Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual, llamó a seguir uniendo esfuerzos para construir ese mundo justo que necesitamos y lograr la integración de las personas con una orientación sexual o una identidad de género diferente a la norma heterosexual.
Yuniel Labacena Romero - Juventud Rebelde.- Una vez más la Jornada nacional contra la homofobia estuvo dedicada a la familia, por su enorme responsabilidad social para acabar con los prejuicios y la discriminación, y brindar desde el hogar amor, respeto, e inclusión, pues este es uno de los espacios más importantes para conseguir una cultura de paz y la unidad en la diversidad.
Así expresó Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), a su llegada al Pabellón Cuba, sede nacional de la Asociación Hermanos Saíz, que se convirtió este sábado en el centro de las actividades por la VII Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia.
Luego del panel Familia —espacio de inclusión—, en el cine La Rampa y de la tradicional conga contra la homofobia, que recorrió la capitalina calle 23 hasta el Pabellón, Castro Espín llamó a seguir uniendo esfuerzos para construir ese mundo justo que necesitamos y lograr la integración de las personas con una orientación sexual o una identidad de género diferente a la norma heterosexual.
El programa de acciones incluyó pruebas rápidas de diagnóstico de VIH, venta de ropas, artesanías, libros y otros artículos, proyección de audiovisuales, cortos y videoclips, promoción de salud e informaciones sobre identidad de género y diversidad sexual coordinados por las redes sociales del Cenesex y del Centro Nacional de Prevención de las ITS-VIH/sida.
Al cierre de esta edición tenía lugar en el teatro Karl Marx la gala cubana contra la homofobia.
