Cubainformación - Realización y edición: Ana Gil.- “Feminismos negros en clave descolonial. Enfoques, tensiones y futuros desde Cuba” es el título de las conferencias que ha estado impartiendo en Barcelona y Bilbao Rosa Campoalegre Septien, investigadora del CIPS, el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas de La Habana y quien es coordinadora, además, del grupo de trabajo “CLACSO Afrodescendencias y propuestas contrahegemónicas”. Conversamos en el estudio de Cubainformación TV.


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Feminismo y racialidad: ¿hay un “feminismo negro” en Cuba?, preguntamos a la profesora. También la interpelamos sobre el concepto de “afrodescendencia”, muy asumido por los movimientos antirracistas en EEUU o Colombia, pero en Cuba sumamente polémico, y criticado por quienes consideran que es un elemento desarticulador de la identidad cubana unitaria. Campoalegre considera que "es buena la polémica" y que sea "tema de debate". Pero rechaza que sea factor de división, sino, al contrario, de unidad y de lucha antirracista.

Le preguntamos por los espacios que quedan aún de racismo en Cuba, a pesar de los avances y la política institucional. "No basta una Revolución para acabar completamente con el racismo", que habita en el "imaginario social" y en ciertas "discriminaciones que este genera", nos explica.

Nos habla, por ejemplo, de las diferentes capacidades que tienen los distintos grupos sociales en "aprovechar las ventajas y oportunidades de acceso que les brinda el socialismo". Y también de ciertas actitudes racistas en algunos sectores emergentes de la economía, especialmente el sector privado.

Sobre el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas de La Habana, en el que trabaja, y en el que se realizan numerosos estudios sobre la realidad de Cuba para la aplicación después de políticas públicas, nos dice que pone el "termometro a la sociedad cubana para transformarla" hacia una mayor igualdad.

Considera que, en el marco del perfeccionamiento del socialismo en Cuba, "el tema de la igualdad debe afrontarse desde la diversidad", porque "la lucha por el socialismo es también la lucha por las diversidades". "El socialismo cubano no debe abandonar sus principios a la vez que debe actualizarse". Y recuerda que "hay un debate sobre el tema racial en la Asamblea Nacional" de Cuba, y que fue uno de los temas importantes en el pasado Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Rosa Campoalegre nos da un dato interesante: el 9,3 % de la población cubana actual es considerada "negra", pero el 30 % tiene una ancestra africana.

“La lucha por el socialismo en Cuba es también una lucha desde las diversidades”

Entrevista: José MANZANEDA / Transcripción: Aurora VILAR / Cubainformación.- “Feminismos negros en clave descolonial. Enfoques, tensiones y futuros desde Cuba” es el título de las conferencias que imparte Rosa Campoalegre, investigadora del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) de La Habana, y quien coordina el grupo de trabajo “CLACSO, afrodescendencias y propuestas contrahegemónicas”, también en la capital cubana.

Rosa, ¿realmente existe el feminismo negro en Cuba?

Las feministas sabemos que sí, que hay otros feminismos, que el feminismo no es una masa homogénea. Es como el mundo en que vivimos: muy heterogéneo. Si entendemos que el feminismo es teoría crítica, que es un campo de acción o más bien de batallas, pero que también el feminismo es lugar de enunciación, entonces ese lugar de enunciación para las afrocubanas es el feminismo negro. Sí, existe el feminismo negro en Cuba porque existen voces, corazones, luchas, esperanzas, sentimientos, identidades desde la negritud.

El CIPS es un centro que realiza estudios enfocados al desarrollo posterior de políticas públicas en disímiles problemáticas sociales en Cuba. Me gustaría que nos explicaras cuál es el trabajo que hacéis.

Desde el corazón, definimos el CIPS como una maravilla. Desde las academias lo definimos como la institución mayor de las Ciencias Sociales fuera de las universidades cubanas. Pertenecemos al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Es una institución líder en los estudios sobre la realidad cubana. Avanzamos estudios sobre generaciones, juventudes, infancias, relaciones laborales, religiosidad, familias (tengo el gusto de coordinar ese área), etc. También sobre las comunidades. Realizamos estudios psicosociales de salud, estudios que tienen que ver con la pedagogía, con la creatividad, con los diálogos productivos, estudios sobre desigualdades y estructura social…

Hay un abanico de asuntos que constituyen tendencias importantes de la sociedad cubana de hoy. Lo que hacemos es acercarnos a esas realidades, caracterizarlas y de ahí pasamos a los porqués y a las propuestas y las transformaciones. Se trata de hacer un diagnóstico, ponerle el termómetro a la sociedad cubana, explicárnosla, y compartirlo para trasformarla.

