autoridades continuaron adoptando regulaciones para acomodar mejor la actuación de las nuevas mipymes en el modelo económico del socialismo cubano. Además de flexibilizar las actividades autorizadas a estos actores económicos no estatales ha descentralizado gradualmente hacia los municipios su proceso de aprobación.

Pero el gobierno concitó igualmente dudas sobre su disposición a beneficiar a estas formas privadas, cuando eliminó las exenciones de impuestos de que disponían las mipymes durante el primer año de vida y extendió la aplicación del impuesto sobre las ventas a la totalidad de operaciones que realizan.

Considerados por muchos entendidos como una de las transformaciones más radicales en la reforma socioeconómica iniciada en 2011 en Cuba, las mipymes se han hecho sentir en el comercio minoristay comienzan a mostrar presencia en el comercio exterior, pero de manera limitada.

En la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2024) estos nuevos actores económicos estuvieron presentes de manera más efectiva. Guajiritos S.A., Dofleini e Ingenius son tres de las mipymes privadas de éxito en el ámbito informático, que presentaron y ofertaron servicios y productos cada una en su propio stand.

El grueso de estas formas empresariales, sin embargo, se concentra en servicios de gastronomía y alojamiento (22,1 por ciento) y de la construcción (20,1 por ciento). Reproducen la tendencia más común de sus antecesores, los trabajadores por cuenta propia. Pero la economista Ileana Díaz valora de positiva la presencia de las mipymes en actividades manufactureras (19,6 por ciento) y en la producción de alimentos y bebidas (12 por ciento), dos de las áreas más debilitadas en la economía cubana actualmente.

El aporte de las mipymes al PIB es del 7,7 por ciento, de acuerdo con datos del Ministerio de Economía. El consenso de economistas destaca más el beneficio de estas empresas como oportunidad laboral, al ofrecer trabajo a 225 000  personas -189 000 son nuevos empleos-, por lo general mejor remunerados que en el sector estatal.

La tendencia a la importación de bienes terminados y no de materias primas para producciones de la industria nacional es una de las debilidades mayores que evidencian las mipymes privadas, de cara a un encadenamiento más efectivo entre las formas estatales y no estatales, condición necesaria para el desarrollo de estas nuevas formas empresariales en el contexto cubano.

Banca extranjera en Cuba

Aunque con mucha cautela todavía, el gobierno también flexibilizó la participación de bancos extranjeros en el escenario económico nacional. El BCC autorizó a mediados de año la actividad en Cuba de un banco español con licencia de operación más amplia que la otorgada tradicionalmente a la banca extranjera.

La Corporación Financiera Alto Cedro S.A., en Cuba desde el 2020, vinculada con el banco Santander, recibió luz verde mediante la Resolución 105/2023 del BCC para reconvertirse en Alto Cedro, Banco Corporativo S.A. Pertenece a la sociedad mercantil Alto Cedro Finanzas Internacionales radicada en Madrid.

La licencia que la autoridad bancaria cubana adjuntó a la Resolución, a favor de la nueva entidad, permite a esta última “desarrollar en el territorio nacional con las personas jurídicas las operaciones de intermediación financieras y sus servicios afines”. A diferencia de las facultades que tenía antes la corporación financiera, el banco Alto Cedro puede “abrir cuentas y mantener depósitos en moneda nacional y moneda extranjera, vinculados con los financiamientos que otorgue”.

Incluso, autoriza a este nuevo banco a “recibir y otorgar préstamos u otras modalidades de crédito o financiamientos” para las empresas cubanas, incluidas las formas no estatales, si los autoriza previamente el Banco Central de Cuba.

Pese a la moderación evidente en el paso, la disposición implicó una novedad singular, pues los bancos extranjeros prácticamente solo entraban antes en Cuba mediante oficinas de representación de escaso alcance y poca o nula participación en la actividad crediticia.

Tanto el banco español como las autoridades cubanas han manejado las operaciones de esta nueva entidad con mucha discreción.

Concentrados en la producción de alimentos

Fieles a la tradición económica de la Revolución Cubana, las autoridades han estado enfocadas al rescate de las capacidades productivas autóctonas de alimentos. Los medios de comunicación siguen a los principales dirigentes en el recorrido por aquellas cooperativas agrarias que han encontrado solución para incrementar rendimientos, a pesar de no disponer de recursos mecanizados, ni los fertilizantes y herbicidas de importación.

Pero les golpea el desencanto de no pocos agricultores y la emigración hacia otros oficios, territorios o países, en busca de oportunidades y labores personales mejor remunerados. La agricultura no solo siente la pérdida de recursos materiales, sino también la de recursos humanos. La seguridad alimentaria pierde terreno, pese a estar definida como objetivo estratégico.

Los ajustes parciales en esta área de la producción y en otras como la industria alimentaria –estatal y no estatal– y la de materiales de la construcción no han resultado suficiente para reactivar la economía por el momento.

Los ojos y el debate se vuelven inevitablemente hacia otras grandes metas, sin las cuales parece poco sostenible una transformación y reacción positiva del modelo económico: una reforma empresarial que profundice la descentralización en marcha de las empresas estatales y el reordenamiento macroeconómico del sistema monetario, cambiario y bancario, que permita una reducción del déficit fiscal y la inflación. Son las grandes deudas que el modelo económico y social cubano mantuvo en 2023.

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