El universo atlético se rinde ante quien exhibe el palmarés más pródigo en esta especialidad. Una hoja de servicios que incluye los récords mundiales tanto al aire libre como en pista cubierta, además del título olímpico en Barcelona ’92, dos campeonatos mundiales (Stuttgart-1993 y Atenas-1997), cuatro campeonatos en pista cubierta (Hungría-1989, Canadá-1993, España-1995, y Japón-1999), entre otros méritos.
Sotomayor, único cubano que coexiste como plusmarquista del orbe, encabeza el selecto club de los once hombres que en algún momento de su vida han logrado sobrepasar los 2.40 metros. El listado se completa con los soviéticos Rudolf Povarnitsin e Igor Paklin, Carlo Thränhardt de Alemania Federal, los suecos Patrik Sjoberg y Stefan Holm, el rumano Sorin Matei, los estadounidenses Charles Austin y Hollis Conway y los rusos Vyacheslav Voronin e Iván Ukhov.
Por si fuera poco, el discípulo más aventajado de José Godoy posee 17 de las 25 mejores marcas que se han registrado por encima de los 2,40 metros en la historia del salto de altura. Este “navegante espacial” clasificaría en la lista Guiness como el hombre que más cerca ha pasado del cielo sin la ayuda de un implemento.
Al Príncipe de las Alturas lo abordamos mientras les transmitía su experiencia a varios de los participantes en la III Edición del Memorial José Godoy.
¿Qué objetivos persigue este evento?
Esta idea venía dando vuelta desde hace rato porque sentimos que este tipo de evento le hacia falta al atletismo cubano. Este mitin se materializó hace tres años gracias a la colaboración de mucha gente como el señor-Sr. Roland Duffner que de forma desinteresada se dispuso a promocionar y a colaborar con los que diseñamos este proyecto. El objetivo del evento es promocionar el salto de altura para que las nuevas generaciones se motiven a participar en esta modalidad del atletismo y a partir de ahí seleccionar a los posibles integrantes de los equipos cadetes y juveniles.
¿Cómo valoras el estado actual del salto de altura cubano?
Esta especialidad no está gozando de gran salud en estos momentos. El último saltador que tuvimos fue Víctor Moya y se nos lesionó en el Centroamericano de Cali y a partir de ahí no ha podido estabilizar sus resultados. En estos momentos tenemos a Sergio Mestre que tiene como mejor resultado un salto sobre los 2.25 y aparece en estos momentos como el saltador más destacado de nuestro país pero que desde mi punto de vista todavía le falta condiciones para aspirar a un resultado a nivel internacional. En el femenino tenemos a una muchacha joven con mucho talento pero creo que todavía es muy temprano como para presagiar a donde puede llegar. Leyanis Mayor es la otra atleta que tenemos en el equipo nacional y es quien ha sido nuestra representante en las últimas competencias foráneas. No creo que pueda llegar a sobrepasar los dos metros pero por lo menos puede acercarse a esa marca. El descenso en el salto de altura no es solo en nuestro país sino que es un fenómeno mundial porque es muy difícil ver hoy en día un atleta que salte 2.40 y los pocos que logran conquistar esa marca en los últimos tiempos lo han hecho bajo techo.
De los saltadores de altura actuales, ¿En cuáles observas mayor potencialidad?
Para mí Mutaz Essa Barshim y el ruso Iván Ukhov son los atletas que mejor saltaron el año pasado. Este año el catarí es el que mejor lo ha hecho en la temporada de invierno con 2.37. Creo que tiene condiciones para saltar alrededor de los 2.37 y los 2.40, pero el 2.46 todavía está muy lejos de sus posibilidades reales. Actualmente hay otros saltadores que tienen grandes condiciones pero todavía no han demostrado que son capaces de acercarse a esta marca.
¿Por quién se inclina en el sector femenino?
Depende del tiempo, si me hablas del año pasado, o de estos últimos años, te digo Anna Chicheroa. Si me hablas de todos los tiempos, te digo que Blanca Vlasic.
¿En algún momento de su vida ha sentido añoranza por volver a saltar?
Ya ahora mismo no pero cuando me retiré me resultó muy difícil aceptar que no iba a continuar realizando la actividad a la que le había dedicado toda mi vida. Yo estuve como un año en que venía al Estadio Panamericano y no me acercaba a la pista. Poco a poco he tomado conciencia de que no puedo continuar compitiendo y me he dedicado a otras funciones que me han ayudado a llenar ese vacío que sentí desde de que me distancie del deporte rey.
¿Cuánto usted cree que podría saltar en estos momentos?
Dos metros.
¿Cuánto influyó José Godoy en los resultados de Javier Sotomayor?
Para mí este señor fue como un padre, ya que bajo su égida logré los mejores resultados de mi carrera deportiva. Godoy me forjó no solo como saltador sino que hizo de mí una persona de bien. Recuerdo que me decía que yo tenía que ser un buen saltador pero que más que eso debía procurar ser un hombre de principios. Él era un hombre muy sabio y siempre atendí a sus consejos porque era el paradigma que yo quería imitar. La mayor satisfacción que tengo es haber sido discípulo de Godoy.
