Entrevista con Pablo Monsanto, presidente del Partido Convergencia de Guatemala, y referente histórico de la izquierda de esa nación centroamericana. Pablo Monsanto, presidente del Partido Convergencia, estuvo en la Isla la pasada semana. Foto: Yaimí Ravelo
Gabriela Ávila Gómez - Diario Granma.- La edad no ha sido barrera para el guatemalteco Pablo Monsanto, quien a sus 70 años continúa luchando por un futuro mejor para su país, y constituye un referente histórico de la izquierda guatemalteca, que siempre ha mantenido una posición antimperialista y solidaria con la Revolución Cubana.
El Comandante Monsanto, presidente del Partido Convergencia, estuvo en la Isla la pasada semana para participar en un encuentro bilateral entre esa instancia y el Partido Comunista de Cuba.
De nombre real Jorge Ismael Soto, el líder guatemalteco explica que Convergencia es una denominación que surge hace apenas un año, pues antes era conocido como Alternativa Nueva Nación, un partido en el que la mayoría de sus integrantes provienen del movimiento guerrillero.
Además, comenta que está integrado por los cuatro pueblos que habitan Guatemala: el maya, con sus 23 etnias; el mestizo; y los pueblos garífuna y xinca.
El nombre de Convergencia responde a la necesidad de unir a las fuerzas que están dispuestas a luchar por los cambios estructurales que esa nación centroamericana necesita para lograr un futuro mejor en el menor tiempo posible.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas, citado por Monsanto, en Guatemala hay casi un 60 % de la población que vive por debajo de la línea de pobreza, por lo que esta situación de poco desarrollo humano favorece el fenómeno de la migración hacia el Norte.
El Comandante refiere que hay casi dos millones de guatemaltecos en Estados Unidos, situación que se ha incrementado durante los últimos 20 años, como consecuencia de las faltas de fuentes de trabajo, lo bajo de los salarios y la situación de pobreza.
Además de ello, es preocupante el crecimiento tan acelerado de la población, pues hace apenas 15 años Guatemala estaba en diez millones de habitantes y hoy está en 16 millones, lo que representa un crecimiento de más del 50 %, añade.
Actualmente esa nación centroamericana se encuentra bajo el mandato de Jimmy Morales, quien debutó como presidente el año pasado a pesar de no tener formación ni experiencia en la política.
Sobre ello, Monsanto afirma que lo que realmente ganó en Guatemala fue la “antipolítica”, pues los partidos tradicionales, esos que conformaban el escenario electoral y llevaban los primeros lugares en las encuestas fueron sometidos a un desgaste muy fuerte por parte de acciones políticas impulsadas por la embajada de Estados Unidos en ese país a través de instituciones, bajo la bandera de la lucha contra la corrupción y el narcotráfico.
Por lo tanto ese desgaste, según el líder guatemalteco, le abrió el espacio a una fuerza que no era conocida desde el punto de vista político (Frente Convergencia Nacional), y a un candidato sin trayectoria en la política (Morales), pero que le pareció agradable y simpático a las personas que votaron por él en sustitución de los políticos tradicionales, que tras el escándalo de corrupción del expresidente Otto Pérez Molina, estaban relacionados con esto.
CUBA Y SU APERTURA AL MUNDO
Monsanto explica que a través de los medios ha seguido con mucha atención el proceso de actualización del modelo económico, y está convencido de que esas medidas están orientadas a fortalecer el sistema económico en Cuba, a la vez que corrige errores y supera deficiencias.
Ello será beneficioso para el pueblo cubano, pues recibirá el resultado positivo de estas medidas del Gobierno de la Isla, agrega.
Se han abierto puertas y se han establecido relaciones —expresa el Comandante— ejemplo de ello fue la visita de Raúl a Francia, y el anuncio del viaje del presidente estadounidense Barack Obama a la Isla.
Respecto a la educación y la salud, el líder guatemalteco apunta que “Cuba es en estos momentos un ejemplo para América Latina”.
Monsanto fue uno de los signatarios de los Acuerdos de Paz, firmados por la Unidad Revolucionaria Nacional y el Gobierno de esa nación, entre 1991 y 1996, con el objetivo de alcanzar soluciones pacíficas a los principales problemas generados por el conflicto armado interno.
Desde el año 2012, el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, dialogan en La Habana con el objetivo de encontrar una salida concertada a la guerra interna de esa nación.
Sobre este proceso en la capital cubana, Monsanto opina que la paz es un anhelo humano y es necesaria, y el hecho de que tienda a superarse la confrontación violenta es positivo.
Según el Comandante guatemalteco, ese asunto va más allá de deponer las armas, pues se propone crear condiciones para que Colombia pueda desarrollarse desde el punto de vista social, económico y humano, y se puedan superar los más de 50 años de conflicto armado para entrar en un proceso de democratización.
