A través de Radio Globo, decenas de hondureños reportaban la presencia de grupos de agentes de la Policía Preventiva o de la Policía Antidisturbios, que sin discriminación alguna lanzaban decenas de bombas lacrimógenas contra los manifestantes, que de forma espontánea salían a las calles de sus colonias a protestar contra el régimen de facto.
Junto con las andanadas de bombas lacrimógenas, que afectan hasta los niños en sus casas de habitación, los agentes la emprendían a "toletazos (una especie de garrotes)" contra el ciudadano que caía en sus manos, a quienes hacían caer, para después arrestarlos y trasladarlos a un estadio de béisbol, que opera como centro de concentración en la capital hondureña.
Los grupos de manifestantes, que aparecen repentinamente en una colonia de Tegucigalpa y luego reaparecen en otra, insisten en que no cesarán en sus protestas, luego de sufrir la violenta represión de esta madrugada frente a la Embajada de Brasil, y sostienen llamados a sumarse a las manifestaciones hasta la restitución del orden constitucional.
Distintos oyentes de Radio Globo denunciaron que elementos de civil igual que militares, en ambos casos con la cara cubierta, se movilizan fuertemente armados en automóviles estatales y en muchos casos de particulares, que se unen a la represión contra el pueblo hondureño, utilizando balas de goma y gases lacrimógenas.
Según los manifestantes, que repudian el toque de queda "porque el único que puede decretarlo es el presidente de la República, y el presidente se llama Manuel Zelaya Rosales, no Roberto Micheletti", denunciaron que esos grupos paramilitares usan "toletes" con grandes clavos cruzados, que desgarran la piel de todo aquel ciudadano que cae en sus manos, provocándole graves daños.
La represión también tiene su expresión en las tandas de "toletazos" contra los vidrios de los automóviles aparcados en esas colonias, en ataques que se sucedían en uno y otro punto de Tegucigalpa, y según los reportes, también en otras ciudades de Honduras, como San Pedro Sula, Choluteca, etc.
Zelaya: solución en horas
En Radio Globo permanece un muchacho hondureño de 14 años, quien fue atacado por un grupo de policías, que utilizaron un "tolete" con clavos, en estado delicado, al que los oficiales reclaman que lo entreguen.
El muchacho, un estudiante de secundaria, fue atacado y salvajemente herido, porque para su desgracia se desplazaaba por una de las calles del centro de la ciudad, cuando se produjo el desalojo de los manifestantes frente a la embajada de Brasil, aunque no participaba en la protesta.
Frente a la misma emisora igualmente permanece otro grupo de militares que constantemente amenazan a los periodistas y personal de la radio con un eventual ingreso para clausurar las transmisiones de Radio Globo.
Dirigentes del Frente Nacional de Resistencia denunciaron la muerte de al menos tres personas durante la represión de la madrugada de este martes contra unas dos mil personas, que pernoctaron frente a la Embajada de Brasil en la capital hondureña, mientras socorristas de la Crus Roja confirmaron el traslado de varias personas en estado grave por las palizas recibidas.
Por su lado, el presidente constitucional Manuel Zelaya, en entrevista en directo a Radio Globo, reiteró que resistirá la presión del gobierno golpista, pese a que la sede diplomática brasileña carece de alimentos, de agua, energía eléctrica y teléfonos, y centenares de militares la mantienen rodeada, para impedir nuevas manifestaciones de apoyo.
La embajada brasileña sufre además una "agresión sónica" de los militares, a través de enormes antenas satelitales para transmitir fuertes sonidos con la finalidad "de volver locos" a los ocupantes, para obligarlos a salir y detenerlos, lo que no lograron y tuvieron que desistir, de momento, de esa agresión.
En la sede diplomática permanecen más de 300 personas, incluido Zelaya, su esposa Xiomara y su hijo menor, José Manuel, además de algún personal diplomático brasileño, a quienes no se les permite salir, ni recibir vituallas del exterior.
Zelaya indicó que su mensaje a los hondureños es de "que se organicen" para continuar en la resistencia contra el golpe de estado y volver a restablecer el orden constitucional, "porque nadie va a venir a dar la lucha, son los hondureños los que deben luchar por su democracia y libertad", lucha que han dado durante "estos 87 días de haber usurpado el poder".
"La violencia es el peor de los caminos para resolver los problemas que tiene un país, ellos (los golpistas) tienen hijos, familia", agregó para reiterar su llamado a los militares a desistir de la represión al pueblo hondureño, sólo para complacer a "una élite" gobernante actualmente, "para seguir manteniendo sus privilegios en contra de las grandes mayorías".
Zelaya dijo que confía en que "la solución (a la crisis) se producirá en las próximas horas", porque confía en la presión de la comunidad internacional, ya que ésta "está alarmada" de la respuesta de los golpistas a su llamado al diálogo nacional e internacional, que ha consistido "en asesinatos, en bombas lacrimógenas, en represión al pueblo".
