Francisco Rodríguez Cruz, conocido como "Paquito el de Cuba", es periodista del diario cubano Trabajadores, aunque es más conocido por sus activismo LGBTi y por su actividad de bloguero. Es uno de los bloggers "fundacionales" de Cuba, y es seguido en numerosos países del mundo, principalmente en los movimientos que luchan por el respeto a la diversidad sexual.


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Leer blog "Paquito el de Cuba" con sus comentarios a esta entrevista: Un “balance” diferente o Mi más reciente entrevista

Nota: esta entrevista fue realizada en el mes de noviembre, antes del fallecimiento del Comandante Fidel Castro.

Preguntamos a Paquito si cree que su activismo en las redes ha servido para contribuir al cambio de mentalidad en Cuba en materia de homofobia que se está produciendo. Francisco nos responde que en alguna pequeña medida sí, y nos expone algunos ejemplos concretos en los que su acción de crítica constructiva ha servido, por ejemplo, para cambios de actitud en ciertos funcionarios, de la policía por ejemplo.

Paquito remarca que la sociedad cubana está llevando a cabo avances sustanciales que hacen retroceder -no sin tropiezos- las actitudes homofóbicas. Pero que cierta prensa internacional manipula esta realidad: bien minimizándola, bien demonizando a ciertas figuras política del país a las que asocia con una supuesta `homofobia institucional´, bien atribuyendo los avances exclusivamente a determinados liderazgos, tratando de ocultar que es el pueblo cubano el autor de dichos avances.

También conversamos sobre los debates que enfrenta el periodismo en la Isla, entorno a los cambios que se demandan desde las organizaciones de periodistas y que, en alguna medida, ya se están produciendo.

Paquito recuerda que para los años 2017 y 2018 uno de los temas clave para la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia será el combate a estos fenómenos en el ámbito educativo.

Equipo de producción de Cubainformación TV (video y fotografías): Patricia Moncada, José Manzaneda, Karoly Emerson, Emerio Rodríguez. Edición: Javier Matabuena.

- Paquito, ¿consideras que tu blog, además de plasmar tus inquietudes y tus opiniones personales, ha servido para cambiar conciencias en Cuba?

- Sería un poco pretencioso por mi parte afirmarlo. Sí puedo decir que, para mí, el blog ha sido muy gratificante y útil como vía de comunicación e intercambio con muchísimas personas que se sienten identificadas, en sus historias, en sus vivencias, en sus problemas. Quizás esto es lo que más me enorgullece y me hace sentir bien en estos siete años.

Creo que el blog, ciertamente, da visibilidad a los temas de los derechos humanos de las personas LGBTI que –esto no sólo pasa en Cuba, sino en general en el mundo– pocas veces se abordan en los medios tradicionales desde una óptica de implicación y con sensibilidad. Muchas veces se abordan con una óptica anecdótica, espectacular, incluso… escandalosa.

La manera de expresar estos temas, desde mi vivencia personal, desde el activismo en Cuba, en aras de perfeccionar y de mejorar la sociedad cubana, me parece que sí es algo que puede haber tenido un valor en estos años de trabajo en el blog.

- En tu blog haces también algunas denuncias sobre actitudes homofóbicas en ciertos sectores de la sociedad cubana. ¿Crees que han servido para cambiar determinadas actitudes? ¿Nos puedes hablar de algún ejemplo reciente?

- El tema de las denuncias concretas tiene un doble propósito: el de contribuir a la solución de un problema concreto, puntual; y también el de avisar de que esas cosas ocurren, para concienciar sobre los prejuicios que todavía quedan. Incluso, yendo más allá de la orientación sexual y de la identidad de género. A veces lo que se publica logra sensibilizar mucho, a veces menos; pero, sí, creo que existen resultados.

A mí me gusta publicar un acontecimiento cuando está en todo su desarrollo, para que tenga efecto. No me gusta tirar piedras al mar solo para ver cómo se forman las ondas.

Me preguntabas por un ejemplo reciente. Te cuento uno personal: la retención que un policía me hizo en un lugar, en un sitio de encuentro. Me llevaron a la estación sin ninguna justificación. Hice todo lo que había que hacer: presenté la queja y esperé la respuesta. Me dieron la razón, me ofrecieron disculpas y se abrió investigación.

Y en el blog expliqué el proceso, porque mucha gente no tiene conocimiento de cómo presentar una queja, de cómo tramitar una inquietud de este tipo. Es lo que trato de mostrar: la efectividad de los mecanismos de reclamación y de participación que tenemos en Cuba. Por supuesto, además hago una crítica a los prejuicios, al machismo y a la falta de profesionalidad que existen aún en determinadas estructuras, y su desconocimiento de la realidad de la diversidad sexual.

- Además de periodista en el diario «Trabajadores», de bloguero, de activista LGBTI, eres militante del Partido Comunista de Cuba. ¿También reflejas tus opiniones políticas en el blog, haces análisis sobre la política nacional?

- A veces, cuando no puedo resistir la tentación. Cuando lo considero un deber como revolucionario y como militante, expreso también en ese espacio mis criterios sobre determinados temas. Pienso que tenemos que avanzar hacia un partido cada día más inclusivo. Como tenemos uno sólo, tiene que ser lo suficientemente abierto, capaz de canalizar las polémicas, los distintos puntos de vista, y de propiciar el intercambio de ideas. Y no sólo dentro de la organización, porque creo que los asuntos del Partido no son solo de sus militantes, ya que el Partido es elemento rector del proceso social cubano y por tanto en él debe tener voz toda la ciudadanía.

