La propia existencia del G-8 niega cualquier principio democrático y además, como ya han demostrado anteriores cumbres como la Gleneagles en 2005 o Genova en 2001, lo único que les interesa es perpetuar su hegemonía global a costa de la explotación y la miseria de millones de personas y la destrucción del entorno natural.
No nos valen ni sus preguntas ni sus respuestas. Para afrontar los graves problemas a los que como humanidad nos enfrentamos, es necesario explorar nuevos caminos, construir desde abajo otras formas de participación social y política que generen otros modelos de desarrollo que pongan a las personas y no a la economía en el centro. Desde la diversidad que nos enriquece y la unión que nos da fuerza hacemos una apuesta por generar nuevas formas de producción (con otras fuentes de energía, superando los monocultivos impuestos por las multinacionales...), nuevas formas de relación social y personal (superando el sexismo y el racismo), nuevas formas de decisión (superando los estrechos márgenes de una democracia liberal controlada por las grandes corporaciones económicas). La red de experiencias, luchas y sueños contra el neoliberalismo es su peor pesadilla.
Ellos, los gigantes con pies de barro, se saben derrotados y por eso construyen muros en Heiligendamm, pero también en Palestina, en Iraq, en México o en las fronteras de la Europa fortaleza. Abren las fronteras a sus capitales y las cierran a las personas. Hablan de terrorismo y son sus ejércitos invasores los que siembran el terror en el mundo. Alertan sobre el cambio climático y son sus gobiernos los que impulsan un desarrollismo devastador que sólo conduce al colapso global.
Hoy, desde Euskal Herria, en respuesta al llamamiento del Día de la Acción Global contra el G-8, renovamos nuestro compromiso anticapitalista y en favor de la democracia como herramienta y principio sobre el que construir otro mundo posible y necesario.
G-8 Akatu!!Beste mundu bat posiblea da
Gora Herriak!!