Durante siglos la literatura ha sido un espacio que ha validado la violencia hacia las mujeres y las niñas con un enfoque misógino por excelencia, señaló la filóloga Teresa de Jesús Fernández, al intervenir en el panel Violencias hacia las mujeres. Perspectivas desde las artes.
Sin embargo, existe una literatura escrita fundamentalmente por mujeres que revindica la figura femenina en las letras y la sociedad y se ha hecho eco de las diversas formas de violencia que ellas experimentan. En este caso expuso como ejemplo el libro Ofelias, de la escritora cubana Aida Bahr.
En los medios de comunicación y las manifestaciones artísticas superviven tabúes y estereotipos a la hora de representar estos dilemas, cuando no un silencio que naturaliza y obvia lo que sucede.
La periodista Mildred Obourke defiende la idea de transgredir las barreras que hay en los medios, muchas veces no escritas, pero que limitan el tratamiento de estos temas.
También abogó por aprovechar aún más las redes sociales, humanizar las historias y profundizar en el conocimiento de este problema en función de promover un tratamiento acertado y necesario en los medios.
“Todavía hay mucha reticencia hacia los temas de género en las academias”, señaló Karina Paz, profesora de género y audiovisual en las facultades universitarias de Letras y Medios Audiovisuales.
Durante los debates se insistió en la necesidad de superación y aprendizaje por parte de profesionales de la comunicación y equipos de realización de audiovisuales, para poder representar eficazmente la violencia de género en sus obras y mensajes.
Igualmente se habló de la necesidad de incluir estos temas como políticas en las agendas de los medos, para que no queden espontáneamente a merced de las iniciativas y compromisos personales de sus creadores.
Otra de las sugerencias fue la de considerar el valor de las asesorías especializadas para llevar a las obras asuntos relativos a la violencia de género y enfoques relacionados con las brechas e igualdad entre mujeres y hombres.