Entrevista con Haydée Milanés
Liliana Rodríguez Simón Foto: Kike - LaJiribilla.- Desde muy pequeña, Haydée Milanés está ligada a la música. Su padre, Pablo Milanés, uno de los grandes de la Nueva Trova cubana, el compositor de temas inolvidables como “Yolanda” y “El breve espacio en que no estás”, el hombre inmenso que le canta a Cuba y al amor, la introdujo de manera natural ?comentó en entrevista exclusiva a La Jiribilla? en el maravilloso mundo de la creación e interpretación musical.
Importantes compositores e intérpretes nacionales y extranjeros frecuentaban la casa de la familia Milanés cuando Haydée era aún una niña. Las canciones que Pablo hacía y escuchaba, sus amistades y el compromiso con su trabajo fueron enriqueciendo paulatinamente a la joven: “El ambiente me ayudó a introducirme en ese mundo y después, profesionalmente, ha sido una base muy importante. Pero el apoyo de mi padre resultó fundamental, la guía de alguien como él —como músico y como persona—. De verdad es un lujo tenerlo así tan cerca. Representa todo un mundo lleno de vivencias al lado de uno. Eso es lo más importante”.
Aunque para la joven cantante el entorno en el que creció siempre había sido puerto seguro, fue a los 20 años cuando descubrió en la música su verdadera profesión: “Se dio en mí de manera natural, ese fue el medio en el que crecí, por lo cual no me había percatado de que era mi destino. Llegué a pensar que quería ser gimnasta, corredora, pintora, quería ser cualquier cosa. Tiempo después ?luego de pasar el proceso de grabación de mi primer disco con Descemer Bueno?, comencé a ver desde otra perspectiva ese mundo y sus intérpretes, empecé a relacionarme de otra manera. En ese momento confirmé lo que me gustaba realmente”.
Entonces comenzó a cantar. En 2005 grabó su primer CD, Haydée, en el que interpreta temas compuestos para ella por Descemer ?a quien conocía desde hacía años?: “Era amigo de la familia y siempre estaba en mi casa; lo veía ensayar con otros músicos en el garaje de mi padre”, recuerda. Tres años más tarde sale a la luz Haydée en vivo, su segunda producción discográfica, donde interpreta canciones junto con su padre y hermanas: Lynn y Suylén Milanés.
Para 2010, A la felicidad, su tercer disco, bajo el sello de la casa discográfica Bis Music, salió al mercado después de un largo proceso de grabación en los estudios PM Records en Cuba; en Maya Thyla, de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y en el de Joaquín Sabina, estos últimos en Madrid, España. La cálida voz de Haydée volvió a estremecer a los amantes de la canción ?en esta ocasión estrenándose como compositora? con 11 coplas en las que se hizo acompañar de importantes artistas nacionales e internacionales como Thiago de Mello, con quien escribió el tema “No me hables”; Pedro Aznar; Omara Portuondo; José Luis Cortés; David Blanco; Robertón, cantante de los Van Van; entre otros.
Este disco, comentó en su lanzamiento el pasado año en el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate del ICAIC, fue como un renacer después de un período en el que se le hacía imposible crear. Hoy nos explica el porqué: “estaba muy triste porque sentía que podía componer, pero todavía no había fluido en mí ese don, y el hecho de solamente interpretar no me satisfacía. Fue un momento de mi vida también en el que me sucedieron cosas tristes: relaciones que fracasaron... Sin saberlo ese estado hizo que sacara afuera todo lo que sentía y lo convirtiera en canciones. Me sirvió para cantarle a la vida, a La Habana y a Cuba; a toda la gente que busca el amor, la belleza, la magia y la verdad”.
También arreglista y productora de este último CD, Haydée resalta su proceso de realización y confiesa que uno de los momentos más especiales fue cuando Thiago de Mello se brindó a colaborarle: “Thiago es una persona súper especial, con una sensibilidad muy grande, es muy amigo de mi papá desde hace muchos años: lo conozco desde niña. Fue en una visita suya a La Habana ?yo estaba con el proyecto de A la felicidad y no tenía muchas canciones hechas? cuando le mostré “No me hables”. Le faltaba letra y me dijo que le gustaría terminar de escribirla. Fue un honor grandísimo que un poeta y un artista como él me ayudara”.
