Aloyma Ravelo - Revista Mujeres.- Cuando una pareja no quiere tener más hijos, unida a tal decisión se perfila otra que apunta directamente a la mujer para que sea ella quien ponga fin a su fertilidad, practicándose la esterilización a través de la ligadura de trompas.


Muchas veces esto ocurre con total naturalidad. Nadie cuestiona por qué somos casi siempre nosotras las que vamos al salón. Sin embargo, cada vez más mujeres —y hombres también— nos hacemos las preguntas siguientes: ¿Por qué igualmente no se valora la vasectomía? ¿Por qué no se utiliza más este importante método de contracepción definitivo, donde los varones pueden también demostrar su responsabilidad, su amor y consideración a la pareja?

Es común que por los medios, y hasta en boca del personal de la salud, se diga que la vasectomía «se recomienda a parejas estables que han logrado la familia deseada y ella no puede usar anticonceptivos». Desde la perspectiva de género esta idea es totalmente inapropiada e inaceptable: ¿Hasta cuándo seremos las mujeres las responsables de evitar embarazos no deseados?

Alrededor de la vasectomía se tejen y destejen muchos mitos y tabúes que «justifican» a los varones en su afán de no tocar quirúrgicamente su aparato reproductivo. Creencias falsas que van desde el propio sentir de la pérdida de la masculinidad (como si dejar de ser hombre fuera tan simple), hasta el reforzamiento del criterio de que esta intervención es irreversible y quién sabe si en el futuro cambia de pareja y de nuevo desea tener hijos…

Los varones tienen una ventaja sobre las mujeres: ellos no están sometidos a un reloj biológico que determina cuándo resulta riesgoso tener un hijo o ya no se puede tener. Ellos, sin embargo, logran procrear hasta avanzada edad, pues los espermatozoides se «fabrican» cotidianamente y no se ponen viejos, no sucede así con los óvulos femeninos que además terminan por agotarse.

Esta ventaja que les otorgó la madre naturaleza no es óbice para montarse en ella y evitar responsabilidades necesarias y oportunas que implican no un vano gesto de cortesía, sino la demostración de cuidado y respeto que merece la persona amada.

Es importante subrayar que la oclusión de las trompas uterinas resulta toda una intervención incómoda y dolorosa para la paciente, además que el posoperatorio es mucho más dilatado, mientras que la vasectomía es menos invasiva, igual de eficaz y no entraña peligros para el hombre.

Someter a las mujeres a la ligadura tubárica es mucho más costosa y riesgosa que la vasectomía, que resulta un método seguro, sencillo y barato, realizado con anestesia local, ambulatorio y con rápida reincorporación a sus actividades habituales.

«La vasectomía resulta ser la opción idónea para los hombres que no desean tener hijos y entienden que mantener el control absoluto de esa posibilidad puede mejorar su vida erótica», es otro argumento de peso que apunta el doctor  Ramiro Fragas, uno de los más entusiastas urólogos cubanos en promover este tipo de intervención sumamente sencilla e indolora.

Luego de la intervención —comenta Fragas— se siguen produciendo las hormonas de siempre

y también espermatozoides, pero estos son reabsorbidos por el  organismo. Con la eyaculación se libera el plasma producido por la próstata que resulta ser más del 90 % de todo el volumen del semen.

«Las prácticas sexuales pueden retomarse pocos días después del procedimiento, pero la vasectomía no es efectiva de inmediato. Toma por lo menos 12 semanas o 20 eyaculaciones para que los conductos deferentes estén completamente libres de espermatozoides. Por ello, durante ese tiempo, debe usarse condón», argumenta el urólogo entrevistado.

Actualmente se utiliza una técnica conocida como vasectomía sin bisturí (VSB), en la cual se emplea una pinza especial para punzar el escroto y llegar hasta los conductos seminales y la uretra prostática. Al cortarse el flujo de espermatozoides hacia la vesícula seminal, el hombre no puede embarazar más, es un proceso irreversible y de total confiabilidad.

La vasectomía,  aclaremos, no interfiere para nada en el deseo sexual masculino, en la capacidad de erección ni en los orgasmos. Cualquier argumentación en este sentido es puro prejuicio o habladuría de quienes no están suficientemente documentados o prefieren que sean sus compañeras quienes asuman la planificación familiar.

Ventajas

• Sumamente eficaz.

• Permanente.

• No tiene efectos secundarios sistémicos.

• No interfiere con el acto sexual.

• Intervención indolora, sencilla  y ambulatoria.

• Menos riesgo quirúrgico y menos costosa que la esterilización femenina.

Desventajas

• Probabilidades de arrepentimiento.

• Riesgos y efectos secundarios relacionados con los procedimientos de cirugía menor.

• No protege contra las ITS.

Esta intervención quirúrgica no protege de las ITS, incluido el VIH, por lo que se recomienda siempre el uso del condón en el caso de una relación sexual con personas cuya condición sexológica se desconoce. Con el sexo oral y anal se deben mantener iguales cuidados en la protección.

La vasectomía es la opción idónea para aquellos hombres que no desean hijos  y entienden

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