Por Arthur González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Miembro de la mafia terrorista anticubana de Miami, el senador Bob Menéndez, padece de la misma enfermedad que muchos de los integrantes de la “Cosa Nostra” de origen cubano, enriquecida por sus vínculos con la CIA para la ejecución de acciones terroristas contra la Revolución socialista.


 

De ese grupo surgieron los fracasados mercenarios que invadieron Cuba, los autores de infiltraciones ilegales para perpetrar actos terroristas, conformaron redes de espías e introdujeron gérmenes patógenos para afectar la salud humana, animal y vegetal.

Son parte de la historia del narcotráfico denunciadas en el caso Irán-Contra, la colocación de micrófonos para espiar en el proceso conocido como Watergate y hasta el complot para asesinar al presidente J. Kennedy.

Robert Bob Menéndez, uno de los miembros de mayor rango en el Comité de Relaciones Internacionales del Senado, asume posiciones estridentes contra Cuba igual que otros de esa cúpula, pero en su caso se destacan hechos delictivos que, si no contara con el respaldo de esa mafia y el apoyo de altos funcionarios de los Servicios de Inteligencia yanqui, estaría cumpliendo condena en una prisión de alta seguridad.

Es el máximo exponente de posiciones estridentes hacia La Habana, promotor de enmiendas para reforzar la guerra económica, comercial y financiera, y otras que afecten al pueblo cubano, para que culpe al socialismo de sus penurias.

La mafia anticubana siente temor de que la administración de Joe Biden, desmonte las medias y sanciones que su antecesor Donald Trump impuso a Cuba, razón para que Menéndez desde su posición, insista en reforzar la matriz de opinión de que: La Habana es el principal enemigo de Estados Unidos en el hemisferio, porque tiene sus tentáculos por todas partes, fundamentalmente en Venezuela”.

Es un corrupto total que, al amparo de la maquinaria secreta de la CIA, ha logrado evadir la justicia a cambio de actuar según las órdenes de la esa Agencia de Inteligencia.

Desde el 2013 el FBI disponía informaciones que vinculaban al senador Menéndez en un caso de corrupción, al favorecer desde su alta posición política, al oftalmólogo de Florida Salomón Melgen, en ciertas negociaciones comerciales, por ser su amigo personal y uno de los principales donantes para sus campañas electorales.

A esa acción, el FBI sumó en enero de 2014, otra investigación en su contra, por haber ayudado a dos hermanos ecuatorianos, declarados fugitivos de su país desde finales de los años 90 del siglo XX, por cargos de malversación a los clientes del banco Filanbanco, ayuda que constituye un crimen federal.

Como resultado de la investigación desarrollada por el FBI, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos acusó formalmente el1 de abril de 2015, a Menéndez y a Melgen, de soborno, fraude y declaraciones falsas, entre otros delitos conexos.

Los argumentos expuestos afirman que, el senador Menéndez pidió a altos funcionarios del Departamento de Estado, que presionara al gobierno de República Dominicana, para que cumpliera un contrato de seguridad portuaria en beneficio de una compañía propiedad de Salomón Melgen. A cambio, Melgen se comprometió en “donar” 60 mil dólares a la campaña política del senador, maniobra bastante común en esas esferas yanquis.

A esa lista de hechos criminales de Bob Menéndez, la fiscalía le sumó el delito de haber ayudado a su amigo oftalmólogo, en la obtención de visas para varias de sus “novias”, con el objetivo de que viajaran a Estados Unidos.

El favor fue retribuido con ciertos beneficios personales para el senador, entre ellos algunosviajes a Dominicana en el jet privado de Melgen, y la donación de 750 mil dólares, que los fiscales afirman estar vinculadas a beneficios personales del senador.

Las presiones secretas de la CIA no se hicieron esperar, yel juez William H. Walls del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito de Nueva Jersey, a pesar de las pruebas presentadas, el 16 de noviembre de 2017declaró nulo el juicio, situación bochornosa para la justicia yanqui.

Para no dejar dudas de los actos corruptos del senador Menéndez, el sitio web del conservador, “Daily Caller”, publicó declaraciones de dos prostitutas dominicanas menores de edad, donde aseguran que “Menéndez había tenido relaciones con ellas en la piscina de la casa de veraneo de Melgen, en el club privado Casa de Campo, en República Dominicana”. Por eso sus viajes a ese país, en el jet privado del oftalmólogo, a fin de evadir las miradas públicas en los aviones comerciales.

