Howell Llewellyn* / Cubainformación.- Así se expresó Juan Formell, líder y fundador de Los Van Van, la estupenda orquesta de timba, cuando el grupo terminó el llamado “concierto de Juanes” en la Plaza de la Revolución de La Habana el pasado 20 de septiembre. Sí señor: era la manera de Formell de celebrar el hecho de que el concierto Paz Sin Fronteras había sido un éxito total para Cuba, para el pueblo cubano y, cómo no, para su gobierno.

Texto publicado en Cubainformación en papel nº 11 - Otoño 2009.



    El momento en que un grupo de exiliados cubanos en Miami destrozaron CDs de Juanes y sus 14 artistas invitados con una apisonadora de dos toneladas fue reflejo elocuente de la furiosa gusanera desatada desde que se supo que Juanes y otros artistas iban a –según sus palabras- “entretener a Fidel y Raúl Castro” con su música.

    Hasta entonces, hubo amenazas de muerte al músico colombiano residente en Miami, y a su colega en el colectivo Paz Sin Fronteras, Miguel Bosé. El ministro cubano de cultura Abel Prieto reaccionó: “Hemos visto, lamentablemente, el rostro feroz del fascismo en Miami contra un proyecto tan hermoso como el de Juanes”.

    Y es que, en un momento sin precedentes, los gobiernos cubano y yanqui estaban en la misma onda. Al decidir en Madrid junto a Bosé hacer otro concierto en Cuba después del primero en 2008 –celebrado en la frontera entre Colombia y Venezuela-, Juanes fue a Washington a explicar el proyecto a la secretaria de Estado Hillary Clinton. En seguida, ella declaró que era una buenísima idea y suspendió las restricciones del bloqueo yanqui que hubieran hecho imposible el concierto.

    En una rueda de prensa con Bosé, Victor Manuel y Yotuel Romero (cantante de Orishas), el pasado 17 de septiembre en Madrid, Juanes explicaba que el concierto no tenía ninguna intención política. Asimismo, expresó que Clinton dio permiso para el envío de toneladas de equipo de sonido, así como para la concesión de visados a los 80 norteamericanos que iban a montar el escenario, para la merenguera Olga Tañón y para el cantante Danny Rivero, originarios de Puerto Rico, estado asociado de EEUU.
    Por supuesto hubo muchas dudas y sospechas en el seno del Movimiento de Solidaridad con Cuba. ¿Qué tramaba Clinton? Un concierto así –15 artistas de seis países y una cobertura mediática global– ¿no iba a ser utilizado para criticar a Fidel, Raúl y a la Revolución? No hay que olvidar que, hace sólo unos meses, Bosé dijo que nunca cantaría en Venezuela mientras Hugo Chávez fuera presidente. ¿Se había suavizado tanto la postura de Bosé hacia los gobiernos tildados mediáticamente como “anti–norteamericanos”?

    Un comentario del cantante Amaury Pérez realizado un mes antes del concierto nos apunta el significado de aquel día: “Nadie viene a cantarle al sistema cubano. Juanes no es comunista, no tiene ningún tipo de coincidencias ideológicas con nosotros. Es un hombre bueno al que se le ha ocurrido una idea hermosa y nuestro pueblo la agradece”.

    Ni más, ni menos. Juanes, algo ingenuo y con una idea un tanto hippy, se quedó encantado con su primer concierto Paz Sin Fronteras en su país, y ya planea un tercero en la frontera entre México y EEUU. Habla de paz, amor, fe, inocencia… y también de Miami: “Las cosas han cambiado en Miami. Estamos en tiempos diferentes. Nunca hubiera pensado hacer este concierto cuando Bush”.

    Un elemento muy importante fue la presencia de Silvio Rodríguez en todo esto. Seguramente Silvio no habría participado en algo remotamente dudoso. “Este concierto es un claro gesto de paz, por eso me sumo a él como cubano”, dijo Silvio. “A mi entender, este concierto pretende unirse a la voz de muchos de aquí y de allá que deseamos que la situación se normalice y que cada cual viva como lo desea, respetando al otro”.

