Por Harold Cárdenas Lema (haroldcardenaslema@gmail.com) - Cubainformación / Blog La Joven Cuba.- Después de medio siglo enfrentando al imperio de turno, Cuba es para Estados Unidos lo que la Galia fue para Julio César, pero el precio ha sido alto. Tamaña presión sobre una isla pequeña ha provocado vicios peligrosos y renuncias estratégicas que con el paso del tiempo se vuelven contra nosotros. Quizás sea hora de que, sin olvidar las peleas del presente, pensemos en el mañana.


Cuba está de moda en el mundo y cada día aumentan las expectativas sobre lo que ocurrirá en un futuro próximo. Los cubanos quizás seamos los más precavidos, que optamos por un optimismo escéptico (si acaso eso existe) y no cedemos ante el entusiasmo, hemos visto demasiadas ilusiones venirse abajo. Pero soñar no cuesta nada y menos cuando nuestros deseos son legítimos, así que demos rienda suelta a la imaginación.

Resulta difícil imaginarse una vida más allá de la pugna con Estados Unidos, solo los ancianos recuerdan cómo era este país antes del bloqueo y nadie puede imaginar una relación normal con el país del norte porque nunca la hubo.

Creo que somos todos los hijos de esta tierra los que aspiramos a una nación donde la juventud no piense en emigrar sino en regresar y la única Ley de Ajuste sea la que regule el regreso a la Isla.

Donde los Cinco Héroes de la República asuman responsabilidades mayores, para que no estén a la merced de otros que no han pagado sus cuotas de sacrificio. Que Ricardo Ronquillo sea finalmente director de Juventud Rebelde, Esteban Morales regrese a la Mesa Redonda y Rosa Miriam Elizalde reciba todo el reconocimiento que merece. Donde las reuniones de la prensa sean dirigidas por periodistas en vez de políticos y los que todavía hacen colas en el estanquillo para comprar el periódico, vean reflejada su realidad en la portada.

No es gratuito imaginar un país en el que los revolucionarios puedan canalizar sus voluntades a través de nuestras instituciones y organizaciones, sin ser marginados por demasiado críticos o peor, “por si acaso”. Que encendamos la tele y veamos a nuestros funcionarios públicos rindiendo cuenta públicamente al pueblo de su gestión y podamos responderle a través de una cuenta de Twitter.

Si seguimos soñando podemos imaginar entrar a un cine IMAX 3D sin necesidad de gastarnos el salario de la semana, quizás vistiendo alguna ropa importada por un cubano legalmente al país o comprada a buen precio en las tiendas minoristas. Llegar en un auto que no cueste 8 veces su precio real y utilice el combustible nacional, encontrado en el mar Caribe al norte del país.

Somos la isla que triunfó en el ámbito cultural y social pero no supo (o no la dejaron) encauzar su economía.

Sin saber a ciencia cierta cuánto de mala administración y cuánto de agresión externa hay en el asunto, en un futuro menos condicionado por los Estados Unidos tendríamos algunas pistas sobre cómo se construye y cómo no es posible lograr el Socialismo. Hasta ahora no hemos tenido un solo día de tranquilidad para probar la validez de nuestro proyecto político.

En un futuro mejor la cultura sería clave. Quisiera ver la música cubana como expresión de nuestras virtudes y no de las carencias, que lo popular sea lo valioso en vez de lo marginal. Que el cine y la literatura dejaran de obsesionarse con nuestros defectos y apunten más a menudo hacia las cosas que damos por sentado, y no lo son en absoluto. Podemos soñar todo eso y que sea realidad sin perder lo que nos hace únicos en América Latina, nuestro bienestar social. Que la salud y educación recuperen los niveles de antaño, la seguridad pública siga siendo envidiable y de veras no exista un cubano desamparado en todo el país.

Un día luminoso en que la participación cubana en cierta Cumbre regional sea una muestra de la instrucción y cultura del debate que tiene nuestro pueblo, que para ese momento debería ser superior. Una fecha que espero no esté muy lejana, donde sin la presión de los yanquis podamos exigirle a nuestros funcionarios que hagan mejor su trabajo y palabras como horizontalidad o participación, sean de uso cotidiano.

Llegará el día en que Serrano se afeite el bigote y no necesite decir solemnemente “Nota Informativa” antes las cámaras, porque el ministro al que le toca decirlo esté dando una conferencia de prensa. Serán tiempos en que las organizaciones juveniles tengan mayor autonomía, estén dirigidas por jóvenes y logren crear la empatía necesaria. Resulta imperativo que en esta ocasión la Galia no sea conquistada por los romanos y los cubanos tengan el país que merecen. Es algo más que soñar, es justicia histórica.

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