 

Esas informaciones las aportó un norteamericano nombrado Pete Williams, quien en el 2012contactó con el FBI para ofrecer las pruebas, entre ellas la grabación de las mujeres que acusaban al senador Menéndez. Según el agente del FBI que contactó con Williams, hubo algunas contradicciones y “decidió cerrar el asunto”, algo muy extraño que debió ser ampliado con otras investigaciones y fuentes humanas, lo que añade sospechas de posibles presiones.

Como cortina de humo al mejor estilo de una novela de espionaje, el diario “The Washington Post”, publicó un artículo donde asegura, sin prueba alguna, la existencia de un informe de la CIA que responsabiliza a inventados “agentes cubanos infiltrados” en Estados Unidos, de la fabricación de la campaña de desprestigio contra el senador, cuento muy difícil de creer y que sitúa al FBI en una situación de ineptitud ante la opinión pública, solo para limpiar la imagen de un colaborador muy importante en el Senado, en plena batalla por su reelección y la aspiración de asumir la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores, poderosa posición para influir en la política exterior estadounidense.

Quienes conocen la historia de mentiras de la CIA, saben que esa historia es una de las tantas creadas por ellos.

Según el citado artículo de “The Washington Post”, la CIA habría encontrado el año pasado, pruebas creíbles de que fueron los agentes cubanos quienes fabricaron el caso de las prostitutas dominicanas contra Menéndez y las supuestas direcciones de Internet y IP, además de Pete Williams.

¡Qué poderosos son los servicios de inteligencia de Cuba y que incapaz es el FBI al no detectarlos y entrevistarse con Williams, sin descubrir que era un invento made in Cuba!

John Le Carré, jamás hubiera escrito semejante torpeza en una de sus fabulosas novelas de espionaje.

Intentando darle veracidad a su fábula de los “agentes cubanos”, la CIAelaboró un informe que repartió entre funcionarios de alto rango de la Administración Obama y a oficiales de contrainteligencia del FBI, pero era tan ridícula que no tuvo apoyo alguno y sus “amigos” en la prensa la quisieron atribuir a la histórica rivalidad existente entre la CIA y el FBI.

Ante el silencio, el paso orientado por la CIA fue que Stephen M. Ryan, uno de los abogados del senador Menéndez, enviara una carta solicitándole al Departamento de Justicia, bajo la administración de Barack Obama, que investigase la veracidad del contenido del informe de la CIA, con el argumento:

No deja de ser extremadamente preocupante que un gobierno extranjero, cuyos servicios secretos son enemigos de Estados Unidos, traten de influir en la política exterior, al desacreditar a un funcionario electo que se opone al régimen cubano”.

Fuentes de la prensa yanqui dijeron que Menéndez conoció de ese informe secreto de la CIA, por un “amigo” que fue informado de los detalles por la Agencia.

Ante una acusación tan peligrosa, de la presencia de “poderosos agentes cubanos infiltrados en Estados Unidos”, la cadena CNN solicitó a Menéndez detalles sobre las pruebas que tenía la CIA.

El senador se negó a responder y repitió con lo mismo dicho por su abogado:

“Que el Departamento de Justicia investigue el asunto, porque sería terrible que un gobierno extranjero intente afectar la elección o la posición de un senador de Estados Unidos. Si eso puede suceder, tiene consecuencias serias para nuestra democracia”.

Evasivas para sembrar el terror de que hubiese otra Red Avispa en Estados Unidos y desviar la atención de los norteamericanos sobre sus actos corruptos.

La verdad es que Menéndez hizo gestiones a favor de su amigo Melgen, en los Departamentos de Estado y de Comercio, para que el Gobierno de República Dominicana otorgara un contrato a una empresa de seguridad portuaria, propiedad del oftalmólogo y sujeto de investigación del FBI, por fraude al Medicare, sistema de salud subsidiado por el Gobierno yanqui, a lo que se suma otra causa por sospechas de haber presentado facturas de reembolso falsas, por valor de 8,9 millones de dólares.

Las presiones y maquinaciones de la CIA para limpiar la imagen del Senador, no le quitan de encima los antecedentes de investigaciones del FBI desde el 2013, por 18 delitos federales de soborno, fraude, favorecimiento y tráfico sexual con menores de edad.

Vergüenza para el sistema judicial de Estados Unidos imposibilitado de sancionar a este criminal, que empleó su asiento en el Senado para favores a terceros a cambio de donaciones monetarias y otras acciones corruptas.

Este es el “virtuoso” que se dice “preocupado” en promover la democracia y el respeto a los derechos humanos en Cuba, para volver a hacer de la Isla el paraíso de putrefacción y vicios, que la Revolución erradicó.

Por eso José Martí afirmó:

“Las cosas han de decirse descarnadas, para que resulten como son”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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