Graciela Ramírez -  Corresponsalía Resumen Latinoamericano.-  En conferencia de prensa realizada en el Centro de Prensa Internacional -CPI- Carlos Fernández de Cossio, director general de América del Norte de la cancillería cubana, acompañado de un panel de expertos en Neurociencias, Neurología, Clínica Médica, Psicología y especialistas de las áreas de Seguridad Diplomática, Investigación y Operaciones y la Dirección de Criminalística del Ministerio del Interior, develaron detalles de la investigación multidisciplinaria realizada al más alto nivel durante dos años.


 

La información que por primera vez hoy se hizo pública al presentarse a la prensa, fue compartida durante ese tiempo con las autoridades de EE.UU.

Al recibir la explicación detallada realizada por Cuba, como resultado de la investigación científica irrefutable de calificados expertos de diferentes disciplinas de las ciencias médicas, bioingeniería, física y expertos en seguridad, se pone en evidencia, una vez más, la escalada de agresiones que rayan con la locura y la obsesión del actual gobierno de Estados Unidos contra la Revolución cubana.

Las palabras en política no se dicen al azar: “ataque” sinónimo de agresión

El 17 de febrero de 2017 la embajada de Estados Unidos en Cuba informó al Ministerio de Relaciones Exteriores que personal de su embajada habría sufrido presuntos “ataques sónicos” y producto de ello algunos de sus funcionarios presentaban pérdida auditiva y afectaciones en la salud.

Con la seriedad que ha demostrado Cuba a lo largo de su historia, de inmediato dio máxima prioridad a la denuncia, ofreciendo todas las garantías para iniciar una profunda investigación. Desde el principio EE.UU calificó el hecho como “ataque”, el primero habría ocurrido en noviembre de 2016 y el último cercano a la fecha de la denuncia ante la cancillería.

Medidas adoptadas por Cuba:

Creación de un comité interdisciplinario e interinstitucional, formado por expertos del más alto nivel, apertura de canales de comunicación específicos para el tratamiento de los hechos; reforzamiento de la protección y seguridad en la sede de la embajada y las casas de los funcionarios. Como EE.UU hablaba de “ataques” con todo lo que ello implica y más aún con la actual administración, se abrió una investigación criminal, integrada por peritos, investigadores, expertos en  neurociencias, clínica médica, otorrinolaringólogos, psicólogos, psiquiatras, expertos en neurofisiología, física del sonido, tecnología de las microondas y bioingeniería.

Se pormenorizó la investigación en residencias de vecinos adyacentes, también en hoteles. Nadie tuvo síntomas de enfermedad ni percibió sonidos que no sean los habituales de esta ciudad alegre y bulliciosa. Fueron dadas todas las facilidades para que oficiales del FBI y la Real Policía Montada de Canadá país que también alegó la afectación de funcionarios, realizaran sus tareas de investigación independiente en el país.

El director de la cancillería, también destacó la diferencia del tratamiento del hecho del gobierno de Canadá, donde las relaciones de respeto y cooperación comercial, financiera y política, marcan la diferencia, se mantienen en alto nivel siendo Canadá uno de los grandes inversores en sectores muy importantes de la economía cubana y emisores de turistas.

El FBI -cuatro meses después- comenzó la investigación en La Habana, llegando a un total de 9 visitas operacionales, en tanto la Real Policía Montada de Canadá lo hizo en 7 ocasiones. Cuba siempre compartió con las autoridades de EE.UU y Canadá los resultados de la investigación tanto científica como de los peritos policiales.

El Dr. Mitchell Valdés Sosa, director del Centro de Neurociencias de Cuba, explicó en detalle la imposibilidad desde las ciencias de provocar afectaciones auditivas o de otro tipo a través de un arma de emisión de ondas sónicas, ultrasónicas, microondas de alta o baja frecuencia. Compartió sus experiencias con expertos de Estados Unidos y Europa en decenas de ocasiones, que coincidieron con los estudios de la comisión cubana.

El teniente coronel Roberto Hernández Caballero, de la Dirección de Investigación General y Operaciones del Ministerio del Interior, expresó que Estados Unidos denegó el acceso a los pacientes de manera permanente, aun cuando se ofrecieron todas las garantías de confidencialidad para ello.

Tanto el director de la cancillería Fernández de Cossío como el Dr. Valdés Sosa dejaron claro que Cuba no pone en tela de juicio que pueda existir personal enfermo, pero asegura con pruebas contundentes que los síntomas o afectaciones tengan relación alguna con la estancia de esos funcionarios en la isla.

La investigación del FBI descarta la hipótesis de ataque sónico, acústico, ultrasónico o infrasónico. El actual Secretario de Estado Michael Pompeo dijo en junio del 2018 que no había pruebas contra Cuba. Pero el Departamento de Estado y los halcones Bolton, Marco Rubio y el mafioso Claver-Carone siguen hablando a la prensa con premeditada alevosía e irresponsabilidad de “ataques”.

Recordemos que la gran mentira de los supuestos “ataques” fue la justificación para la expulsión de diplomáticos cubanos acreditados en EE.UU, el “alerta de viajes” para desalentar los viajes a la isla y el vaciamiento de la embajada en Cuba.

Esto ha provocado gravísimos inconvenientes y enorme gastos a miles de cubanos que por razones familiares necesitan viajar a los Estados Unidos. Hoy para obtener una  visa deben trasladarse a un tercer país, con el gasto que ello implica sin saber si la obtendrán o se la denegarán y tampoco pueden realizar trámites consulares ya que también fue desmantelado.

El gobierno de Estados Unidos nunca presentó a Cuba evidencias de ataque alguno, tampoco lo ha hecho ante la comunidad internacional.

Fernández de Cossío aseveró: “no hay evidencia, teoría ni resultado investigativo apegado a la ciencia que justifique el uso del término ataque que el gobierno de EE.UU utiliza públicamente, aunque en intercambios oficiales reconocen que no existen evidencias”.

Esta deliberada calumnia ha sido tomada con extrema seriedad por el gobierno cubano y calificada como “un peligro irresponsable”.

Director Carlos Fernández de Cossío, Dr. Mitchell Valdés-Sosa, Director del Centro de Neurociencias de Cuba, Teniente Coronel Roberto Hernández Caballero.

Carlos F. de Cossio-Director de América del Norte Minrex

Dr.Mitchell Valdés-científico cubano

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