Ana Hurtado - Original en Cubadebate y Cuba en Resumen / Resumen Latinoamericano / Cubainformación


Estos días se ha celebrado el Congreso de la Juventud en la capital de todas las cubanas y cubanos. Muchísimos jóvenes se dieron cita para debatir, proponer, conversar y mirar hacia el futuro de una Cuba que sigue viviendo una guerra silenciosa. Una Cuba que está viendo como desde el Imperio quieren arrebatarle lo más preciado que tiene, la arcilla para moldear cualquier horizonte posible: su juventud.

¿A qué se enfrenta la juventud en el mundo en los tiempos que corren?

¿A qué se enfrenta en Cuba?

Si bien es cierto que el socialismo ha hecho camino y ha avanzado bastante en la conformación de la moral de un hombre y una mujer nueva, la sociedad cubana no está fuera del planeta, y muchas de las veces, padece muchos de los males que a este mismo le conciernen.

La desideologización, por ejemplo. El mundo vive inmerso en un océano de mentes enajenadas que van vagando y consumiendo contenidos superficiales, instantáneos, que no hacen plantearnos la existencia. Ni los valores, ni el porqué de cada cosa. El capitalismo está haciendo de los seres humanos desde su más corta edad individuos robóticos que no se cuestionen nada. Que estén entretenidos delante de un dispositivo móvil, tragando el contenido que ellos mismos preparan, y consumiendo, produciendo y formando parte de la cadena neoliberal para que el sistema siga perpetuándose sin voces críticas.

Yo le llamo la “anestesia” de las nuevas generaciones. El nuevo inmovilismo del hombre.

Viendo ambas realidades, la cubana y la de fuera, son varias las cuestiones que me planteo.

Para que Cuba no pierda sus logros alcanzados, ¿Qué puede continuar haciendo?

La Unión de Jóvenes Comunistas tiene que seguir a la vanguardia. Teniendo en cuenta siempre de que hay que llegar a todos, y no solo a los nuestros.

No son tiempos para ser derrotistas. La tarea de cultivar a la juventud no le corresponde solo a la UJC, sino a todos nosotros, en la isla y fuera. Tenemos que cuidar y trabajar con conciencia junto a los jóvenes, mano a mano, para tener garantizada su supervivencia en los tiempos difíciles.

A la juventud hay que darle causas, hay que darle misiones, hay que darle esperanzas. Aparte de toda la teoría y el debate. Los jóvenes deben ver que hay un motivo por el que levantarse cada mañana y seguir adelante.

El trovador y destacadísimo intelectual, Silvio Rodríguez, hablaba en una entrevista sobre su experiencia como alfabetizador,  de la falta de “epopeya”.

¿Qué le sucede a los jóvenes cuando se sienten perdidos, cuando no saben a dónde van, están sin guía y no creen en nada que les mueva dentro?

Dice Silvio: “Los jóvenes de todas las épocas están ávidos de epopeyas. Si se las pones delante, las cogen. Quieren tareas grandes y nobles que les hagan crecer.

Cuando se meten en la miseria, es porque no hay grandeza a la vista”.

Pero si tienen una epopeya a la vista, que no nos quepa, duda que irán a por ella.

Fidel involucró a los jóvenes en varias epopeyas. Díaz Canel y la Revolución también lo hicieron ante la crisis sanitaria mundial del COVID 19.

La juventud debe ser nuestro objetivo, nuestra Revolución en la Revolución. Nuestra Revolución permanente.

A los jóvenes debemos darles una zafra, una campaña de alfabetización.

Aunque no haya más un Elián, aunque no haya cinco compañeros por traer de vuelta.  Debemos pensar y actuar en altura para mantener al pueblo activo.

Porque las condiciones de vida y sociales seguirán complicándose en el contexto mundial, y sin epopeya, no habrá victoria.

El yunque no se golpea solo. El yunque se golpea con espíritu de lucha. Y con actitud. Y si a veces vemos que falta o no es lo suficientemente sólida, debemos construirla.

Para que las Revoluciones sigan vivas, hay que ser siempre vanguardia de las mismas. Vuelvo a Silvio cuando hablaba de su experiencia como alfabetizador:

Teníamos fresca la epopeya de la Sierra Maestra y era algo que todos queríamos imitar”.

Dentro de nuestras posibles epopeyas en este momento… ¿en cual sumergirnos?  La lucha armada de ideas puede adentrarnos en diferentes cuestiones que solo pueden ser encabezadas por los más jóvenes, como por ejemplo, liberar a Cuba y a los países del mundo de la lacra de la desideologización, de la penetración cultural imperialista, del analfabetismo sociológico, del desinterés y la apatía. Aceptando los nuevos tiempos, pero sabiendo que se pueden trabajar las nuevas tendencias y adaptarlas a nuestros valores, a nuestras luchas y a nuestros corazones.

Si usamos términos literarios, esta vida, la nuestra, la de ahora mismo, no es “realismo mágico”.  No debemos  a mi parecer, soñar con fantasías y normalizarlas. Vivir en una realidad paralela. Alterarla con  acciones fantásticas dando por sentado que son normales.

Aunque hay literatos que dicen que “Lo real maravilloso” que acuñó Carpentier, realmente comparte concepto con el realismo mágico, yo lo interpreto de forma completamente diversa sin negar que pueden tener quizás matices comunes en la forma.

La deshumanización no es real, la falta de tolerancia y la pasividad tampoco lo son.

Para mí “Lo real  maravilloso” en los tiempos actuales es encontrar la belleza en las cosas del día a día, en lo cotidiano, da igual si en Latinoamérica o el Caribe, en África o en los ojos de un niño que resiste en Gaza. Eso es. Y debe formar parte de nuestras epopeyas. De las de la juventud y de las nuestras. Los que alguna vez fuimos un poco más jóvenes, pero que aun creciendo, sabemos que hay locuras que no vale la pena curar.

Como la locura de unos muchachos que decidieron asaltar el cuartel Moncada, no en caballo blanco, como hiciera Martí; la de desembarcar en un yate con 82 hombres y empezar la liberación de un país con pocos muchachos y menos fusiles.

Esa es la epopeya que no puede pasar de moda. Y hay que mantener viva aunque nos tengamos que morir defendiéndola.  El pueblo sabe cómo llevarlo a cabo.

Lo Real Maravilloso debe llegar para quedarse y terminar de echar a un lado a la banalidad y a la dictadura cultural imperialista que intenta colarse en cualquier lugar por cualquier rendija que ve abierta.

No necesitamos nada de ellos; nosotros lo tenemos todo.

 

La Columna es un espacio de opinión personal y libre de las personas autoras y no necesariamente tiene por qué representar la de Cubainformación.

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