Dra. Beatriz Torrez y Dra. Ivón Ernand * - Revista Mujeres.- El 31 de diciembre de 2019, las autoridades chinas de la ciudad de Wuhan reportaron 27 casos con un cuadro respiratorio agudo, que rápidamente fue identificado como Covid-19, un nuevo virus que forma parte de la familia de los “coronavirus”. Estos son causantes de enfermedades respiratorias que van desde un resfriado común o gripe hasta enfermedades más graves como la insuficiencia respiratoria o la neumonía y que, en el peor de los casos es causante de muerte.


¿Qué es la COVID-19?

Los coronavirus son una familia de virus que causan infección en los seres humanos y en una variedad de animales, incluyendo aves y mamíferos como camellos, gatos y murciélagos. Se trata de una enfermedad zoonótica, lo que significa que pueden transmitirse de los animales a los seres humanos, a través del contacto persona a persona, mediante pequeñas gotas de saliva de quien porta el virus, expulsadas al toser. Una sola persona infectada puede contagiar entre 1 y 4 contactos cercanos, pero pueden ser muchos más.

Los coronavirus que afectan al ser humano pueden producir cuadros clínicos que van desde el resfriado común, con patrón estacional en invierno, hasta otros más graves con complicaciones severas que causan, incluso, la muerte.

Los síntomas más comunes del Covid-19- son muy banales: malestar general, dolor de cabeza, tos, fiebre, molestias en la garganta, que pueden irse agravando y presentar cuadro respiratorio severo. Para saber si una persona padece de Covid-19, es prioritario hacerse la prueba, por tanto, si se presenta cualquier síntoma, por leve que parezca, es necesario acudir al hospital o a cualquier centro de salud para una valoración especializada. Es importante no automedicarse ni subestimar la situación, contentándose con falsas apreciaciones y diagnósticos que solo contribuirán a retrasar la inevitable y peligrosa verdad en muchos casos, que puede afectarnos personalmente o a nuestros seres más queridos.

Tienen mayor riesgo de contagio los adultos mayores de 60 años y quienes padecen enfermedades como la diabetes o con insuficiencia respiratoria o cardiacas, pero tristemente ya existen ejemplos de jóvenes y niños pequeños enfermos.

Resulta muy importante conocer que el virus puede sobrevivir en el aire o en diferentes superficies por varias horas, pero puede eliminarse con acciones de protección personal y limpieza frecuente en el hogar (puertas, manijas, sillas, superficies de muebles, los mandos de los equipos electrónicos, el mouse, el teclado de la computadora y las pantallas de celulares y tables). El aislamiento social es decisivo. Debe evitarse el contacto cercano con personas que tengan síntomas de gripe, andar en la calle o asistir a reuniones o eventos masivos.

Como todavía no existe una vacuna, las medidas de protección recomendadas son: cubrir la boca y la nariz con un pañuelo o nasobuco, si se utiliza papel sanitario o servilleta para cubrirse la boca, tirarlo después de usado, el lavado frecuente de manos, evitar dar besos, saludar o andar tomados de la mano. Hay que evitar compartir vasos, platos u otros artículos de uso personal, de igual forma, hay que desinfectar los objetos y superficies que se tocan.

Frente a la propagación mundial de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud la ha declarado como una emergencia de salud pública y recomienda a la población permanecer en cuarentena o aislamiento para evitar la propagación del virus, proteger la salud y prevenir muertes asociadas al coronavirus.

Quedarse en casa sin violencia

Ante esta pandemia, el gobierno cubano ha adoptado diversas medidas para combatir el COVID-19 y salvaguardar la salud y vida de toda la población, entre ellas, el aislamiento social.

Parece paradójico que no todas las personas se encuentran a salvo al interior de sus hogares, lo que está relacionado con la violencia de género. Esta situación provoca que estas medidas afecten de manera diferenciadas a hombres y mujeres. Según ONU Mujeres, en momentos de crisis o de tensión –como el que provoca el aislamiento o la cuarentena- tiende a incrementarse los casos de violencia doméstica, abusos y explotación sexual. Cuba no es la excepción. 

Según la Encuesta de Igualdad de Género (2018), del Centro de estudios de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 26,7% de las mujeres de 15 a 74 años ha sido víctima de alguna de las manifestaciones de violencia en su relación de pareja “en los últimos 12 meses”. Un 22,6% declaró haber sido víctima en “algún otro momento de su vida” y también “en los últimos 12 meses”, por lo que ha sufrido violencia “a lo largo de su vida”. El tipo de violencia contra las mujeres que prevalece en las relaciones de pareja, es la psicológica, y en segundo lugar, con mucha frecuencia, fueron declaradas manifestaciones de violencia económica.

