El actor y activista hace balance de sus impresiones sobre Cuba, tras meses residiendo temporalmente en aquel país. Asegura que lo que los grandes medios no le perdonan es que no se haya callado la boca para denunciar sus mentiras, sus manipulaciones y su complicidad con invasiones y violaciones de derechos humanos en tantas partes del mundo; y, sobre todo, que no haya retrocedido un milímetro en sus posiciones políticas y en su apoyo a Cuba, Venezuela y otros procesos. También habla, en este tema casi obligado por el entrevistador, sobre el boicot laboral que sufre. Grabado en la Fiesta del PCE 2014, en San Fernando de Henares (Madrid). Fotos: Ivana Belén Ruiz y Angi Salazar.
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- En este tiempo de residencia en La Habana ¿cuál es tu percepción sobre la realidad del país?
- Creo que se está dando una “minirevolución” dentro del país. Desde las primeras veces que fui a Cuba las cosas han cambiado mucho, se ve mucho más movimiento dentro de La Habana, que es lo que conozco. Hay muchos cambios -también emocionales- dentro del pueblo cubano, a partir de la aplicación de los Lineamientos de la Política Económica y Social y de la apertura económica o comercial. Se están abriendo un montón de nuevos pequeños negocios: zapaterías, pequeños bares, restaurantes, tienditas de ropa... La intención del Gobierno es dar un respiro a las arcas públicas.
Los Lineamientos fueron elaborados por el pueblo, en los centros de trabajo, en las universidades, y han sido discutidos, debatidos, elaborados y presentados a la Asamblea Nacional por parte del pueblo, la clase trabajadora, la ciudadanía –como está tan de moda ahora decir–.
- ¿Por qué crees que se están dando estos cambios?
- Se dan primero por una emergencia económica que tenía el país, que tenía que reinventarse, tanto social como económicamente, para continuar con el proyecto de la Revolución sin perder los derechos sociales, políticos, culturales, educativos que se han logrado en estos cincuenta y cinco años. Y la gente está muy animada.
Muchos de los transportes urbanos dentro de La Habana, los restaurantes, se están empezando a cooperativizar. A algunos muy ortodoxos les digo en tono de broma: “Estáis abandonando el comunismo y estáis yendo hacia el anarquismo”. Es un paso adelante en cuanto a la eficiencia de esos servicios públicos, y alivia la carga monetaria del Estado, que puede emplear más fondos en avanzar en los derechos sociales del país.En cuanto a la gente, la veo contenta porque todos esos debates y propuestas que se hicieron se han tenido en cuenta, se han legislado. Y entonces La Habana está adquiriendo otro tipo de vida. Antes entrabas a un restaurante y hasta que te atendían pasaban 20 minutos. Ahora estas entrando y ya te están poniendo la cervecita. Creo que eso le está dando una “alegría” a la gente, y un respiro económico también.Es verdad que, por otro lado, se ha liberalizado el mercado de la vivienda, y se ha dado paso a cierta especulación. Encontramos viviendas que pueden costar doscientos mil dólares. Ese es un paso peliagudo. Sabemos que hay extranjeros que compran a través de testaferros. La ley lo prohíbe, pero se hace. Pero es un paso que ha pedido la gente, y en una democracia hay que respetar las opiniones y los deseos del pueblo.
- ¿Hasta qué punto defender a Cuba te ha supuesto un alto coste profesional y laboral?
- Siempre digo que, con mi posicionamiento político, en países como Colombia o el Sahara Occidental, posiblemente estaría muerto o preso, y habría sido torturado. El precio que he pagado profesionalmente, en comparación con compañeros de esos lugares, es ridículo.