Nuestro modelo de análisis se basa en la investigación, acción y participación, con un enfoque centrado en la interseccionalidad, es decir, ver cómo todos los procesos se conectan y cómo no hay una sola explicación para la sociedad cubana actual. Hay diversas explicaciones, diversos ángulos de análisis, diversas perspectivas. Insistimos en que Cuba es muchas Cubas, que hay muchas Cubas en una sola Cuba. Esa mirada a las profundidades de la Cuba de hoy, a las preguntas y a las respuestas, a los caminos a adoptar es la mano que tiende el CIPS a la sociedad cubana de hoy.

El concepto de afrodescendencia, asumido desde hace ya muchos años por la lucha antirracista en Estados Unidos, Colombia y otros lugares, causa sin embargo cierta polémica en Cuba. Hay personas que consideran incluso que puede ser un elemento desarticulador de una identidad unitaria como nación. ¿Qué opinas al respecto?

Donde no hay polémica no hay ciencia. Y este tema es especialmente polémico. En la historia nacional, en el propio ideario martiano, encontramos la tesis que alertaba de que “racista” es una palabra confusa que había que poner en claro. Yo creo que todavía no la hemos puesto en claro. José Martí divulgó la idea de que todas y todos somos cubanas y cubanos y que el objetivo político de la unidad estaba por encima de cualquier causa. Llegó a decir Antonio Maceo: “Nada pedir como negro, todo como cubano”. Las luchas en el país siempre se vieron marcadas por cierto conflicto entre la identidad racial y la lucha y sus objetivos de unidad. La idea de que la reivindicación de tipo racial puede afectar a la unidad ha contribuido a la baja visibilidad y al poco entendimiento del tema en el país. Y ha ido relegando el “tema afro”.

Hoy nos damos cuenta de que la lucha por el Socialismo es también una lucha desde las diversidades y es una lucha que implica el reconocimiento de estas diferencias. Es importante el enfoque, hace unos meses, en la Asamblea Nacional, del compañero Raúl Castro, que explicaba hasta dónde hemos llegado y qué limitaciones tenemos en este asunto. Es un tema de debate público y no un tema que afecte a la unidad; todo lo contrario, puede contribuir a la unidad de cubanos y cubanas de una manera más activa. Algunos piensan que el concepto de afrodescendencia emerge por influencia norteamericana. Nosotros nos distanciamos de esa idea. Emerge por la lucha en los procesos de preparación de la Conferencia de Durban y de la Conferencia de Santiago de Chile contra el racismo, la xenofobia y otras formas conexas. Es un concepto político que nos define como pueblo. Las feministas negras caribeñas, sobre todo, avanzaron en este concepto en el sentido de descolonizar a partir de deconstruir el enfoque colonial de que éramos algo desde el punto de vista fenotípico.

Se asumió el concepto de afrodescendencia en el sentido político: un pueblo afrodiaspórico que reivindica iguales o similares metas comunes, y que ha sufrido vivencias comunes relacionadas con la trata, con la esclavitud y los impactos del racismo. Lo importante es que este concepto está funcionando como instrumento de lucha antirracial y que ha generado cambios importantes en la región (que hoy se están desarticulando por el impacto de una ofensiva de las fuerzas de la derecha).

Se discute mucho sobre si somos primero cubanos, si somos afro… yo creo que el concepto afrocubano está articulando, está uniendo, y la unidad es la clave de la nación cubana. Creo que en el término “identidades” el corazón también manda… si esas personas se sienten afrocubanas, negras, cubanas, ¿por qué han de sentirse otra cosa?

Pero la cuestión no es de concepto, sino de estrategias, para las que es necesario tener los conceptos claros. Está funcionando el concepto de afrodescendencia como comunidad afrodiaspórica, como pueblo, como intereses y genealogías comunes, como modos de asumir y enfrentar las realidades, como escenarios y campos de creación y de lucha. La polémica sigue en pie y me alegra que la haya porque implica que estamos reflexionando.

En Cuba, a pesar de una política pública institucional claramente antirracista, existen bolsas de racismo, como en todos los países del mundo. ¿Cómo se manifiesta esto y qué más crees que se debería hacer para enfrentarlo?

Pienso que un aporte importante es el mostrar que la obra de la Revolución, pese a ser un proyecto tan humano de justicia social, que ha favorecido a las negras y negros, no basta para acabar con el racismo. El racismo, como dice Aníbal Quijano desde el pensamiento descolonial, sigue siendo hoy el principal campo de conflicto en muchos países de la región por ser eje de la colonialidad, del poder, del saber y del género.

