Artur González / Heraldo Cubano.- Marco Rubio, el secretario de Estado más incapaz que se recuerda en los Estados Unidos, demuestra un cinismo sin igual, al exigirle a Cuba la entrega de Joanne Deborah Chesimard, conocida como Assata Shakur, activista por los derechos civiles de los negros, que recibió refugio político en la Isla desde los años 80 del pasado siglo XX.


Esa activista política fue acusada de la muerte de un policía durante un enfrentamiento con los agentes de Nueva Jersey, época en que el gobierno yanqui lanzó un combate contra los movimientos políticos de los negros que exigían sus derechos y por esa razón los consideraban terroristas, no disidentes, como califican a los que actúan a favor de las políticas injerencistas de los yanquis en países que no son de su agrado y reciben un amplio financiamiento de la CIA, la NED y la USAID.

Desde esa fecha la activista estadounidense figura en la lista de los terroristas más buscados por el FBI.

Según expresó Marco Rubio, quien ahora también está a cargo de la política de seguridad nacional, “el gobierno cubano debe poner fin a su complicidad y entregar a todos los fugitivos estadounidenses que se refugian en su territorio”. “El régimen celebra a asesinos y criminales como héroes, mientras los cubanos enfrentan hambre, falta de medicinas y una profunda crisis humanitaria. Esta política de impunidad tiene que terminar”.

Hay que ser muy cínico para afirmar eso, pues si algún país es refugio seguro de asesinos, terroristas y delincuentes, es Estados Unidos, con sobrados ejemplos.

Si Cuba soporta una crisis económica es por el resultado de la cadena de leyes impuestas por diferentes presidentes de esa nación, precisamente para causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno, mediante el desencanto y el desaliento basado en la insatisfacción y las dificultades económicas, de acuerdo a las propuestas de un subsecretario de Estado en 1960.

El incapaz no recuerda que desde 1959 todos los asesinos y torturadores del régimen del dictador Fulgencio Batista, fueron acogidos en suelo yanqui para evadir la justicia revolucionaria, los mismos que provocaron que sus padres emigraran a Estados Unidos para salvarse de la represión batistiana.

Rubio debe estudiar ciertos documentos del FBI donde se afirma:

“Una fuente reservada, confirma que Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila, fueron los que desarrollaron la bomba del avión civil cubano. “A confidential source all but admitted that Posada and (Orlando) Bosch had engineered the bombing of the airline.”

“El cubano Orlando Bosh es un terrorista peligroso y no puede ingresar en Estados Unidos, al igual que Luis Posada Carriles, ambos autores de muchos actos terroristas en los Estados Unidos y en otros países, entre ellos la voladura en pleno vuelo de un avión civil cubano, donde murieron 73 personas en 1976”.

A pesar de esos crímenes, ambos recibieron refugio seguro en Miami, donde murieron sin ser llevados a juicio.

La estadounidense Assata Shakur nunca cometió crímenes semejantes y la muerte del agente policial se produjo durante un enfrentamiento entre los grupos disidentes negros y la policía, no fue algo premeditado como hicieron los asesinos cubanos antes mencionados.

Según informes desclasificados, el FBI informó en mayo de 1965, que Luis Posada Carriles estaba asociado en una conjura para derrocar al gobierno de Guatemala.

Un mes más tarde, un memorando desclasificado por la CIA lo ubica junto a Jorge Más Canosa en Veracruz, México, en un intento por volar un barco soviético.

Otros documentos desclasificados afirman:

“Posada Carriles trabajó como agente de la CIA entre 1965 y 1974, siendo enviado como asesor de Seguridad de los servicios secretos de Venezuela, Guatemala, El Salvador, Chile y Argentina”.

“En octubre de 1967, la CIA lo incorpora a la Dirección General de Policía (DIGEPOL) de Venezuela, bajo el seudónimo de Comisario Basilio, donde enfrenta a grupos venezolanos y latinoamericanos de tendencias comunistas y socialistas”.

“En 1971 durante un viaje de Fidel Castro a Chile, invitado por el presidente Salvador Allende, la CIA organizó un plan para asesinarlo y para eso enviaron a Posada Carriles y su grupo con documentación falsa, como miembros de Venevisión de Venezuela”.

En 1997, una ola de actos terroristas con bombas contra hoteles en La Habana, dejaron un saldo de un muerto, el turista italiano Fabio Di Celmo, y varios heridos. Al ser arrestados los autores confesaron haber actuado por dinero y órdenes de Posada Carriles

Estados Unidos siempre protegió a esos asesinos, a pesar del reclamo de Cuba.

¿Olvidó el secretario de Estado que Carlos Alberto Montaner fue un terrorista al servicio de la CIA, que colocó una petaca incendiaria en el centro comercial Flogar, en La Habana, causando un incendio donde hubo varios heridos, entre ellos menores de edad?

Montaner fue juzgado y condenado, pero se fugó de la cárcel asilándose en una embajada latinoamericana. A pesar de ser prófugo de la justicia cubana recibió residencia en Estados Unidos, sin ser molestado por las autoridades.

¿Tan poco recuerda Marco Rubio que Armando Valladares perteneció al mismo grupo de terroristas que pusieron bombas en centros comerciales habaneros, siendo detenido y sancionado por esas acciones?

El listado de terroristas de origen cubano que viven plácidamente en Estados Unidos, protegidos por sus autoridades, es largo, pero al parecer el incapaz es tan cínico que pretende acusar a Cuba de lo que su gobierno es campeón mundial.

El pasado año Cuba presentó un contundente informe a INTERPOL y ante la ONU, con 51 cubanos radicados en Estados Unidos que ejecutan acciones terroristas y estimulan su realización contra el estado cubano. El FBI, a pesar de las pruebas, no ha ejecutado una sola acción para apresarlos, lo que demuestra su total complicidad con esos elementos, quienes además reciben financiamiento de organizaciones gubernamentales estadounidenses.

Con la decisión del presidente Donald Trump de desmantelar la USAID, se puso de manifiesto que esa agencia, bajo la tutela del Departamento de Estado, ha organizado y promovido tareas para desestabilizar gobiernos constitucionales, mediante planes de acción política y de terrorismo, hechos que prueban que Estados Unidos representa una amenaza para la paz mundial.

Preciso fue José Martí cuando afirmó:

“Un caso concreto esclarece más que complicados razonamientos”

 

 

 

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