Estoy orgulloso de mi papel como sindicalista, organizando a los trabajadores de mi sector, enfrentándome a la patronal –-la FAPAE, la patronal de los productores de cine–, siendo delegado de acción sindical de nuestro Sindicato de actores, participando en huelgas con éxito. En las dos últimas huelgas generales en Madrid, conseguimos un 90% de paro.También te digo que he sufrido las consecuencias. Ya no me llaman para trabajar. Lo que me queda es el teatro, mi hábitat natural, porque en nuestra compañía, Animalario, somos los dueños, no sólo del tipo de producción que hacemos, sino de los contenidos: cómo, cuándo y con quién lo hacemos, manteniendo una independencia que es imposible en el cine y la televisión.Hemos hecho teatro político desde el primer día, y tenemos una política salarial equitativa que no se ha practicado en ninguna otra compañía. Los técnicos son los mejor pagados, los actores cobramos mucho menos que en otras compañías, nivelamos los sueldos, nuestra compañía de teatro se ajusta a nuestro ideal político–laboral.
- Y en Cuba, ¿cómo ves el panorama cultural?
- He viajado por decenas de países del mundo y por toda América. En todos estos países la cultura ha sido un privilegio para las clases altas o media-altas, que pueden pagar 15 euros para ir al cine, 40 euros para ir al teatro o 120 a la opera. Cualquier acontecimiento cultural, allá por los años 80 en Madrid, durante las fiestas patronales de San Isidro, se ofrecía gratis. Ahora todos son recintos cerrados y arancelados. El nivel de contenidos de la cultura, del teatro, del cine, de la televisión, es realmente lamentable. No es que sean apolíticos sino todo lo contrario, orientados a sentar las bases y cimientos del capitalismo. Como decía Carlos Marx, el pensamiento dominante de una época es el pensamiento de las clases dominantes.
En muchos países latinoamericanos y en España la cultura es un privilegio, no un derecho. En Cuba es bien distinto. Puedes entrar en el cine por un peso cubano, al teatro por tres, puedes ver el Ballet Nacional de Alicia Alonso por 6, 12, 15 pesos cubanos, cuando aquí cuesta 150 o 200 euros. Y hay eventos gratuitos de música, danza, teatro...Las niñas mimadas de la Revolución han sido siempre la cultura, la educación, la salud y la infancia. Son los cuatro pilares de la Revolución en materia social. En cuanto a la cultura, metes una patada a una piedra y salen 10 músicos, 15 actores, 20 escritores y 18 blogueros, es imposible acaparar la oferta cultural que hay en La Habana cada noche, por ejemplo.Los libros a uno, dos o tres pesos, puedes encontrar colecciones enteras a 20 pesos cubanos. La Feria del Libro de La Habana está ubicada en un lugar espectacular. Ves a las familias salir con bolsas y bolsas de libros. Y no es como aquí, donde se regalan libros que nunca se leen. El Viceministro de Cultura me decía que estaba cayendo un poco la Feria del Libro porque este año pasado sólo habían conseguido editar ¡cinco millones y medio de libros! en un país de 11 millones de habitantes. Y la Feria del Libro no se queda en La Habana, recorre luego todo el país. Culturalmente, es el país más avanzado que conozco, por diversidad, cantidad y calidad, pero fundamentalmente por el acceso a la cultura que tiene cualquier cubano y cubana.
- Me comentabas antes cómo algunos medios de comunicación españoles -que tantísimo te han criticado- últimamente te llaman para alguno de sus programas, pero siempre en un formato tramposo...
- Acudí un día a un programa de “Las mañanas de la Cuatro”, con Jesús Cintora donde, después de estar una hora y media esperando, me llamaron y conseguí hablar un minuto y medio. Me continúan llamando para hacerles el juego, a nivel folclórico: “aquí viene el rojo, este loco, le vamos a sacar un ratito, pero no le vamos a dar las condiciones de tiempo y espacio que le damos al resto de tertulianos”. Le dije aquel día a Jesús Cintora, “si algún día quieres tener, además de la extrema derecha más radical, rancia y reaccionaria –que está todos los días en televisión, y que realmente no tienen nada qué aportar, porque sólo vienen a destruir– y de la socialdemocracia –léase PSOE como socialdemocracia de derechas, y Podemos, socialdemocracia de izquierda de momento– la opinión de la izquierda anticapitalista y antiimperialista, que representa a muchos millones de personas en este país, estoy encantado de venir a debatir. Pero eso sí, en las mismas condiciones que los demás. No me traigas un minuto y déjame expresarme”. Pero me siguen llamando para hacerme tres o cuatro preguntitas, y no en el plató, me traen una cámara a mi casa, o a un parque, para debatir con quienes están en el plató, en inferioridad de condiciones claramente.
