Aline Pérez Neri, corresponsal de Cubainformación en México.- ¿Quién se puede sentir orgulloso de un premio que no existe y que refiere a la primer gran derrota del imperialismo yanqui en Nuestra América? Adivinaron, al inquilino de la Casa Blanca, eso le pareció digno de presumirse.


Del colmo de la ridiculez nos conversa el Jefe de la Redacción del Periódico Granma Raúl Capote Fernández.

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El “Premio Bahía de Cochinos” resultó ser un timo de los mercenarios de la Brigada 2506 a Donald Trump. Feliz lo presumió como un premio único que no se le da a cualquiera. Esa sí es una verdad del presidente, tomando en cuenta que es un premio inexistente, desconocido incluso para varios miembros de la misma Brigada 2506.

Diversos medios como el ABC, NBS y CNN realizaron investigaciones sobre dicho premio y no encontraron evidencia sobre su existencia. Premio perfectamente creado para un hombre que, como político, resultó tremendamente ignorante de la historia.

Ignorancia que nutre con el “asesoramiento” de Mauricio Claver-Carone, político estadounidense que nada sabe de Cuba. Creador de muchas de las infamias que se dicen contra Cuba e idea y fabrica muchas de las medidas que contra la isla se implementan, ostenta ahora la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo, de la mano, por supuesto, de Marco Rubio y toda la fauna contrarrevolucionaria.

La Brigada 2506, creada en Estados Unidos, fue concebida para acabar con la Revolución Cubana.  El verdadero jefe de la brigada no era José A. Pérez San Román, sino el coronel estadounidense Jack Hawkins, quien, desde su bunker QuarterEyes, dirigió los combates en una barraca del Pentágono.

El general de división Efigenio Ameijeiras, jefe del Batallón de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Playa Girón, se refirió a Pérez San Román como: «quizá el que más desmoralizado estaba era el jefe principal que autorizó la desbandada de los invasores mercenarios con un “¡Sálvese quien pueda!”».

San Román no era cubano, ni nada sabía de la isla. Como tampoco el verdadero jefe de Operaciones de la invasión mercenaria, Jacob Esterline, ni el jefe de Inteligencia, un misterioso oficial estadounidense de apellido Bill, quien le indicaba a San Román las acciones a seguir de la siguiente manera: «En el Escambray hay 700 guerrilleros esperando por el desembarco para unirse a ustedes. En los barcos hay armas y municiones para 6 000 hombres más. En los primeros tres días se unirán a la Brigada más de 5 000 hombres del pueblo. Usted mismo, San Román, tomará un jeep, avanzará por la carretera, sacará la mano como quien va a doblar a la izquierda ¡y llegará, directamente, hasta La Habana!».

Las mismas filas mercenarias, los mismos aviones B-26 que participaron en la derrota de Playa Girón fueron las mismas que, en noviembre de 1960 fueron movilizadas por la CIA para liquidar un alzamiento de algunas unidades del Ejército de Guatemala que se rebelaron contra el presidente proimperialista Miguel Idígoras Fuentes y ocuparon la ciudad de Puerto Barrios.

Los mercenarios fueron recibidos con el ¡Patria o Muerte! Los milicianos, particularmente el heroico Batallón 339, estaba compuesto por obreros y campesinos con poca experiencia en su mayoría, se movieron con rapidez, siguiendo las órdenes del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, para enfrentar a los invasores.

En Girón se enfrentaron las dos Cubas.

La Cuba de los mercenarios, conformada por hijos de los ricos terratenientes a los que la Revolución les había expropiado las tierras, por oficiales del Ejército de Batista, torturadores y asesinos, no aguantó más de 72 horas contra la Cuba revolucionaria que recién se había declarado socialista que no estaba dispuesta a dejarlos avanzar un solo centímetro.

Y se armó el “¡Sálvese quien pueda!” en una desesperada desbandada. Ya sea corriendo a sus barcazas o intentándose esconder en la Ciénaga de Zapata. Al ser capturados, su “valentía” inicial se desvaneció declarando que ellos no habían ido a combatir sino que habían llegado a Cuba como cocineros, o como monaguillos, o como cualquier cosa.

¡Y de ahí se inventaron el premio a Donald Trump! El premio de la vergüenza y de la primera derrota del imperialismo yanqui en América Latina.

Descendientes de aquel que defendió a los habitantes primigenios, enfrentándose a los crímenes de los colonizadores. Hijos de Hatuey, orgullosos de sus raíces cimarronas de chinos y negros que se negaron a seguir siendo esclavizados y se unieron con los mambises en la lucha por la libertad.

Descendiente de la resistencia, la nación cubana se forja y constituye como República en armas en la Manigua. Por tanto, Revolución y nación son una misma cosa porque la nación cubana es fruto de la Revolución y los ideales de independencia y soberanía.

Ya sea en la manigua, en las aulas, en la arena de la playa, y en cualquier terreno, Cuba siempre estará defendiendo la Patria.

Opinión
Foto: Roberto Suárez. Fotos obtenidas de Juventud Rebelde....
Los congresistas anticubanos Mario Díaz Balart y María Elvira Salazar. Foto: Archivo / Tomada de transmisión en video....
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