Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Casi un par de meses atrás, en la primera parte de este rótulo basé mi razonamiento en la decisión del hombre clave de la Oficina Oval en el sentido de interrumpir el acuerdo beisbolero entre las Grandes Ligas y nuestra Federación de Béisbol que —quizás como ninguna otra hasta ese momento— desnudaba las malaventuras yanquis que causan daños considerables tanto al empresariado estadounidense como a la familia cubana en general. En aquella altura, todavía conservaba como aspecto positivo el hecho de que Washington había ¿permitido? la creación de la primera empresa de biotecnológica cubana-estadounidense, la Innovative Immunotherapy Alliance SA (1). Pero hoy…
En el marco del vendaval de acciones hostiles que en lo que va del 2019 ha concretado el Donald J. frente a las Revoluciones de Venezuela y Cuba —en rigor, parece lo de nunca acabar (2)—, la semana pasada fue noticia la ausencia de gran cantidad de académicos e investigadores cubanos al Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA, por sus siglas en inglés) que en la edición de este año sesionó en Boston, EEUU, a diferencia de lo que aconteció en 2018 en Barcelona, España, donde asistimos con casi medio millar de participantes (3). Mas, ello apenas es una arista del fastidio.
En este minuto circula un reporte de la agencia de prensa gringa AP con el título “La cooperación científica Cuba-EEUU se deteriora con Trump” que desde su primer párrafo revela la esencia del asunto al hacer constar que “La degradación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba bajo la presidencia de Donald Trump ha empezado a empañar la cooperación científica y médica bilateral en todo tipo de áreas, desde el tratamiento de enfermedades infecciosas a la preservación de arrecifes de coral”, aunque casi al finalizar aclara: “Algunos proyectos, como las investigaciones que se hacen en Nueva York con una vacuna contra el cáncer de pulmón desarrollada en Cuba, siguen adelante […]” (4).
Le concedo más relevancia a este reporte de AP, justamente porque recordé que en dos ocasiones la riposté 20 meses atrás: una, cuando ella colocó leña en la patraña de la supuesta agresión sufrida por diplomáticos estadounidenses en La Habana (5); otra, ante su jugarreta en la misma dirección, a pesar de que científicos expertos en acústica avalan la improbabilidad del chanchullo en causa —según certificó The New YorK Times (6). Todo, en medio del rótulo siguiente: “Cuestionan pesquisas sobre los supuestos incidentes reportados por diplomáticos de EE.UU. en La Habana” (7).
Concluyo: si existen manifestaciones que evidencian cómo el desatino del Donal J. contra la Isla pretende enseñorearse hasta en los vínculos científicos, entonces no exagero al sostener que Trump vs. Cuba va camino a la tolerancia cero en los vínculos civilizados entre los lados del Estrecho de la Florida, una actitud que merece por lo menos el repudio de las personas amantes de la concordia universal. ¡Amén!
Referencias:
1.- https://kaosenlared.net/trump-vs-cuba-tolerancia-cero/.
6.- http://kaosenlared.net/trump-vs-cuba-nueva-jugarreta-ap/.
