Gracias a Robertico Suárez por esta foto cuando entrevistaba a Willy.
Paquito el de Cuba.- Al prepararme para la reveladora entrevista que recientemente me concedió en La Habana el español Guillermo (Willy) Toledo, me percaté de que este actor —bastante conocido tanto por su destacada carrera histriónica como por sus posiciones políticas de izquierda y en defensa de Cuba—había trabajado en numerosas series televisivas y películas que han abordado en mayor o menor medida el tema del amor, la sexualidad y las relaciones homoeróticas.
Les reservé entonces a quienes siguen esta bitácora las percepciones que tiene el polémico artista en relación con los resultados alcanzados y los problemas todavía pendientes de resolver por el activismo a favor de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros en España.
Son valoraciones y experiencias que, sin duda alguna, pueden resultar muy útiles para quienes abogamos por el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género en Cuba y en otros países latinoamericanos.
Aquí la transcripción casi literal de lo que me dijo Willy Toledo sobre este tema:
“Ocurrió un fenómeno muy sorprendente. Cuando se legaliza el matrimonio homosexual en España en el 2005, existía el temor a que hubiera una auténtica rebelión popular, porque habíamos sufrido 40 años de dictadura machista, donde se perseguían no ya los derechos de la población homosexual, sino su propia libertad, y resultó que no sucedió absolutamente nada…”
“Excepto por supuesto la extrema derecha que salió a la calle, con los curas y los obispos. Nunca habíamos visto curas y obispos manifestarse en las calles —ríe—, ¡la primera vez en la historia que salen a las calles con pancartas y banderas! A ellos evidentemente les produjo un salpullido y un escalofrío en la columna vertebral que era de prever, pero la gran mayoría del pueblo lo aceptó sin ningún tipo de problema”.
“Igual que en otros países del mundo, en España existían barrios como Chueca, en Madrid, que se habían convertido en una especie de gueto, de reducto, pero ahora ves prácticamente en cualquier sito de la ciudad a gays y lesbianas, homosexuales, bisexuales, caminando sencillamente y mostrándose su cariño unos a otros sin ningún tipo de problema”.
“Creo que fue una pequeña revolución, y además ha sido una vanguardia en el mundo entero, porque muchos países y gobiernos, después de haber comprobado que no sucedía nada, que no había una rebelión popular, que no estaban quemando los restaurantes, los garitos y las librerías de los gays en el estado español, pues se han animado a por lo menos iniciar un debate; no todos lo han legalizado, pero sí que ha habido un debate”.
“Queda bastante trabajo por hacer; muchos hubieran votado en contra de haber habido un referendo a favor de la legalización. Hoy subsiste todavía un remanente significativo de homofobia en nuestros países, y en España en concreto, que es el que conozco mejor”.
“Allí el trabajo político se ha hecho —digámosle así—, ahora falta el trabajo cultural, de poco a poco ir creando esa conciencia en la población de que los derechos sexuales son tan importantes como los sociales”.
“Pues es tan primordial poder disfrutar, sentir y manifestar tu orientación sexual, como el derecho a tener una vivienda. Hasta que no se hayan cumplido todos los derechos, no podemos decir que vivimos en una sociedad libre y democrática”.
