Granma.- Queridos Miguel Barnet y demás miembros de la UNEAC:

No puedo estar con ustedes en los debates. Conozco las preocupaciones de algunos de los miembros de la organización -sobre todo las tuyas, Miguel- debido a la costumbre tradicional de mi presencia en los congresos de nuestros escritores y artistas.

La Jiribilla.- Han transcurrido diez años desde nuestro VI Congreso. Los acontecimientos que se han precipitado ofrecen un panorama sombrío del mundo que nos rodea. El ataque contra las Torres Gemelas sirvió de pretexto para la puesta en práctica de la doctrina de la guerra preventiva. La sangre numerosa se derrama en el Oriente Medio, mientras desaparecen valiosísimos testimonios de la antigua civilización de Mesopotamia, una de las fuentes originarias de la nuestra. El medio ambiente se degrada y el cambio climático se acelera. Luchar por la cultura hoy significa, como nunca antes, batallar por la supervivencia de la especie.

La Jiribilla.- FUERON TIEMPOS DIFICILES PARA CREER EN EL FUTURO, nos dijo Julio García Espinosa en el VI CONGRESO de la UNEAC de 1998. Pero no se refería a aquellos del Mégano, sino a estos en que se nos confunden FAMA y TALENTO, y en los que retener la esperanza es un gesto para algunos utópico.

Se abren las puertas a la cultura

Cobertura especial de La Jiribilla.- El VII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) comenzó con la presencia de Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el Palacio de las Convenciones, en La Habana, luego de todo un año preparatorio de plenarias y análisis a lo largo del país, con los que la UNEAC fomentó un ambiente de debate e intercambio, serias valoraciones sobre su quehacer dentro de nuestra cultura y sobre la interacción con sus miembros, que ya traen aires de renovación para la institución.

La Jiribilla.- Miguel Barnet, presidente de la Comisión Organizadora

Hemos llegado hasta aquí, finalmente. Y no digo finalmente con un sentimiento de alivio o de descanso sino más bien con satisfacción y regocijo. Los doce meses invertidos en la preparación de este Séptimo Congreso han sido aleccionadores. Hemos desarrollado intensas jornadas de trabajo a lo largo de todo el país, visitando los Comités provinciales y asistiendo en grupos de trabajo a las asambleas de elección de delegados al Congreso, precandidatos al Consejo Nacional y a los Ejecutivos de las Asociaciones así como a discusiones sobre temas que se abordaron en las Trece Comisiones de Trabajo del Congreso. ¿Por qué satisfacción y regocijo? En primer lugar porque en la Comisión organizadora y su grupo de dirección hemos comprobado que el sistema de equipos que conformamos ha sido la piedra de toque de estas reuniones. La tradición de trabajo colectivo enraizada en nuestro país desde el triunfo de la Revolución dio los frutos que esperábamos en este arduo empeño de organizar el Congreso.

Alberto Faya Montano - La jiribilla.-  El pasado Congreso de la UNEAC tuvo entre sus temas fundamentales la necesidad de hallar una respuesta ante los mecanismos globalizadores que, lejos de disminuir, han continuado desarrollándose a lo largo de estos últimos diez años.

Mucho hemos argumentado en torno al papel que deben jugar los escritores y artistas cubanos frente a la avalancha de expresiones de escaso valor que se insertan dentro del contexto nacional y como no es suficiente, pienso que debemos seguir prestando mucha atención a los intentos de los grandes poderes económicos y culturales del mundo por desarrollar entre nosotros su función hegemónica a través del mercado de las artes y del pensamiento. 

Michel Hernández - Granma.- Los delegados al VII Congreso de la UNEAC cuestionaron ayer ciertas trabas burocráticas que impiden una mayor participación de la cultura cubana en la esfera internacional, y abogaron por fomentar acciones concretas para revitalizar los modelos de promoción artística en la Isla.