Francisco Rodríguez Cruz - Paquito el de Cuba. - Hace solo unos días recibí en mi casa la visita de un oficial de la Policía, quien fue a ofrecerme la respuesta sobre una queja que interpuse a inicios de este mes contra un patrullero que me condujo de modo arbitrario a la estación solo por transitar por un parque que solemos frecuentar hombres gais, travestis y mujeres transexuales.
El hecho ocurrió poco antes del amanecer, sobre las seis y media del pasado 4 de octubre, mientras salía de un conocido sitio de encuentro gay o cruising, en el municipio de Centro Habana, de esta capital.
Yo caminaba en compañía de una amistad con quien acababa de sostener una breve conversación en uno de los bancos del lugar, cuando un agente nos interceptó y pidió que nos identificáramos. Así lo hicimos sin poner ningún reparo.