Prensa Latina.- El proyecto cubano La guarandinga, empeñado en rescatar para el público infantil tradiciones culturales de la Isla, festejó aquí su quinto cumpleaños con un espectáculo en el capitalino Teatro Nacional.
Liderada por la trovadora Rita del Prado y el dúo Karma, la peña rodante -como la bautizaron sus fundadores- puso a bailar el fin de semana último a unos 900 espectadores que disfrutaron de un concierto en el que se fundieron ritmos como la rumba, el son, el sucu sucu y la controversia campesina.
Tampoco faltaron el cha cha cha, el guaguancó, la trova tradicional y el mambo, fusionado con la música folclórica de Brasil, África y otros países donde beben estos tres intérpretes.
A la fiesta por sus cinco años se unieron invitados especiales como la compañía de teatro La Colmenita y el dúo de titiriteros La Salamandra, quienes condujeron al público a un viaje por Cuba en guarandinga (transporte original del oriente del país, mitad autobus, mitad tractor).
Personajes disímiles como un manguarí celoso, una ciempés llamada Teresa que baila conga y un murciélago alocado se mezclan en unas 18 canciones recogidas en un CD, en el que los autores hacen un recorrido por zonas rurales, comidas, frases, tradiciones y costumbres típicas del cubano.
Muestra de ello es el tema En camino a Guardalavaca, un jocoso trabalenguas mediante el cual explican a los niños cómo Cristóbal Colón descubrió la isla. "En camino a Guardalavaca/recordé que bajo este sol/al llegar emocionado/Don Cristóbal dijo. ÂíGool!, reza uno de sus estribillos.
Del Prado, Xochitl Galán y Rodolfo Hernández también transportan en su guarandinga a personajes de la literatura universal como Don Quijote y Sancho Panza en el número Los trigales de Don Quijote, en el que recorren con humor pasajes de la obra cervantina.
Esta y otras aventuras convergen en el proyecto asumido con dedicación y frescura, que cuenta con miles de "guarandingueros" en todo el país.
El proyecto echó a rodar en 2006 con el apoyo del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau y un único propósito: "inculcar en los niños la defensa de la identidad cultural de una manera amena, divertida y poética".
