Lianet Reyes Góngora - Radio Angulo.- Cualquiera diría que es mentira. ¿Una mujer trabajando en perforación de pozos? Definitivamente es algo fuera de lo común, y a la vez reconfortante al saber que nuestra sociedad ofrece los mismos derechos a las mujeres que a los hombres. Por eso Yamilka Sánchez Vidal se siente orgullosa de ser la primera en Holguín ejerciendo tal oficio.

Yamilka, ¿en qué consiste esencialmente tu trabajo?

Hacer pozos, perforación. Yo soy ayudante del perforador. Hacemos pozos para agua y para respiraderos. Actualmente estamos trabajando en Mayarí, haciendo unos pozos para respiraderos de un túnel que están haciendo.

¿Qué te motivó a comenzar en este trabajo?

Bueno, mi esposo trabaja ahí hace años y yo me he pasado mucho tiempo con él para todos lados mirando cómo es el trabajo y realmente me gusta. Lo que más me llama la atención es que todo el que trabaja allí es hombre, nunca lo había hecho una mujer.

¿Y qué se siente ser la única mujer en la perforación de pozos en Holguín?

Para mí es un orgullo porque nunca se ha visto a una mujer de ayudante en recursos hidráulicos. Es un privilegio saber que tienes los mismos derechos que los hombres, y que toda mujer que se sienta capaz de hacer este trabajo puede hacerlo.

Todo el mundo en la empresa está muy satisfecho porque es un logro grande el tener mano de obra femenina.

Es un trabajo bastante pesado, ¿cómo haces para sobrellevarlo?

Verdaderamente es duro, pero me esfuerzo, con la ayuda de mi esposo que es el perforador. Pero todo es adaptarse. En sí no es tan difícil. Cuando tú quieres lograr algo y te gusta tu centro de trabajo, sí se puede.

¿Qué creen tu familia y amigos de tu decisión?

Mis amistades... no mucho. En cuanto a mi familia... no dicen nada negativo al respecto. Hasta bromean conmigo y me dicen, "¡Eh, pocera!".

Supe que tu esposo tuvo un accidente de trabajo, ¿cómo te sientes al respecto? ¿Afecta en algo tu decisión?

Fue una experiencia muy amarga porque no lo esperábamos, nunca había sucedido una explosión así, por gases naturales, ya que esas tierras en las que estamos trabajando fueron promovidas por explosivos.

Fue muy duro ver a tu compañero de trabajo, y además un ser querido como lo es tu esposo, expuesto a una explosión de ese tipo. Pero menos mal que no fue grave.

Sin embargo esto no ha afectado mi decisión de trabajar en la perforación de pozos. Son, como dicen, gajes del oficio. Además, a nosotros nos hacen saber los riesgos que corremos en el trabajo. Aunque siempre asusta, sobre todo por ser inesperado.

Pero yo seguiré en este trabajo. Me gusta y eso es suficiente.