En todas las salas capitalinas se registró una constante afluencia del público, que disfrutó de unas 30 piezas internacionales, con una amplia representación de América Latina.
De Chile se presentó la pieza Neva, de Teatro en el blanco, que lidera el dramaturgo Guillermo Calderón, Cartas de la memoria, de Las reinas del mambo y las comedias Santo Progreso y El crimen del cura tato, de Plancton.
Ecuador fue otras de las naciones con mayor participación. Entre sus obras más significativas destacó Cartas cruzadas, del grupo Tragaluz, del Teatro Nacional de Sucre, una codirección y dramaturgia de la cubana Flora Lauten y Raquel Carrió.
De Europa debutaron agrupaciones de Slovenia, con Macbeth after Shakespeare, dirigida por Ubica Bulján y los franceses de Boyokani Kyeseli estrenaron su versión del príncipe Hamlet, de Shakespeare, interpretada por actores africanos.
También, el director español Pepe Balbé propuso al público habanero Flores arrancadas a la niebla, a cargo de su agrupación Albanta Teatro.
Cuba trajo otras 30 puestas en escena, desde las emblemáticas como Si vas a comer, espera por Virgilio, un homenaje al fallecido dramaturgo Virgilio Piñera, unos de los autores claves en la historia de las artes escénicas cubanas, hasta la más reciente Y sin embargo se mueve, de la Compañía infantil La Colmenita.
Un encuentro con destacadas figuras de esta manifestación en la isla abrió el ciclo de conferencias y talleres con personalidades como Vicente Revuelta, Abelardo Estorino y José Melian.
Lo más importante es dialogar, encontrarse con los que iniciaron, experimentaron, rompieron esquemas, le dieron un sentido auténtico al teatro nacional, dijo la especialista cubana Bárbara Rivero en la apertura.
Otros de los momentos destacados de las sesiones teóricas fue el intercambio sobre la puesta de Nacidos con ira, de la dramaturga alemana Dea Loher y el ciclo de conferencias sobre la comedia dell arte, a cargo del Lorenzo Pasquil, de Ordadurto Teatro.