Esta situación agrava la situación hidrológica de este extremo de Cuba, que hace menos de un lustro sufrió una intensa sequía y ahora debe preocuparse por exceso de agua.

Las precipitaciones que bañan esta región desde el pasado domingo son causadas por un frente frío cuyo efecto debe disminuir en las próximas horas, según meteorólogos locales.

Las autoridades vigilan la evolución de las lluvias, que anegaron los sembrados y tienen vertiendo a las presas.

Según la delegación provincial del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, nueve embalses vierten más de 720 metros cúbicos por segundo: ocho porque están desbordándose y uno por precaución.

El problema aumenta por el escurrimiento proveniente de la Sierra Maestra, imponente grupo montañoso oriental que lleva varios días bañado por intensos aguaceros de hasta cinco horas seguidas.

Entre los principales estragos causados por las riadas sobresale la rotura de una planta potabilizadora, que redujo considerablemente el abastecimiento de agua potable a Bayamo, ciudad cabecera de la provincia de Granma.

En Holguín, las crecidas de ríos son peores por la abundancia de manantiales y corrientes subterráneas en las montañas, que cuando afloran inundan los caseríos e interrumpen las comunicaciones.

Persiste la vigilancia en las inmediaciones del río Mayarí y sus afluentes, donde unas tres mil personas fueron evacuadas a casas de familia, albergues y otros lugares seguros.

A su vez, la crecida del río Grande interrumpió el tránsito por carretera hacia el extremo este de esa oriental provincia.

Las principales autoridades del territorio recorren las zonas afectadas y velan por la salvaguarda de las vidas humanas y los recursos económicos.