Wilkie Delgado Correa* - Cubainformación.- Este es mi testimonio de aquellos días signados por tristezas y alegrías. Nos duele que quedaran allá tantos rebeldes.
Estamos viviendo una época en que solo con la memoria se pueden alcanzar pedazos de la historia lejana de más de sesenta y cinco años, pero los recuerdos llegan inevitablemente cuando se conservan en la raíz misma de los sentimientos. El olvido se destierra en esos momentos sublimes en que las señales del ambiente histórico llegan como soplos del aire frío del invierno de fin de año en Cuba. Vendrán los días finales de diciembre y también los iniciales del nuevo año y se pensará sin querer o queriendo en aquellos días de 1958 y 1959 tan diferentes para la existencia de aquellos que vivieron la experiencia singular de la derrota de un régimen político moribundo y la victoria de una revolución triunfante.
Por eso y todo lo demás que puede motivar muchas reflexiones, hay también que agradecer el azaroso encuentro de un poema mío de 20 de febrero de 1959 que refleja el dolor por la certeza de tanta sangre derramada por los mártires caídos en la lucha. Así, pues, este es mi testimonio de aquellos días signados por tristezas y alegrías.
Héroes y Mártires
Ya no hay tiranía./La bestia ya sin garras / se marchó a otra caverna Y el sufrido pueblo a una cruz atado / resucitó un día. / Es hermoso saber / que todos los calvarios / tienen resurrección.
El viaje fue muy largo /se fue vertiendo sangre /sembrando mártires y cosechando dolores.
Fueron años amargos / aquel sentirse solos / allá en las montañas / aunque algo vibraba también / ¿sería un eco sordo de la voz/ del pueblo que quería revolución?
Ya no hay tiranía. / La aurora fue avanzando / venía desde lo alto / y se convirtió en día. / El sol de la libertad venía de la Sierra.
Ya no hay tiranía./ Y hay luz en las cavernas / héroes han regresado / y se hallan en las calles./ Retornó la alegría / al pueblo sin cadenas.
Los héroes han regresado. / En las tropas de rebeldes / no se encuentran los rostros / se amigos y compañeros / porque no han regresado.
Ya no podremos verles / y el pueblo no verá /a esos hijos amados./ Quedaron en los montes / pegados a la tierra / desangrados en las calles/y en todas partes/ Nos duele que quedaran allá tantos rebeldes.
Cumpliendo nuevas órdenes / de su Comandante en Jefe / Quedaron en sus puestos / de centinelas eternos.
Ya no hay tiranía /Una lucha ha terminado / y ahora empieza otra. / ¡La lucha ha dado héroes! / ¡La lucha ha dado mártires!
*Doctor en Ciencias y Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio Nacional del MINSAP al Merito Científico por la obra de toda la vida.
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