Eduardo Rodríguez Dávila - Cubadebate.- El poblado de El Cobre, en Santiago de Cuba, no solo acoge a la Virgen de la Caridad, sino que también es una tierra fértil donde se cultivan mujeres poderosas. Ese lugar vio crecer a Anabel Tamayo Borrero, primera oficial contratada por la empresa SELECMAR en un buque granelero internacional.
Luego de decidir entre el arte y la carrera militar, los Camilitos de Santiago de Cuba, le permitieron ingresar en la Academia Naval Granma donde se graduó en el año 2013. Como parte de su adiestramiento empezó a navegar en el buque Bulk Carrier. Al concluir se enroló nuevamente, ya con el cargo de tercer oficial, y fue ascendiendo en la medida en la que iba adquiriendo experiencias en otras compañías hasta que retorna a Aquiarius. Recientemente, culminó el curso de primer oficial y aspira pronto a comenzar las labores correspondientes a ese grado.
Al conversar con ella, resulta casi inevitable preguntarle sobre la vida en un mundo tradicionalmente de hombres. “Nosotras estamos incursionando en un mundo que siempre ha sido solo para hombres, pero al decursar de los años se han ido abriendo puertas para nosotras en este sector tan importante para el desarrollo de la economía del país”.
Sin embargo, agrega que siendo mujeres deben demostrar el doble de sus capacidades. “Nosotras como mujeres debemos dar un poco más en nuestro desempeño. Al ser una mujer representa un poco más de esfuerzo porque tienes que demostrar y sobreponerte ante las cosas que se van presentando, ya sea tanto de esfuerzo físico, de las mismas diferencias de sexo, pero eso no es un impedimento para que una mujer esté a bordo de un barco”.
“En el barco, nos encargamos de todos los equipos que realizan las comunicaciones con otros barcos y también de las informaciones que se ofrecen a las autoridades portuarias; nos encargamos también de la documentación del barco en las operaciones de carga y descarga. En el caso del primer oficial se encarga de todos los temas de los cálculos de estabilidad, la carga y las operaciones de carga del puente propiamente; el segundo oficial es el encargado de la navegación, los equipos de comunicaciones y también es quien se encarga de planificar la travesía y en el caso del tercer oficial él es el encargado de las cuestiones de seguridad y salvamento, también se encarga del sistema contraincendio del barco, entre otras tareas”.
Anabel alega que le gusta el mal tiempo, que le aporta un poco más a esa vida de a bordo por toda la adrenalina. Aspira llegar a capitana en poco tiempo y ser también un ejemplo para esas niñas que quisieran ser marineras y hoy algún prejuicio les ha cortado ese sueño. “Mi consejo para ellas es que nada imposible y que actualmente la mujer en el sector marítimo se ha ido abriendo paso y ahora existen muchas oportunidades para desempeñar ese rol a bordo de un buque mercante”.