    Sobre la reacción virulenta de la gusanera en Miami, Silvio dijo: “Las voces que condenan este concierto no son las de la inmensa mayoría de trabajadores emigrantes cubanos. Las voces incómodas y agresivas son de la pequeña pero muy poderosa ultraderecha cubana. Un evento de paz le molesta a la ultraderecha porque la naturaleza de esta gente es agresiva, como lo es el bloqueo, y porque la idea y el hecho de la paz socavan el odio que les alimenta”.

    Lo que Juanes nos dijo en la rueda de prensa sobre Silvio también dice mucho del colombiano: “Lo que Silvio ha hecho con sus poesía y canciones es increíble. Cuando yo tenía 8 o 9 años, escuchaba los discos de Silvio que tenían mis padres. Crecí escuchando su música. Es un tipo que admiro profundamente, y le invité a participar en el concierto”.

    Cuando un periodista criticó a Silvio y al “régimen cubano” por la supuesta “desigualdad” en Cuba, Juanes casi se enfadó: “¿Has pensado en los niños hambrientos en Colombia, Nicaragua, El Salvador…?”. Y para explicar que “el problema de la Paz no es cubano, es humano”, dijo “yo nací en Colombia en 1972, y no tengo ni idea de cómo es vivir en un país en paz. Cuba sí tiene paz, y la paz es gigante”.

    Y preguntado por un periodista sobre qué ganancias financieras esperaba del concierto, Juanes dijo: “Primero, esto no es comercial, la paz no vende bien. Además, no tenemos patrocinadores porque no se meten en Cuba. Paz Sin Fronteras se autofinancia, y algunas empresas nos ayudan con los viajes y hospedaje”. Estas incluyen el Instituto Cubano de la Música (ICM), la SGAE, Air Europa, Aerosur y A&C Charters.

    Juanes dejó claro que una meta del concierto fue lograr un mejor intercambio cultural entre Cuba y EEUU. “Silvio, Amaury, Van Van… no pueden ir a Miami a tocar. Si Willy Chirino [cantante contrarevolucionario residente en Miami] pudiera actuar en La Habana, y Silvio en Miami, sería muy bueno… pero en los dos sitios hay todavía mucha bronca. Con el concierto queremos cambiar el discurso”.

    En mayo pasado, EEUU prohibió a Silvio visitar el país para participar en un concierto de celebración por el 90 cumpleaños del cantautor Pete Seeger. Pero curiosamente, una semana después del concierto habanero, el Departamento de Estado de EEUU dio visados a la cantante Omara Portuondo para actuar en California, a Pablo Milanés para actuar en Puerto Rico, y a la compositora Zenaida Romeu para llevar a su formación Camerata Romeu a un concierto en Fargo, N.D. Fue la primera vez desde 2003 que músicos cubanos recibieron visados para actuar en EEUU.

    Sin embargo, en seguida nos enteramos que la Filarmónica de Nueva York tuvo que aplazar su plan de ofrecer dos conciertos en La Habana (el 30 de octubre y el 2 de noviembre) por el bloqueo que ha impedido viajar a Cuba a unos 150 patrocinadores y miembros de la orquesta. “La noticia pone en evidencia al Gobierno de EEUU, el único responsable de que este proyecto eminentemente cultural fracase”, dijo el vicepresidente del ICM, Alejandro Gumá.

    Pero, duélale a quien le duela –como afirmó Juan Formell–, el concierto Paz sin Fronteras se celebró y fue un rotundo éxito de organización y participación: “El pueblo cubano, especialmente su magnífica juventud, demostró que aún en medio de un brutal bloqueo económico es posible vencer obstáculos inimaginables”, afirmaba el propio Fidel Castro solo unas horas después.

*Periodista y miembro de la Coordinadora de Solidaridad con Cuba en Madrid.
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