De hecho, dirigió la implementación de las grandes tareas acometidas por la Federación y organizó a las mujeres en sus filas. No puede obviarse que el proceso cubano de igualdad de la mujer ha estado signado por la impronta del pensamiento de Fidel y de Vilma. Sus concepciones acerca de la verdadera cultura de la igualdad han propiciado la ejecución de leyes, programas y acciones transformadoras y revolucionarias.
Y es que ella supo interpretar y materializar desde la Federación de Mujeres Cubanas, con fidelidad y creatividad absolutas, las ideas de Fidel sobre la igualdad de derechos de mujeres y hombres. Combatiente de la clandestinidad y la insurrección, Vilma participó bajo las órdenes directas de Frank País, en el levantamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba, y una semana antes del asesinato de inolvidable Frank, fue nombrada por éste coordinadora provincial del Movimiento en Oriente.
Pero Vilma no solo lideró la constitución de la FMC y desempeñó un papel de primer orden para forjar su unidad y convertirla en una fuerza grande y poderosa. Su indiscutible prestigio político, inteligencia, poder de persuasión y convicciones revolucionarias, le permitieron atender numerosas responsabilidades afines y participar, asimismo, en la elaboración de la legislación revolucionaria sobre la igualdad y otros temas prioritarios para la Revolución.
De hecho, fue promotora de importantes cuerpos legales que plasman las conquistas de los derechos femeninos, así como del Código de la Niñez y la Juventud. Especialmente, impulsó medidas severas encaminadas a proteger la infancia y la adolescencia.
Símbolo y ejemplo, la Presidenta eterna de la FMC estará con nosotros a la vanguardia siempre.