A la felicidad habla precisamente de la búsqueda que debemos sortear para lograrla, del amor y de la paz, de cómo y por qué debemos hacerlo; tal vez el camino nos resulte un poco difícil, sin embargo, la vida es así: “tiene sus altas y sus bajas, pero eso no nos puede hacer renunciar. Hoy soy un poco más feliz que hace un tiempo atrás porque me he enfocado en ello. Debemos buscar por todos los medios lo que nos dé felicidad, haciendo lo que sea ?sin lastimar a nadie? ya sea pintando la reja de una casa o lo que nos parezca. Eso es lo que quiero con mi disco, esa tranquilidad, que no es fácil de conseguir”.
Durante toda su carrera musical, tanto en la interpretación como en la composición, ha incursionado en géneros musicales que van desde el pop, el soul, el jazz y la música cubana. El dominio que demuestra nos hace pensar si es una mezcla vívida y natural de todos: “Realmente escucho todo tipo de música que esté bien hecha. Siempre he sentido la necesidad de acercarme a diferentes estilos. Primero escuché mucha canción brasileña, norteamericana, trova cubana; y después, cuando comencé en la escuela de música, me empezó a llegar un poco la referencia del jazz. Este género es como la obsesión de los músicos. La idea de que el jazz es lo máximo me hizo sumergirme bastante en ese mundo. Iba a los festivales ?mi primer trabajo profesional lo hice con Ernán López-Nussa y estuvo basado en el jazz. Y así poco a poco he descubierto que me gusta experimentar con los géneros, eso también forma parte de mí”.
Fresca aún la tinta en el papel, Haydée sonríe y me recuerda su paso por Interactivo, sus presentaciones junto con esa gran familia liderada por su amigo Roberto Carcassés: “Robertico ha sido muy importante en mi carrera; mi primera grabación fue gracias a él y a Descemer: me llamaron para hacer el tema de una película. Poco después, cuando terminé con el proyecto de Ernán López-Nussa comencé a visitarlo, a interesarme en su música, y me invitó a una de sus presentaciones en La zorra y el cuervo, después de ese día se hizo regular mi participación. Allí me empecé a desinhibir como solista, como intérprete, me ayudó un poco con el piano, pues quería hacerme acompañar más por este instrumento. Robertico ha sido mi amigo por años, un guía musical y espiritual. Y aunque nunca he formado parte de la plantilla de Interactivo, siempre he estado ahí; me gusta mucho compartir con ellos porque todos son mis amigos”.
Haydée prepara actualmente varios proyectos: uno de ellos es la grabación de un disco de canciones de Marta Valdés; la concepción de un CD de canciones escritas por su trombonista Carlos Marín; y la realización de su cuarta producción discográfica (La esquina de la luna) con los temas que va escribiendo.
Muchos pudieran ser los resquicios para llegar a la esencia de esta joven músico, acercarnos sobremanera a sus sentimientos, su manera de ver la vida y las cosas que en ella suceden; sin embargo, hemos tratado en esta entrevista de recorrer algunos de los puntos más importantes de su carrera y de su vida. Solo que antes de concluir se nos antoja otra interrogante, tal vez con la intención de resumir lo que nos ha hecho estar hoy aquí, sentadas de frente.
¿Qué significa para Haydée Milanés la música, qué se esconde detrás de cada gesto o palabra, detrás de cada una de las letras que interpreta o escribe?, le preguntamos. Y nos respondió entre risas, delatando sutilmente la esencia que siempre buscamos, con la perseverancia en sus ojos, esa que no ha abandonado para llegar A la felicidad: “La música es una manera de acercarme a la vida, a la espontaneidad. Cuando canto me meto muy adentro en la historia que estoy contando y eso es importante: encontrar algo así en la vida, algo en lo que uno se pueda sumergir para olvidarse de todo lo demás. Eso no es fácil, y me ha costado trabajo, pues me di cuenta de que en un momento determinado de mi carrera cantaba y no sentía nada de lo que estaba diciendo. Fue duro aceptarlo, pero poco a poco he ido tratando de meterme bien adentro de lo que estoy haciendo, es como ser actor. La música es entonces ser sincero con uno; un disfrute muy grande. Me encanta”.