Todos estos datos muestran la posibilidad de sufrir violencia en el ámbito privado, dígase en sus hogares, por lo que un grupo de mujeres, puede estar expuesta a una situación de riesgo en su propia vivienda. La convivencia cotidiana, obligada, las limitaciones del aislamiento, la afectación que provoca en cada persona la grave situación mundial con peligro para la vida, el mal manejo de la ira y la dificultad para el control de las emociones, puede incrementar las relaciones violentas en algunas personas.

Tomando en cuenta la situación que vivimos, ofrecemos algunas indicaciones que pueden ayudar a las mujeres que se encuentren en aislamiento o riesgo de sufrir alguna situación de violencia. 

¿Qué puede HACERSE durante el aislamiento para alertar una situación de violencia? 

1- Identificar, prestar atención y dar seguimiento a cualquier manifestación de violencia que pueda presentarse, tanto dentro como fuera del hogar, tales como:

Violencia psicológica: incluye toda conducta que cause sufrimiento a la mujer que la recibe, desde la desvalorización, insultos, menosprecios, intimidación hasta amenazas,  abuso de poder,  control del celular,  limitación o impedimento de la comunicación con amigas, amigos o familiares, exigencia de obediencia,  ignorar o utilizar el silencio como castigo, hacerla responsable de todo lo negativo que ocurre en la casa para que  así, sienta culpa por todas las situaciones conflictivas que se presenten en el entorno familiar o de pareja. 

• Violencia verbal: caracterizada por acusaciones, insultos, amenazas, juicios de valor, humillaciones, críticas degradantes hacia el cuerpo o por actividades realizadas, órdenes agresivas o gritos constantes. 

• Violencia física: agresiones contra el cuerpo de la mujer, niña o adolescente. Incluye empujones, jalones de cabellos, golpes, mordidas, heridas o quemaduras. Según su gravedad, pueden llegar a provocar la muerte.

• Violencia económica: toda acción u omisión que emprenda un agresor encaminada a impactar de manera negativa la supervivencia económica tanto de la mujer como de su familia.  Puede manifestarse como controlar, limitar o esconder el dinero existente, negar su aporte para cubrir los gastos de vivienda, alimentos, salud, medicamentos u otros no previstos pero necesarios para afrontar una situación emergente.

• Violencia sexual: obligar a la mujer a tener relaciones sexuales o tocar su cuerpo sin su consentimiento. También son los abusos, acosos o tocamientos a jóvenes, adolescentes, niños o niñas, bajo amenaza de lastimar o causar sufrimiento tanto a ella como a otras personas de su familia. 

Todas esas acciones son tipos de violencia y tienen como objetivo causar intranquilidad e inestabilidad emocional a las mujeres, por tanto, no deben ser toleradas, justificadas o aceptadas.  

Es importante denunciar la violencia que se ejerce contra mujeres, jóvenes, niños y niñas y prestar atención a cualquier situación que pueda poner en riesgo tanto su salud física como mental. 

La violencia contra las mujeres, es una epidemia que hay que enfrentar a  todos los niveles.  No culpes, juzgues, critiques o ignores cualquier situación o acto de violencia que vivas o presencies.

2- Busca apoyo:

En caso de sufrir o presenciar algún tipo de violencia, asiste a las instituciones que pueden orientar y a otras que tienen líneas disponibles para alertar y ofrecer apoyo: Fiscala (Línea ayuda: 802 12345), PNR (106), FMC (Dirección Nacional: 7838-3540//7838-3541//7838-3542), y Consejería del Centro Oscar Arnulfo Romero (consejeriaoar@gmail.com)

3-Protege tu vida y la de otras personas que puedan estar en riesgo:

Si sientes que tú o alguien de tu familia puede estar en riesgo, resguárdate con familiares o vecinos que puedan ofrecer protección hasta que lleguen las autoridades.

4-Clave de seguridad:

Como medida de autocuidado, es importante crear una clave –puede ser un número o una palabra –que puedas enviar de manera rápida vía WhatsApp o por mensajería a través de la telefonía celular a tus contactos o redes de apoyo. Otra variante es compartir con vecinos o personas cercanas una palabra o sonido que las alerte si te encuentras amenazada o en peligro.

La pandemia de la Covid-19 es una emergencia de salud que no puede ser usada como excusa para actuar de manera violenta contra mujeres, niños y niñas. Prevenir esta enfermedad y la violencia de género es una responsabilidad personal, social y gubernamental.

 * Integrantes de la Consejería de Atención a Mujeres en situación de violencia (OAR)

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