Así no estoy dispuesto, a colaborar en el circo de Cuatro o La Sexta, siendo el “bicho raro”, el “alien”, ese tipo extraño, tan rojo y “quemaiglesias”, procubano y provenezolano. Eso sí, en igualdad de condiciones voy a todas partes.
- ¿Cuál es el mensaje que crees más molesta a los grandes medios, de las temáticas que abordas?
- Creo que lo que más rabia les da es que, en general, no haya reculado ni un milímetro. El bombardeo mediático, los insultos, las descalificaciones, las mentiras, un día y otro y otro, ya sea en un artículo de opinión, en un reportaje en la tele, los tertulianos y tertulianas, todos los palos que hayan podido darme, que han sido muchos, todas las mentiras que han dicho sobre mí, tenían un objetivo fundamental: cállate la boca. Pero no han conseguido callarme la boca. Eso les da mucha rabia.Con lo cual, lo que están haciendo ahora mismo es ignorarme. Ya me dan menos palos, han visto que no estoy dispuesto a recular, que en realidad soy mucho más fuerte que ellos: me pueden dar todas las hostias que quieran, a mí ya no me duelen. Es más, me siento orgulloso de que las hostias y los puñetazos vengan de según qué sitios. Eso me confirma que estoy haciendo bien las cosas.Luego, el hecho de que denuncie sus mentiras también les hace mucho daño. Por eso Pascual Serrano, cuando quiso publicar en Planeta un libro sobre los medios de comunicación en España, Planeta decidió no editarle. No soportan que escarbes cómo son, al servicio de quién están, quiénes son los dueños de los medios, y cuáles son los intereses de esos dueños.Como decía Marx, la libertad de prensa es la libertad del dueño de la imprenta. ¿Por qué apoyan las intervenciones criminales de la OTAN en Libia, o las de Israel, por qué demonizan a Chávez y ahora a Maduro, por qué demonizan a Cuba? Sencillamente, por la misma razón por la que han intentado demonizarme a mí. Porque Cuba ha resistido y lleva 55 años resistiendo.El otro día lo miré por curiosidad, y creo que Fidel ha resistido a 11 o 12 presidentes norteamericanos. Y Fidel, sigue ahí, firme, no ha dado ni un paso atrás, y está sobreviviendo a decenas y decenas de presidentes del mundo entero que han intentado derribarle y no lo han conseguido. Eso les da mucha rabia. Entonces, que nos mantengamos firmes, que no demos ni un paso atrás, que continuemos denunciando su hipocresía y su cinismo, y que señalemos qué intereses responden a los grandes medios les jode y les hace mucho daño.
- Willie, muchas gracias por tu solidaridad y por la ayuda también que has prestado a este medio, Cubainformación.
- Un placer. Cubainformación es un medio fundamental, lo sabéis. Hay mucha gente que consulta Cubainformación, era fundamental un medio que se dedicara a desmontar la cantidad de barbaridades, mentiras y sinsentidos que se dicen sobre Cuba. A mí me está sirviendo mucho, sobre todo para trasladar información a otras personas que sólo reciben la información que se da en los grandes medios. Y a mucha gente le está haciendo abrir los ojos. Cubainformación es un medio que está ayudando a crear un espíritu crítico en la gente que quiere informarse respecto al proceso revolucionario cubano.
Entrevista: José Manzaneda
Transcripción/redacción: Mónica Oporto
