Para una mujer como usted que está totalmente integrada en la vida de Cuba, cuando se entera que su hijo escapa con una avioneta para Miami ¿usted que siente en ese momento?
La primera cosa que se me pasó por la cabeza es la seguridad de que el no estaba traicionando la patria, que él sólo haría eso por la causa de la revolución, no tuve la más mínima duda, aunque después tuve que pasar una etapa en la que tenía que tener mucho cuidado en que las personas no se diesen cuenta de la verdad, porque me daba miedo que me lo fueran a matar allá en Miami.
Después se llevó otro sobresalto, que fue la detención, ¿aquello fue una mezcla de alegría, por descubrirse la realidad y de amargor, por lo que le podía venir?
Yo estaba muy convencida de que él estaba cumpliendo una misión, aunque nadie me lo podía decir, por eso el hecho de que lo metiesen preso me lo ratificó, pero al mismo tiempo fue muy fuerte, sobre todo me preocupé mucho porque como él nació en los Estados Unidos, pensé que eso fuera una agravante para él.
¿En todo este tiempo ha podido visitar a su hijo?
Lo he podido visitar una vez al año de promedio, pero con las dificultades de los trámites de las visas, que es una verdadera guerra psicológica, mira te pongo un ejemplo en una ocasión la máquina de detectar droga se equivocó y me dio positivo, ¿tú te imaginas?, menos mal que volvieron a repetir las pruebas y se demostró que estaba equivocada la máquina, es una guerra la que nos hacen y hasta que tú no lo ves no puedes estar tranquila.
¿Cómo son los encuentros que han tenido en prisión?
Él siempre está interesado por todo lo que sucede en Cuba, porque ya sabes como es ese país, allá no se sabe nada de nada, tu puedes saber que si un cantante fue a una fiesta o si se compró un carro nuevo, pero otra cosa que pase en el mundo a nadie le interesa y cada vez está peor, yo antes le recortaba las noticias de los periódicos para que se informase, pero hasta enviarles eso nos lo han prohibido, pero le envían mucha correspondencia.
Las visitas suelen ser muy alegres, intentamos que sea todo felicidad, anécdotas de los amigos y los familiares, no le contamos nada que pueda disgustarle, aunque ellos no quieren que nadie les oculte nada, quieren saberlo todo.
Las visitas son incómodas, porque incluso no te puedes sentar frente a frente, pero procuramos que las visitas se desarrollen con mucha alegría.
Ahora él está estudiando Economía por correspondencia con la Universidad de la Habana y eso le mantiene muy ocupado
Con el cambio de administración en Estados Unidos, ¿realmente va a haber cambios?
Es más de lo mismo, aunque él da la impresión de ser una persona honesta, está atado de pies y manos. Cuando él puso a Hillary Clinton donde la puso, yo me di cuenta que era más de lo mismo, él tiene que jugar con quienes le pusieron en la Casa Blanca.
Es verdad que es mejor que si hubiese salido McCain, que eso era todavía más retroceso, pero Obama tiene que quedar bien con toda esa mafia anticubana, tal vez si consigue una segunda legislatura será otra cosa, pero por el momento no nos hacemos muchas ilusiones.
Cuando ve a Posada Carriles caminado libre por las calles de Miami y ve a su hijo preso, ¿que siente?
Eso es indignante, no hay palabras para eso, porque uno siente en carne propia a los mártires del crimen del avión de Cubana volado en Barbados, porque mi hijo está preso por salvar vidas de atentados terroristas, es de un nivel de impotencia terrible, pero hay que seguir, tenemos que multiplicar la causa por la liberación de los Cinco.
La primera cosa que se me pasó por la cabeza es la seguridad de que el no estaba traicionando la patria, que él sólo haría eso por la causa de la revolución, no tuve la más mínima duda, aunque después tuve que pasar una etapa en la que tenía que tener mucho cuidado en que las personas no se diesen cuenta de la verdad, porque me daba miedo que me lo fueran a matar allá en Miami.
Después se llevó otro sobresalto, que fue la detención, ¿aquello fue una mezcla de alegría, por descubrirse la realidad y de amargor, por lo que le podía venir?
Yo estaba muy convencida de que él estaba cumpliendo una misión, aunque nadie me lo podía decir, por eso el hecho de que lo metiesen preso me lo ratificó, pero al mismo tiempo fue muy fuerte, sobre todo me preocupé mucho porque como él nació en los Estados Unidos, pensé que eso fuera una agravante para él.
¿En todo este tiempo ha podido visitar a su hijo?
Lo he podido visitar una vez al año de promedio, pero con las dificultades de los trámites de las visas, que es una verdadera guerra psicológica, mira te pongo un ejemplo en una ocasión la máquina de detectar droga se equivocó y me dio positivo, ¿tú te imaginas?, menos mal que volvieron a repetir las pruebas y se demostró que estaba equivocada la máquina, es una guerra la que nos hacen y hasta que tú no lo ves no puedes estar tranquila.
¿Cómo son los encuentros que han tenido en prisión?
Él siempre está interesado por todo lo que sucede en Cuba, porque ya sabes como es ese país, allá no se sabe nada de nada, tu puedes saber que si un cantante fue a una fiesta o si se compró un carro nuevo, pero otra cosa que pase en el mundo a nadie le interesa y cada vez está peor, yo antes le recortaba las noticias de los periódicos para que se informase, pero hasta enviarles eso nos lo han prohibido, pero le envían mucha correspondencia.
Las visitas suelen ser muy alegres, intentamos que sea todo felicidad, anécdotas de los amigos y los familiares, no le contamos nada que pueda disgustarle, aunque ellos no quieren que nadie les oculte nada, quieren saberlo todo.
Las visitas son incómodas, porque incluso no te puedes sentar frente a frente, pero procuramos que las visitas se desarrollen con mucha alegría.
Ahora él está estudiando Economía por correspondencia con la Universidad de la Habana y eso le mantiene muy ocupado
Con el cambio de administración en Estados Unidos, ¿realmente va a haber cambios?
Es más de lo mismo, aunque él da la impresión de ser una persona honesta, está atado de pies y manos. Cuando él puso a Hillary Clinton donde la puso, yo me di cuenta que era más de lo mismo, él tiene que jugar con quienes le pusieron en la Casa Blanca.
Es verdad que es mejor que si hubiese salido McCain, que eso era todavía más retroceso, pero Obama tiene que quedar bien con toda esa mafia anticubana, tal vez si consigue una segunda legislatura será otra cosa, pero por el momento no nos hacemos muchas ilusiones.
Cuando ve a Posada Carriles caminado libre por las calles de Miami y ve a su hijo preso, ¿que siente?
Eso es indignante, no hay palabras para eso, porque uno siente en carne propia a los mártires del crimen del avión de Cubana volado en Barbados, porque mi hijo está preso por salvar vidas de atentados terroristas, es de un nivel de impotencia terrible, pero hay que seguir, tenemos que multiplicar la causa por la liberación de los Cinco.