- En los medios cubanos ¿consideras que hay aún rasgos marcados de homofobia? ¿Han avanzado sustancialmente en este campo en los últimos años?

- Ha habido un salto cualitativo importante en cuanto a la comunidad LGBTI en los medios de comunicación, en sentido general, en los últimos ocho o nueve años. Vamos para diez años de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia, y el salto es palpable.

Recuerdo que la primera vez que fui a la conferencia de prensa de la Jornada Cubana contra la Homofobia, no estaban presentes los medios nacionales. Eso ya no es así, y ha habido un acercamiento natural al tema de la diversidad sexual, con enfoques más constructivos. Aunque todavía falta mucho, aún se nos cuelan a veces mensajes que son reflejo de los prejuicios de la sociedad.

Son mensajes, naturalizados, arraigados, que son discriminatorios, que son homofóbicos, y también discriminatorios contra las mujeres o contra las personas de piel negra. Aunque a veces ni siquiera nos percatamos, todavía emergen en determinados medios.

Lo que hacemos es monitorear eso y criticarlo cuando ocurre. No sólo yo, hay muchas personas que lo hacen; ayudan y contribuyen a hacer visibles esos problemas.

- Hay un intenso debate dentro del periodismo cubano sobre los cambios que necesita la prensa de la Isla. Como periodista, ¿dónde pondrías el acento en ese debate?

- El debate es intenso. Yo pondría el acento en fortalecer y darle la jerarquía que merecen el periodismo y los medios cubanos. Pondría énfasis en que los medios funcionen con más autonomía y en incrementar el respeto a la labor del profesional de la comunicación.

A propósito de la disyuntiva entre medios tradicionales y medios emergentes, creo que es consecuencia de que no hemos sido suficientemente ágiles en buscar formas de transformar y perfeccionar el periodismo. Es un asunto de nuestra realidad que se nos ha quedado un poco atrás en este proceso actual de trasformaciones. Creo que es poco dialéctico y poco marxista pensar que, si estamos haciendo cambios en el modelo económico cubano, eso no va a tener un impacto en los medios de comunicación.

Pensar que vamos a seguir con un sistema de medios bajo las mismas formas de gestión y de participación que teníamos antes de la actualización del modelo económico es un poco ingenuo, según mi criterio. Por eso también pondría énfasis en perfeccionar nuestro periodismo y nuestros medios de comunicación para que sean más ágiles, más autónomos y tengan más posibilidades de expresar la diversidad de criterios y la amplitud de intereses de la agenda pública cubana.

- Como sabes, grandes medios internacionales han presentado, durante años, el cliché de una Cuba homófoba –desde la institucionalidad–. ¿Crees, sin embargo, que este cliché mediático han cambiado algo en los últimos tiempos o, realmente, contra Cuba, vale todo?

-Pienso que hay avances que son innegables y mucho de lo que hemos logrado en los últimos años, de alguna manera, se ha visto reflejado también en los medios internacionales.

Pero, ¿cuáles vienen siendo las matrices para seguir demonizando a Cuba? La más sostenida es recurrir a la leyenda negra de los años 60 y 70; a los errores que cometimos en aquella época.

Otra es personalizar las transformaciones que se están dando en la psicología social y en la sociedad cubana y atribuírselas a esta o aquella persona, haciendo énfasis solo en los liderazgos individuales. Esto es una manera de desvirtuar lo que se hace. No quiere decir que no sean importantes estos liderazgos, pero tratan de negar el mérito del pueblo cubano que está transformando su mentalidad y que ha sido capaz de avanzar en su compresión de la diversidad sexual, porque es algo justo y porque es algo acorde con la vocación humanista de la Revolución cubana.

Reducir el proceso a la gestión de una institución o de una persona es una forma de quitarle mérito a lo que estamos haciendo de manera colectiva.

Otra tercera matriz es minimizar lo que hacemos, decir que es sólo un cambio cosmético, que es una manera, incluso, de atraer turismo o de familiarizarse con determinadas tendencias internacionales a la moda.

Pienso que si algo importante tiene nuestra labor de educación sobre la sexualidad y sobre la diversidad sexual en Cuba, es que responde a nuestro ritmo, a nuestras propias necesidades, incluso, a las demandas que van surgiendo en nuestra propia población LGBTI.

Creo que, aunque existen temas a nivel internacional que son válidos y que son universales, no todos tienen la misma incidencia en Cuba y no necesariamente tenemos que copiar la agenda de otros movimientos LGBTI; eso sin dejar de ser sensibles y solidarios con lo que hacen en otros países.

En Cuba, la Jornada contra la Homofobia y la Transfobia se concibe con un tema central. En 2015 y 2016, se trabajó el tema de la discriminación en el ámbito laboral. En 2017 y 2018, se debe trabajar el tema de la discriminación en el ámbito escolar y educativo en general. Es un tema cardinal para el cambio de pensamiento que buscamos, porque en las escuelas todavía se producen fenómenos de discriminación: entre estudiantes, entre claustro y estudiantes, e incluso dentro del propio claustro.

Se debe acercar el tema de la diversidad sexual en toda su complejidad, para lograr que estudiantes y profesorado lo aborden de una manera natural, y para que puedan apoyar a las personas que sufran algún tipo de acoso o discriminación.

Todo esto se acompaña de investigaciones. Vamos a tener dos años para acercarnos a este universo, para ensayar, para identificar las experiencias positivas a desarrollar y las negativas a rectificar.

Entrevista: José MANZANEDA
Transcripción: Leonardo Antonio MESA

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