César Pérez Navarro / Jesús David Fuentes - Tercera Información.- El País (España) victimiza una joven "(contra)revolución independiente" en la red bloguera cubana.
El pasado día 3 leímos en El País otro de tantos reportajes redactados con un propósito previo. A falta de represiones policiales con más de mil detenidos que protestan pacíficamente en la calle, tal y cómo ocurre frecuentemente en nuestros países “civilizados” -véase la última cumbre del Clima en Copenhague- los media mass insisten en diseñar una generación de jóvenes víctimas reprimidas por el “régimen castrista” porque no pueden navegar por Internet todo lo que quisieran o porque sufren “el cerco de la censura” de “una isla que lleva cerrada medio siglo”.
El título del reportaje -“Cuba vive otra revolución en la Red. Una joven generación de ’blogueros’ pone al régimen castrista a la defensiva” (1)- ya es un claro ejemplo de cómo El País exagera las actividades de “cientos de jóvenes” que “están logrando tejer una red de rebeldía que empieza a trasladarse del ciberespacio a las calles”.
Donde los herederos de la contrarrevolución anticastrista se definen como “revolución” a secas de blogueros “independientes”, luchadores por la libertad (de consumir), el “alma mater” del movimiento, Yoani Sánchez, ha sido acusada con notables fundamentos de trabajar para la CIA (2) (3) tras su promoción y lanzamiento artificial a la fama por parte de un nutrido grupo de medios corporativos (4).
Según El País, el acceso y la navegación a Internet está restringida en Cuba; “(…) El acceso privado a Internet está restringido a residentes extranjeros, altos cargos y funcionarios autorizados por el Gobierno. Y en los lugares públicos (hoteles y cibercafés), una hora de conexión a Internet ronda los cuatro euros, un tercio del salario medio (…) La navegación también está restringida. El Ministerio de Informática y Comunicaciones (cuyo titular, Ramiro Valdés, cumple en abril 78 años) [casi igual que Berlusconi] se encarga de vetar el acceso a sitios "contrarios al interés social, la moral y las buenas costumbres" o que "afecten la seguridad del Estado" (…)”.
Sin embargo, el reportaje no tiene en cuenta que la conectividad internacional de la isla ha mejorado y que el bloqueo de Estados Unidos ha impedido a Cuba conectarse con cerca de una docena de los enlaces de la red internacional que rodea la Isla, administrados por compañías norteamericanas (5), lo que podría abaratar su coste a la vez que multiplicar las opciones.
En cuanto a la restricción de de la navegación, El País recoge del reglamento para los proveedores de servicios de Internet al público de Cuba el punto j, en manifiesta insinuación de la censura en Cuba: "contrarios al interés social, la moral y las buenas costumbres" o que "afecten la seguridad del Estado". Efectivamente es el apartado que peor puede sonarle a lector, pero bien pudiera el reportaje habernos señalado otro, como el “o” del mismo reglamento; Mantener el principio de inviolabilidad y privacidad de las comunicaciones, de conformidad con lo dispuesto en la constitución de la República y las normas dictadas al efecto (6).
También se podría haber comparado tal disposición con la legislación española al respecto; La Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico, dice en su artículo 8: Restricciones a la prestación de servicios: En caso de que un determinado servicio de la sociedad de la información atente o pueda atentar contra los principios que se expresan a continuación: La salvaguarda del orden público, la investigación penal, la seguridad pública y la defensa nacional (7).
En el articulo 41 de la ley española se habla de la sanción administrativa según “las exigencias de los intereses generales”, de “cierre temporal de establecimientos”, “precinto, depósito o incautación de registros, soportes y archivos informáticos y de documentos en general, así como de aparatos y equipos informáticos de todo tipo”.
Asimismo, entre las sanciones contempladas las multas pueden ascender a los 600.000 euros.
Todo suena bastante horrible, y más aún si se saca de contexto.
Pese a estas “severas” restricciones, los blogueros siguen publicando sus contenidos sin trabas; "(…) Recurrimos al apoyo de los amigos que viven fuera del país", explica Claudia Cadelo, de 26 años, autora del blog El Octavo Cerco . "Les enviamos por correo los textos y ellos los suben a la red. Parece que estamos on line a menudo, pero no es así. Yo me suelo conectar cada 15 días (…)".
Pero entrando en el facebook o en el blog de esta chica se observa que las entradas en twiter aparecen actualizadas todos los días, lo cual desmiente esas aparentes dificultades (8) (9).
Estos ataques de El País a la isla se complementan con las habituales referencias a la “Primavera Negra de 2003” y otras construcciones poco fundamentadas, como las agresiones que supuestamente sufrió la “heroína” Yoani Sánchez (10).
Lo que no se acaba de entender es porqué precisamente cuando Raúl Castro autoriza el uso libre de internet en Cuba, medida que significa un cambio de la política gubernamental que había limitado la red a fines sociales, y los cubanos incluso pueden navegar desde computadoras instaladas en las oficinas de la empresa estatal de correos, El País se empeña en “informar” en el sentido contrario a través de este reportaje.
(1) http://www.elpais.com/articulo/inte...
(2) http://islamiacu.blogspot.com/2009/...
(3) http://www.rebelion.org/noticia.php...
(4) http://www.pascualserrano.net/notic...
(5) http://www.cubadebate.cu/noticias/2...
(6) http://www.informatica-juridica.com...
(págs. 5-6)
(7) http://www.boe.es/boe/dias/2002/07/...
(8) http://www.facebook.com/profile.php...
(9) http://octavocerco.blogspot.com/
(10) http://blogs.tercerainformacion.es/...