En Cuba dejó de existir una sociedad estructurada para la desigualdad racial y eso no volverá. Pero hay otras caras del racismo. El racismo vive en los imaginarios sociales, en la discriminación simbólica: por ejemplo, hacia el cuerpo hipersexuado de la mujer negra como objeto de placer, como imagen de Cuba para el turismo sexual. Vive, por ejemplo, en el modo de asumir las parejas interraciales por parte de las familias. Se ha demostrado que es diferente la capacidad de aprovechar las ventajas del Socialismo por todos los grupos sociales (no la posibilidad de acceso a ellas, que todas y todos la tenemos). Esto se ha observado en la Educación Superior, en el turismo y también en el sector emergente de la economía cubana. En los puestos clave de ese sector –el trabajo por cuenta propia– la presencia negra no es tendencia. El acceso a los cargos de dirección es una tarea planteada por el Partido Comunista de Cuba en varios congresos. A pesar de que ahora hay dos vicepresidentas negras en el Consejo de Estado, además del presidente de la Asamblea Nacional, decimos que no es suficiente. Y el propio Partido dice que no lo es, a pesar de tener una Asamblea Nacional con fuerte presencia negra. Es necesaria la complementariedad entre esas políticas basadas en que nadie quede desamparado y que hacen de Cuba lo que es, y las políticas de reconocimiento que atiendan más las diferencias.

Tienen que destruirse esos mitos de que las personas negras son especialmente buenas para determinadas profesiones o cargos. También debemos replantearnos qué hemos alcanzado con las políticas de cuotas y si nos han ayudado. Es importante que las políticas públicas atiendan a la invisibilidad y generen alternativas desde el activismo afrodescendiente. Hay un importante activismo afrodescendiente liderado por mujeres negras. Escuchemos eso, démosle más protagonismo y participación, oigamos cómo se interpreta desde las negritudes la maravilla que es vivir en revolución en Cuba y articulémoslo con lo mejor que ha hecho Cuba, que es el respeto a la dignidad, la universalidad de las políticas públicas. Las interpretaciones son diferentes porque las experiencias son diferentes y no todos ni todas llegamos al Socialismo de la misma manera ni hemos vivido de la misma manera en el Socialismo.

Me gustaría que nos hablaras sobre el papel de las mujeres negras cubanas en la cultura, en la academia, en la política del país.

Los estudios recientes de genética demuestran que más de un 30% de la población cubana tiene una ancestra africana. Nos viene de sangre. Sin embargo, hoy se reivindican como negros y negras sólo el 9,3% de la población cubana, lo que invita a seguir profundizando en cuáles son nuestros imaginarios. Coordinamos la Escuela Internacional de Postgrado “Más allá del decenio” (Decenio Internacional para los Afrodescendientes de Naciones Unidas, 2015–2024), del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Este año está dedicada a Nelson Mandela en su centenario. La imagen de la escuela es Carlota, mujer esclavizada que lideró a otras mujeres esclavizadas negras de Cuba contra el colonialismo español.

Fue fundamental el aporte de la mujer de la Cuba revolucionaria en el Periodo especial cuando, desde los sectores más vulnerables, las mujeres asumieron la supervivencia de las familias, acompañando la estrategia del país de resistir y desarrollarnos para enfrentar la crisis. La mujer negra cubana es importante en determinadas esferas de la economía: hasta determinado nivel, donde los liderazgos negros van desapareciendo. Uno de nuestros objetivos es fortalecer el protagonismo de las mujeres. Unos quince proyectos socioculturales importantes en La Habana han sido liderados por mujeres negras. A riesgo de dejar sin mencionar nombres, algunos de los proyectos y redes dirigidos por mujeres son: Barriada Afrodescendiente, con Marisa López; Afrocubanas, con Daysi Rubiera; Equidad y Justicia Racial, con Dennis Torres; La Muñeca Negra, con Margarita Montalvo; mirArte diaDía, con Myrna Padrón... En la cultura mencionaría a la Premio Nacional de Poesía, Georgina Herrera, con su “Yo soy la fugitiva”; o a nuestra Nancy Morejón, que dijo que todavía siente las huellas del mar que la hicieron atravesarlo y narra la experiencia de la mujer negra en la Cuba de hoy; o Magia López, de las nuevas generaciones de lideresas negras. En lo académico tenemos a Yuleisy Almeida, en la Universidad de La Habana. Seguro que me he dejado nombres por decir, que me disculpen.

Por primera vez en Cuba y en América Latina tenemos una escuela internacional del tema afro en el ámbito del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, que ha celebrado el primer seminario internacional de feminismo negro en La Habana dedicado a la concejala lesbiana afrofeminista Marielle Franco, asesinada en Río de Janeiro. Este año se han defendido dos tesis doctorales sobre el tema negro en Cuba, como la de la activista Gisela Arandia. Hoy somos parte de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, y de la Articulación Regional Afrodescendiente (ARA).

Cuba cambia porque está perfeccionando un modelo social que no abandona sus ejes principales, objetivos o principios, pero sí encarna una manera diferente, conceptuada como actualización, de enrumbar los procesos económicos y sociales del país en busca de un socialismo sostenible y próspero, donde la igualdad se diversifica, es tratada desde la diversidad y donde todos los sectores de la sociedad cubana tenemos un mayor protagonismo y participación. 

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