Gerardo Moyá Noguera*.- Se hizo justicia a los pocos días del triunfo de la revolución cubana. Cuando en Santa Clara el ejército rebelde descubrió que los esbirros del mayor esbirro, Fulgencio Batista, habían convertido los calabozos en cámaras de gas, al estilo más puro y duro del nacismo.
Utilzaban ( los esbirros) aparatos para arrancar uñas; sacar ojos; romper huesos; tenazas y muchos más objetos que por ser muy escabrosos no seguiremos enumerando. Todos los esbirros y maltratadores fueron sometidos a tribunales y por lo tanto condenados y ejecutados la mayoría de ellos, teniendo todos ellos (esbirros) abogados defensores del genocidio y matanza que llevaron a cabo. Camilo Cienfuegos, ínclito comandante de la revolución cubana y jefe de las fuerzas de mar, tierra y aires, se reunió un 12 de enero con un grupo de periodistas y les dijo: "Estaban en su entera libertad de acudir y presenciar los juicios por los tribunales revolucionarios contra los acusados, los esbirros de Batista". El ex presidente del imperio/EEUU J. F. Kennedy refiriéndose al ex gobierno del esbirro Batista: "Quizás el más desastroso de nuestors errores fue la decisión de encumbrar y darle respaldo a una de las dictaduras más sangrientas de la historia..." y que supuso la muerte de más de 20.000 cubanos en 7 años.
*Presidente de la Casa de Amistad Baleares-Cuba
La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.