Con gran participación e interés del público, en el intercambio participaron personas aliadas de Palomas y que viven con discapacidades. El encuentro contó con traducción al lenguaje de señas

Sara Más - Red Semlac /Foto: SEMlac Cuba.- Un cine pensado desde la descolonización, contado desde la mirada y la voz de sus protagonistas, que respeta el discurso original y promueve el diálogo entre la gente, sus comunidades y ciudades podría ser una forma de explicar lo que se empieza a nombrar y conocer como cine dialógico.


Sobre cómo se ha ido construyendo en diversas partes del mundo, desde distintas experiencias y formas de hacer, intercambiaron artistas del audiovisual, activistas y profesionales de la investigación social y cultural durante el 44 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que finalizó el 17 de diciembre en La Habana.

La idea inicial surgió durante el confinamiento generado por la pandemia de covid-19, explicaron sus creadores durante el panel “Cine dialógico…para que tu vida sea parte de la mía”, realizado el 14 de diciembre en la capital cubana, convocado por el Proyecto Palomas, casa productora para el activismo social.

En aquellos días de encierro y esperas, Núria Araüna Baró y David Archibald iniciaron una correspondencia audiovisual mediante sus teléfonos móviles. Él estaba en Glasgow, Escocia, y ella en Vilanova i la Geltrú, Cataluña. Aquel intercambio terminó en lo que ambos describen como un cortometraje de bajo presupuesto, donde se mezclan los paisajes locales y la intervención en ellos de los activismos emancipadores en cada ciudad.

David Archibald relató los inicios de una experiencia que nació en Europa en los días de pandemia y se ha extendido hasta llegar a Cuba. SEMlac Cuba

El proyecto nacía con la voluntad de promover, mediante el audiovisual entendido como herramienta dialógica, las alianzas locales en distintos puntos del mundo con relaciones históricas.

Pero aquella experiencia de dos personas se fue extendiendo con nuevas alianzas: el Havana Glasgow Film Festival; el proyecto cubano de desarrollo local Karibuni, de la Habana Vieja; activistas afrofeministas y por los derechos culturales en Cuba (La Habana y Matanzas), Escocia y Cataluña.

Para la escritora e investigadora Zuleica Romay, entre lo más valioso del cine dialógico está que no aspira a traducir ni explicar la realidad, sino que la muestra tal cual es. “Deja que las cosas sucedan, como una forma espontánea de tomar testimonio”, argumentó.

Se trata de un cine donde las fuentes se van autoconstruyendo a través del activismo social, consideró la escritora e investigadora Zuleica Romay. Foto: SEMlac Cuba

La directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica de Casas de las Américas contó que, sin ser cineasta, ella aprovecha mucho el cine dialógico desde sus trabajos de investigación.

Es un modo de hacer muy valioso, explicó, frente a las prácticas extractivistas de la academia, que va rompiendo el diálogo con las comunidades, los grupos sociales y las personas que sirven a los intereses de investigación. “Es un cine que no estandariza el testimonio de las personas, no las revictimiza ni las saca de contexto para colocarlas en otro marco de interpretación”.

Se trata de un cine donde las fuentes se van autoconstruyendo a través del activismo social, de la práctica participativa de su equipo de dirección al tomar nota de la realidad y del acompañamiento que las personas hacen, abundó.

Reconoció que los documentales de Palomas, en particular, le han servido para corregir su visión de la realidad como académica.

El Festival de Cine de Gibara ha cambiado la vida de la población de esa localidad del oriente cubano, aseguró su director Sergio Benvenuto Solás. SEMlac Cuba

“Este cine ayuda a contrastar tu idea de la realidad con las de otras personas que la están viviendo en la vida real. Por eso ayuda a corregir la perspectiva, a no romantizar, victimizar, ni dramatizar en exceso las situaciones”, sostuvo Romay, quien abogó por que los medios tradicionales le den espacio a este cine, “del que salimos con deseos de hablar y discutir sobre lo que hemos escuchado”.

“El concepto del cine dialógico es dialogar”, aportó la periodista Yirmara Torres, de Matanzas, ciudad a poco más de 100 kilómetros de la capital cubana, donde se unieron a la iniciativa un grupo de periodistas en alianza con lideresas comunitarias e integrantes de la Articulación afrofeminista.

“El concepto del cine dialógico es dialogar”, aportó la periodista Yirmara Torres, de Matanzas. Fotos: SEMlac Cuba

También desde una mirada hacia la interacción comunitaria, el Festival de Cine de Gibara ha cambiado la vida de la población de esa localidad del oriente cubano, aseguró su director Sergio Benvenuto Solás, quien se refirió al deseo de promover el cine del oriente cubano, que muchas veces no se conoce, no llega a las capitales ni a certámenes internacionales.

Para Sergio Cabrera, coordinador general de Palomas, el propósito de ese proyecto y sus obras audiovisuales es, justamente, contribuir a la transformación social. No se trata de darles voz a los que no tienen voz. No podemos convertirnos en su voz, sino que estamos llamados a darles el espacio a esas personas para que sus voces se escuchen y puedan ayudar a transformar la sociedad”, comentó.

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