Ana Hurtado - Original en Cubadebate y Cuba en Resumen / Resumen Latinoamericano / Cubainformación


Cuenta Mirta que aquel 31 de enero de 1974 fue un día grande, grande... enfatizando. Seis años antes, el 17 de septiembre de 1966, Fidel tiene una de sus geniales ideas en un encuentro nacional con monitores y círculos de interés: la de crear la Escuela Vocacional Lenin.

Y fueron los propios alumnos quienes la construyeron, para que años después quedara inaugurada, y cincuenta años más tarde en fecha actual, siga teniendo vida.

Hacía “dos años y pico” según me relata la profesora de biología Mirta Paula Ojeda Pérez, que llevaban trabajando en la escuela junto a un grupo de estudiantes de otra primera escuela vocacional. Día, noche y madrugada. Codo con codo para que la escuela estuviera terminada.

Fidel iba con bastante frecuencia a visitarlos. Hay bastantes recuerdos de él, sobre todo de alegría cada vez que aparecía.

Y un día llegó y dijo que el próximo mes de enero se iba a inaugurar el recinto y que vendría con él para la ocasión Leonid Brézhnev (presidente de la URSS desde 1964 hasta 1982). Juntos recorrieron toda la escuela y se detuvieron en el Museo de Ciencias Naturales en el cual Mirta, profesora de biología, era responsable.

Allí les había preparado a dos estudiantes de séptimo y octavo grado para la ocasión que disfrutaron de la calidez humana de Brézhnev en la atención con los alumnos.

A uno de ellos le puso la mano en la cabeza y le dijo:
- Te pareces mucho a un nieto que yo tengo.

Todos sonrieron y la visita continuó. Puedo contar con el valioso testimonio de esta profesora, aún activa, ya que la mayoría de los protagonistas de aquel momento ahora están jubilados.

Pero si algo puede rememorarse con orgullo fue el acto de inauguración donde el presidente ruso le entregó al director del centro el cuadro de Lenin, que sigue conservándose. Con discursos emotivos de él y de Fidel.

Como explicara el último: “Nuestra concepción educacional se basa en el principio marxista y martiano de la combinación del estudio y del trabajo (…)

Nuestra juventud se educará en los principios sólidos y puros del comunismo, el patriotismo socialista y el internacionalismo proletario.

Con infinito amor y gratitud profunda, dedicamos esta escuela a la memoria de Vladimir Ilich Lenin, el genial conductor revolucionario y fundador del primer Estado socialista en la historia de la humanidad. Por los caminos luminosos que abrió al porvenir del hombre, por los extraordinarios servicios que prestó al mundo, por la ayuda decisiva que nos brindó el Estado fraternal e internacionalista fundado por él, y por lo que su pensamiento, su vida y su ejemplo, representan para todos los revolucionarios de la tierra, esta escuela, que es orgullo de nuestro pueblo, llevará su nombre inmortal”.

Y el 31 de enero de 2024, medio siglo después, podemos decir que es el lugar que da los estudiantes mejor preparados de todo el continente americano y que una vez graduados en la universidad, no solo se encuentran en Cuba sino en diferentes países del mundo, sabiendo bien y teniendo conciencia de su formación preuniversitaria.

Durante los años que duró la Unión Soviética, el asesoramiento de este país estuvo presente. Las visitas no cesaron, como por ejemplo la de Yasser Arafat, a quién se le otorgó el título de Estudiante de Honor de la escuela tal y como nos recuerda nuestra interlocutora, la profesora Mirta. También hace memoria de
otras visitas como Omar Torrijos, Luís Echevarría quién fue presidente de México.

“Casi todos los presidentes que venían a Cuba, pasaban por acá”, anota. Para trabajar en la Lenin hay que querer la escuela. El paso de los años se ha llevado adelante con mucho amor. En los primeros años había que trabajar mucho: en el huerto, limpiando, etc. Ya no es tan así.

Mirta tenía 32 años cuando se inauguró “la Lenin” y podemos verla radiante ese día. Ha cumplido sus 82 años en la escuela, más que trabajando, dando amor. Pero para ella, lo que importa ahora, en este contexto histórico es que el alumno actual tome de verdad conciencia de la importancia que tiene la institución.

En el acto de aniversario celebrado el 31 de enero de 2024 leyó unas emotivas palabras que preparó para la ocasión; pero en días anteriores había formado parte de un encuentro junto a otros fundadores y llevó a sus alumnos para que formaran parte.

Y vieron la dignificación del trabajo, el progreso, el humanismo como centro del sistema pedagógico y educativo en voz de personas que han dedicado su vida a la enseñanza. El sentido de pertenencia. “Según Federico Engels el trabajo es el creador del hombre”, me dice Mirta cuando estoy terminando de charlar con ella, asegurándome que mientras tenga las capacidades mentales, seguirá trabajando en la escuela.

“Igual que la Revolución seguirá trabajando con sus herramientas por evitar la desigualdad social, por el empoderamiento de la mujer independiente y trabajadora, por la lucha de clases, por la igualdad y contra la discriminación.

“Con sus trabas y zancadillas no ha dejado de hacerlo ni un día. Los revolucionarios escribimos la verdad mostrándola. Y no dejemos de soñar en hacerlo. Es más, hacemos realidad nuestros sueños. ¿Nos acusan de querer detener la desigualdad y construir el socialismo en la tierra? Sí, de este crimen, por supuesto que nos declaramos culpables”.

 

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