Juan Barahona, lider de la Resistencia, abandona la reunión disgustado porque se quiere dejar sin efecto la convocatoria a la constituyente
Magdalena Morales y Luis Rojas Mena - Reuters.- Delegados del Gobierno de facto de Honduras y del derrocado presidente Manuel Zelaya reanudaron el martes conversaciones con el espinoso tema de la restitución del mandatario, pero uno de sus negociadores se levantó de la mesa al rehusarse a ceder sobre algunos puntos.
Juan Barahona, uno de los líderes del movimiento de resistencia desde el golpe de Estado del 28 de junio, abandonó el diálogo poco después de recomenzar porque una exigencia es que Zelaya renuncie a su aspiración de establecer una Asamblea Constituyente que abra paso a la reelección presidencial.
Zelaya fue derrocado el mismo día en que planeaba realizar una consulta popular como primer paso para establecer una Asamblea Constituyente que reformara la carta magna y permitiera la reelección, según sus detractores influenciado por su aliado venezolano Hugo Chávez.
"Estaba en la mesa renunciando a un tema tan importante para nosotros que es la Constituyente", dijo Barahona a periodistas al salirse de la reunión con delegados del presidente de facto, Roberto Micheletti.
"Después de que yo he salido, se va a continuar con el punto 6 del Acuerdo de San José, que es la restitución del presidente Zelaya", agregó.
Los negociadores están dialogando sobre la base de una propuesta del presidente costarricense, Oscar Arias, que incluye devolver el poder a Zelaya, actualmente refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa y bajo amenaza de ser arrestado si sale de la sede.
"La restitución de Zelaya al poder es innegociable", dijo a Reuters Beatriz Valle, vicecanciller del depuesto gobernante.
Ese tema es el más espinoso en las conversaciones e hizo naufragar negociaciones anteriores ante la intransigencia de Micheletti de permitir el regreso al poder del depuesto líder y la postura de Zelaya de poner su restitución como condición no claudicable.
¿GANAR TIEMPO?
En la primera ronda del diálogo, iniciada la semana pasada con el auspicio de la Organización de Estados Americanos (OEA), los delegados de ambas partes dijeron que hubo un avance de 60 por ciento sobre el Acuerdo de San José, pero aún no habían tocado la restitución de Zelaya.
Zelaya regresó clandestinamente al país el 21 de septiembre para refugiarse en la embajada brasileña, tras haber sido expulsado del país por militares el día del golpe.
El Gobierno de facto lo acusa de haber violado la Constitución al insistir en realizar la consulta a pesar de que ya había sido prohibida por un juez.
Micheletti ha dicho que está dispuesto a renunciar si Zelaya desiste de su intención de volver a la presidencia y quiere dar vuelta a la página con las elecciones de noviembre, en las cuales los competidores favoritos son Porfirio Lobo, del Partido Nacional, y Elvin Santos, del gobernante Partido Liberal, de Zelaya.
"Lo que importa son las elecciones, ese es el único reto", dijo a Reuters Martha Alvarado, vice canciller del Gobierno de Micheletti.
Otros delegados de Zelaya creen que con este diálogo Micheletti trata solamente de ganar tiempo para que lleguen los comicios, a pesar de que muchos gobiernos, incluyendo Estados Unidos, han dicho que no reconocerán al ganador si antes no se restablece el orden democrático en Honduras.
Armando Aguilar, de la delegación negociadora por el Gobierno de facto, dijo que no hay un plazo para el final de las conversaciones.
"Esta cosa (las negociaciones) como podría terminar hoy al mediodía, podría terminar a finales de octubre, o en la víspera de las elecciones, pero no estoy diciendo que pueda terminar tan tarde", dijo Aguilar a periodistas antes del inicio de la nueva ronda de conversaciones.
Algunos analistas coinciden en que no habrá acuerdos, al menos esta semana.
"La negociación se está haciendo no para pactar acuerdos con ellos, sino para tranquilizar a la opinión pública internacional", dijo a Reuters Juan Ramón Martínez, un analista político.
Los seguidores de Zelaya tienen previsto realizar una serie de protestas esta semana y han amenazado con alterar la campaña electoral si su líder no regresa al cargo.
Zelaya fue derrocado el mismo día en que planeaba realizar una consulta popular como primer paso para establecer una Asamblea Constituyente que reformara la carta magna y permitiera la reelección, según sus detractores influenciado por su aliado venezolano Hugo Chávez.
"Estaba en la mesa renunciando a un tema tan importante para nosotros que es la Constituyente", dijo Barahona a periodistas al salirse de la reunión con delegados del presidente de facto, Roberto Micheletti.
"Después de que yo he salido, se va a continuar con el punto 6 del Acuerdo de San José, que es la restitución del presidente Zelaya", agregó.
Los negociadores están dialogando sobre la base de una propuesta del presidente costarricense, Oscar Arias, que incluye devolver el poder a Zelaya, actualmente refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa y bajo amenaza de ser arrestado si sale de la sede.
"La restitución de Zelaya al poder es innegociable", dijo a Reuters Beatriz Valle, vicecanciller del depuesto gobernante.
Ese tema es el más espinoso en las conversaciones e hizo naufragar negociaciones anteriores ante la intransigencia de Micheletti de permitir el regreso al poder del depuesto líder y la postura de Zelaya de poner su restitución como condición no claudicable.
¿GANAR TIEMPO?
En la primera ronda del diálogo, iniciada la semana pasada con el auspicio de la Organización de Estados Americanos (OEA), los delegados de ambas partes dijeron que hubo un avance de 60 por ciento sobre el Acuerdo de San José, pero aún no habían tocado la restitución de Zelaya.
Zelaya regresó clandestinamente al país el 21 de septiembre para refugiarse en la embajada brasileña, tras haber sido expulsado del país por militares el día del golpe.
El Gobierno de facto lo acusa de haber violado la Constitución al insistir en realizar la consulta a pesar de que ya había sido prohibida por un juez.
Micheletti ha dicho que está dispuesto a renunciar si Zelaya desiste de su intención de volver a la presidencia y quiere dar vuelta a la página con las elecciones de noviembre, en las cuales los competidores favoritos son Porfirio Lobo, del Partido Nacional, y Elvin Santos, del gobernante Partido Liberal, de Zelaya.
"Lo que importa son las elecciones, ese es el único reto", dijo a Reuters Martha Alvarado, vice canciller del Gobierno de Micheletti.
Otros delegados de Zelaya creen que con este diálogo Micheletti trata solamente de ganar tiempo para que lleguen los comicios, a pesar de que muchos gobiernos, incluyendo Estados Unidos, han dicho que no reconocerán al ganador si antes no se restablece el orden democrático en Honduras.
Armando Aguilar, de la delegación negociadora por el Gobierno de facto, dijo que no hay un plazo para el final de las conversaciones.
"Esta cosa (las negociaciones) como podría terminar hoy al mediodía, podría terminar a finales de octubre, o en la víspera de las elecciones, pero no estoy diciendo que pueda terminar tan tarde", dijo Aguilar a periodistas antes del inicio de la nueva ronda de conversaciones.
Algunos analistas coinciden en que no habrá acuerdos, al menos esta semana.
"La negociación se está haciendo no para pactar acuerdos con ellos, sino para tranquilizar a la opinión pública internacional", dijo a Reuters Juan Ramón Martínez, un analista político.
Los seguidores de Zelaya tienen previsto realizar una serie de protestas esta semana y han amenazado con alterar la campaña electoral si su líder no regresa al cargo.