Agregó que a los golpistas les fallaron sus cálculos, porque pensaron que él volvería a Honduras bajo "la protección de militares venezolanos, de Hugo Chávez, y no es así, aquí estoy, vine prácticamente sólo, desarmado, llamando al diálogo", y se declaró "dispuesto a ligar su suerte al pueblo hondureño" que está luchando en contra de los golpistas.
Los grupos de manifestantes, que aparecen repentinamente en una colonia de Tegucigalpa y luego reaparecen en otra, insisten en que no cesarán en sus protestas, luego de sufrir la violenta represión de esta madrugada frente a la Embajada de Brasil, y sostienen llamados a sumarse a las manifestaciones hasta la restitución del orden constitucional.
Distintos oyentes de Radio Globo denunciaron que elementos de civil igual que militares, en ambos casos con la cara cubierta, se movilizan fuertemente armados en automóviles estatales y en muchos casos de particulares, que se unen a la represión contra el pueblo hondureño, utilizando balas de goma y gases lacrimógenas.
Según los manifestantes, que repudian el toque de queda "porque el único que puede decretarlo es el presidente de la República, y el presidente se llama Manuel Zelaya Rosales, no Roberto Micheletti", denunciaron que esos grupos paramilitares usan "toletes" con grandes clavos cruzados, que desgarran la piel de todo aquel ciudadano que cae en sus manos, provocándole graves daños.
La represión también tiene su expresión en las tandas de "toletazos" contra los vidrios de los automóviles aparcados en esas colonias, en ataques que se sucedían en uno y otro punto de Tegucigalpa, y según los reportes, también en otras ciudades de Honduras, como San Pedro Sula, Choluteca, etc.
Zelaya: solución en horas
En Radio Globo permanece un muchacho hondureño de 14 años, quien fue atacado por un grupo de policías, que utilizaron un "tolete" con clavos, en estado delicado, al que los oficiales reclaman que lo entreguen.
El muchacho, un estudiante de secundaria, fue atacado y salvajemente herido, porque para su desgracia se desplazaaba por una de las calles del centro de la ciudad, cuando se produjo el desalojo de los manifestantes frente a la embajada de Brasil, aunque no participaba en la protesta.
Frente a la misma emisora igualmente permanece otro grupo de militares que constantemente amenazan a los periodistas y personal de la radio con un eventual ingreso para clausurar las transmisiones de Radio Globo.
Dirigentes del Frente Nacional de Resistencia denunciaron la muerte de al menos tres personas durante la represión de la madrugada de este martes contra unas dos mil personas, que pernoctaron frente a la Embajada de Brasil en la capital hondureña, mientras socorristas de la Crus Roja confirmaron el traslado de varias personas en estado grave por las palizas recibidas.
Por su lado, el presidente constitucional Manuel Zelaya, en entrevista en directo a Radio Globo, reiteró que resistirá la presión del gobierno golpista, pese a que la sede diplomática brasileña carece de alimentos, de agua, energía eléctrica y teléfonos, y centenares de militares la mantienen rodeada, para impedir nuevas manifestaciones de apoyo.
La embajada brasileña sufre además una "agresión sónica" de los militares, a través de enormes antenas satelitales para transmitir fuertes sonidos con la finalidad "de volver locos" a los ocupantes, para obligarlos a salir y detenerlos, lo que no lograron y tuvieron que desistir, de momento, de esa agresión.
En la sede diplomática permanecen más de 300 personas, incluido Zelaya, su esposa Xiomara y su hijo menor, José Manuel, además de algún personal diplomático brasileño, a quienes no se les permite salir, ni recibir vituallas del exterior.
Zelaya indicó que su mensaje a los hondureños es de "que se organicen" para continuar en la resistencia contra el golpe de estado y volver a restablecer el orden constitucional, "porque nadie va a venir a dar la lucha, son los hondureños los que deben luchar por su democracia y libertad", lucha que han dado durante "estos 87 días de haber usurpado el poder".
"La violencia es el peor de los caminos para resolver los problemas que tiene un país, ellos (los golpistas) tienen hijos, familia", agregó para reiterar su llamado a los militares a desistir de la represión al pueblo hondureño, sólo para complacer a "una élite" gobernante actualmente, "para seguir manteniendo sus privilegios en contra de las grandes mayorías".
Zelaya dijo que confía en que "la solución (a la crisis) se producirá en las próximas horas", porque confía en la presión de la comunidad internacional, ya que ésta "está alarmada" de la respuesta de los golpistas a su llamado al diálogo nacional e internacional, que ha consistido "en asesinatos, en bombas lacrimógenas, en represión al pueblo".
Agregó que a los golpistas les fallaron sus cálculos, porque pensaron que él volvería a Honduras bajo "la protección de militares venezolanos, de Hugo Chávez, y no es así, aquí estoy, vine prácticamente sólo, desarmado, llamando al diálogo", y se declaró "dispuesto a ligar su suerte al pueblo hondureño" que está luchando en contra de los golpistas.
