El fragmento que incluye mis palabras, expresa lo siguiente:
Francisco Rodriguez Cruz, a Cuban LGBT rights advocate and blogger who supports Mariela Castro, also applauded Obama.
“It is a brave gesture on his part,” Rodriguez told the Blade from Havana.
Rodriguez said he would like Obama to discuss the U.S. embargo against Cuba and other “bilateral relations on new issues that would have to be resolved between both nations.”
“I would particularly like it if Obama were to speak about the rights of LGBTI people, and highlight U.S. advances and limitations on this topic as an important international reference to incorporate our experience in the fight against discrimination based on sexual orientation and gender identity,” Rodriguez told the Blade.
La traducción literal que yo pude hacer, en mi imperfecto inglés, sería más o menos la siguiente:
Francisco Rodríguez Cruz, un cubano defensor de los derechos LGBT y bloguero que respalda a Mariela Castro, también aplaudió Obama.
“Es un gesto valiente de su parte”, dijo Rodríguez al Blade desde La Habana.
Rodríguez dijo que le gustaría que Obama abordara el embargo de EE.UU. contra Cuba y otras “relaciones bilaterales sobre nuevas cuestiones que tendrían que resolverse entre ambas naciones.”
“En particular, me gustaría que Obama hablara de los derechos de las personas LGBTI, y poner de relieve los avances y limitaciones sobre este tema en los Estados Unidos, como una importante referencia internacional para incorporarla a nuestra experiencia en la lucha contra la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género”, dijo Rodríguez al Blade.
Como de un idioma a otro hay matices que desaparecen, les transcribo exactamente lo que le respondí a The Washington Blade:
“Es un gesto valiente de su parte. Pondrá a prueba la madurez política del pueblo cubano. Además de temas medulares como el bloqueo y las relaciones bilaterales sobre nuevas bases que habría que fundar entre ambas naciones, me gustaría en particular que Obama hablara en Cuba sobre los derechos de las personas LGBTI, y expusiera los avances y limitaciones de los Estados Unidos en ese tema, como una referencia internacional importante para incorporarla a nuestra experiencia en la lucha contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género”.
Aclaro, por último, que no creo que el Presidente Obama pueda, ni deba, ni tenga que referirse en específico a la realidad de las personas LGBTI en Cuba. Podemos aprender de todo el mundo, pero no nos gusta que nos den lecciones sobre lo que tenemos o no qué hacer, ni en este ni en ningún otro tema social, económico o político. Es arrimarlo a nuestra sardina como brasa ardiente, no ponerlo de chef de cocina.