Cubainformación.- Mis queridos escritores y artistas españoles:


No puedo encontrar las palabras adecuadas para escribirles cuando los miro en las fotografías, les oigo sus voces o leo el Manifiesto que han firmado dentro de la Plataforma de españoles por la democratización de Cuba. No quiero que sean éstas: “¿recuerdan el bloqueo norteamericano contra la isla, que ya dura más de 50 años, que es el principal causante de las penurias del pueblo cubano, y que año tras año es condenado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, las Cumbres Iberoamericanas y las más diversas entidades y personalidades del mundo entero, por ser un acto ilegal, irracional, cruel, genocida, o “éticamente inaceptable”, como dijo el Papa Juan Pablo II?”, “¿leyeron bien la resolución del parlamento europeo en que insta a todos sus miembros a cooperar con todos aquellos que quieren derrocar al régimen cubano?”, “¿tienen presente la campaña mediática, a nivel mundial, que se ha desatado recientemente contra la isla?”, “¿conocen ustedes las declaraciones del Arzobispo de La Habana y de los jóvenes católicos de Espacio Laical llamando al diálogo en vez de a la confrontación, y donde también afirman que no quieren que su tierra vuelva a ser mandada por el embajador de los Estados Unidos, como sucedía antes de la Revolución?”.

No los entiendo, queridos míos, o no me entiendo a mí mismo ni sé cómo se viven en mi país los numerosos Festivales y Ferias de Cine, Teatro, Ballet, Danza, Pintura, Escultura, Literatura, Música, de todas las Artes, que no son privativos de la capital o de un grupo de ciudadanos privilegiados, sino que se extienden a todo el territorio nacional y son accesibles para todas las personas, porque uno de los logros de la Revolución Cubana ha sido la entrega de toda la cultura al pueblo. Decididamente nunca encontraré las palabras para opinar sobre el significado de lo que han hecho. Es posible que sea porque sé que muchos de ustedes volverán sobre sus almas, y seguro que cuando vuelvan a mirar a los pueblos verdaderamente más pobres del Mundo, aquellos que sí están soportando la más feroz y dolorosa dictadura del dinero que no tienen, no ya para comprarse un libro, sino para comer, ir a la escuela o ir al médico, esos pueblos como Honduras, Guatemala, Haití, casi toda África y tantos otros más, adonde el gobierno cubano, en vez de armas, ha enviado a miles de médicos, maestros y artistas, ustedes mismos firmarán otro tipo de Manifiesto y crearán otro tipo de Plataforma.

Todos esos países están dentro del calificativo de “naciones democráticas”. No puedo creer que sea esa la democracia que ustedes quieren para Cuba. Y ya saben cómo está el Planeta. Toda la Tierra tenemos que curarla. Con todos los hombres y mujeres debemos compartir lo que tenemos. Con Cuba también. ¿Creen ustedes que con su Plataforma están contribuyendo a ello? Tienen la obligación, como muy bien dicen, de ayudar a los cubanos, de no dejarlos solos, pero, ¿creen ustedes que solamente los disidentes de esta extraña e imperdonable isla que escogió el máximo derecho a liberarse deben ser ayudados? Gracias a Dios y a tantos milagros inexplicables allí hay millones de personas que intentan ayudarse a sí mismos y al proceso revolucionario que poseen.

¿Saben ustedes que con su Manifiesto y su Plataforma se están colocando en la misma línea condenatoria a Cuba de las múltiples administraciones norteamericanas, las nuevas ingerencias europeas y la campaña mediática que existe contra la isla en estos momentos? Todos los grandes medios les han dado cobijo de inmediato. Los que siempre han querido destruir a esa pequeña porción de tierra en el Caribe se les están uniendo. Pero, ¿han pensado ustedes que han llegado en el minuto oportuno para rematar y devolver a Cuba a la “libertad” que dicen tener tantos países de nuestro dolido Tercer Mundo y que tanto dolor e indignación provocan en los seres humanos sensibles que los leen y los admiran a ustedes por su eterna búsqueda de la justicia para todos, en tanto son escritores y artistas amantes de todos los pueblos?

Claro que pueden ayudar a la democratización de Cuba, bueno, de todas las naciones, incluidas las de España, pero, queridos míos, por favor, háganlo con todos sus habitantes. Vayan a Cuba. Conozcan la realidad cubana. Toquen a las puertas de las casas. En una de ellas, la de la célebre bloguera Yoani Sánchez, leerán el cartel “Internet para todos”. Por supuesto que estoy de acuerdo con ella, entonces, ayúdennos a pagarlo, pues esos carteles tan abundantes en otros países como “Pan para todos”, “Escuela para todos”, “Hospitales para todos”, “libros para todos”, “Cultura para todos”, y tantos otros tan necesarios que realmente ayudan a los pueblos a conquistar la libertad y la democracia no existen en Cuba, aunque tengamos que compartir nuestra pobreza, que sí, es triste, es muy triste la pobreza, pero jamás ha sido tan digna como la del pueblo cubano. Podrían, incluso, ayudar a Cuba haciendo todos estos carteles por millones y llevarlos por todo el doloroso globo terráqueo.

En fin, queridos míos, no quiero cansarlos, ni cansarme, buscando las palabras más adecuadas para dialogar pensando que tanto ustedes como yo lo único que queremos es Un Mundo Mejor. Sinceramente creo en vuestros talentos, conocimientos y sensibilidades. Sé que ustedes no quieren destruir a Cuba y que este Manifiesto y esta Plataforma que han creado no es uno más de los crímenes que se han cometido contra el pueblo cubano. Ya ustedes sabrán, cada uno en su corazón, cuál es la ayuda que deben ofrecer. Sé que lo saben y lo harán. Creo en ustedes.

Queriéndolos siempre,

Andrés Marí.

Actor y escritor cubano

Dijo el Cardenal Ortega, Arzobispo de La Habana:

"Creo que un diálogo Cuba-Estados Unidos sería el primer paso necesario para romper el círculo crítico en que nos encontramos. Al comienzo de su gestión el presidente Raúl Castro propuso a los Estados Unidos este diálogo sin condiciones y sobre todos los temas, incluyendo los derechos humanos, y ha repetido su propuesta en más de una ocasión. En su campaña política presidencial, Barack Obama también indicó que cambiaría el estilo al uso y buscaría ante todo hablar directamente con Cuba. En esos momentos crecieron las expectativas del posible encuentro entre ambos países. Sin embargo, después de llegar al poder, el nuevo presidente norteamericano ha repetido el viejo esquema de gobiernos anteriores: si Cuba hace cambios con respecto a derechos humanos, entonces los Estados Unidos levantarían el bloqueo y se abrirían espacios para un diálogo ulterior. Si bien se dieron pasos importantes que modificaron algunas medidas contraproducentes impuestas por el anterior gobierno, con el tiempo se alteró la propuesta preelectoral. De nuevo la antigua política prevaleció: comenzar por el final. Estoy convencido que lo primero debe ser encontrase, hablar y en el avance del diálogo se darían pasos que puedan mejorar las situaciones difíciles o superar los puntos más críticos. Este es el modo civilizado de enfrentar cualquier conflicto."

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