El eurodiputado por Izquierda Unida y activista contra la impunidad nos habla del ejemplo de solidaridad de Cuba, de cómo la izquierda europea debe aprender de América Latina y de cómo la Unión Europea no tiene una política exterior propia, sino que hace seguidismo de Washington y la OTAN. Grabado en la Fiesta del PCE 2014, en San Fernando de Henares (Madrid). Fotos: Ivana Belén Ruiz.

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- ¿Cómo ves la reapertura del proceso de negociación entre la Unión Europea y Cuba?

- Va a ser un proceso muy complicado, que está en los primeros estadios, pero que está avanzando. Para mí es motivo de alegría ver que, ante la postura irracional impulsada por los sectores más reaccionarios –por desgracia con gran presencia de nuestro país, debido al “mal de Aznar”–, se dan los primeros pasos para desbloquear la presión sobre un país soberano, para poner fin a la vulneración de las leyes internacionales y a la utilización del poder de las grandes potencias contra un pequeño país que lo único que exige es vivir con dignidad de acuerdo a las leyes del Derecho Internacional.

- ¿A qué crees que se debe este cambio de actitud de la Unión Europea?

- Se debe a que la llamada Posición Común que la ultraderecha elaboró al dictado de Miami contra Cuba ha fracasado totalmente, y finalmente la Unión Europea ha tenido que recular, debido al admirable apego de Cuba a sus principios.

- ¿Los expertos sanitarios enviados por Cuba a luchar contra el Ébola en África representan también un mensaje a las grandes potencias?

- La comparación entre la “ayuda humanitaria” de los países occidentales y la que presta Cuba la destaco siempre. Cuba tiene desplegados médicos y personal sanitario en más de 70 países. De Cuba, un país que los grandes medios catalogan de fracasado y pobre, no mencionan la solidaridad internacionalista, la ayuda a otros pueblos. En un reciente debate en el Parlamento Europeo sobre el ébola, se pedían acompañamientos e intervenciones militares y, por último, algún médico, principalmente para aislar la enfermedad y que no llegara a Europa. Frente a eso, Cuba les deja absolutamente retratados: Cuba fue el primer país que respondió a la petición de ayuda de la Organización Mundial de la Salud, dejando en evidencia dónde quedan unos, enviando militares, y dónde quedan otros, que envían médicos.

- Desde diferentes sectores se dice que la Unión Europea no tiene una política exterior propia, que ésta está plegada a los intereses y al dictado de Washington. ¿Tú qué crees?

- Lo creo absolutamente. La definiría como “la Europa alemana”, donde se deja la subalternidad de la dirección a Alemania, bajo la obediencia a EE.UU. en los parámetros geoestratégicos. Solo hay que ver que en Alemania existen 26 bases estadounidenses, y la base más importante de las más de 800 que tiene EE.UU. en el mundo. Antes de cada Cumbre de la UE siempre hay una Cumbre de la OTAN. Es decir, la UE obedece los mandatos de la OTAN. Alemania ejerce un federalismo autoritario para defender a los grandes poderes económicos y los intereses de EE.UU. En las últimas crisis que estamos viviendo vemos que no hay una política exterior europea, sino sometimiento a los intereses geoestratégicos de EE.UU.

- Entre los casos que apuntas, los de Siria y Ucrania, la Unión Europea y EEUU van de la mano, ¿qué intereses habría detrás?

- Los EEUU nos intentaron convencer de que todos los estados debían renunciar a su soberanía para reforzar la del estado hegemónico. Esto duró desde la caída del campo socialista hasta la reciente emergencia de otros poderes que le disputan el mundo unipolar: Rusia, China, India o Brasil.
Lo que más preocupa a Washington es el eje París-Berlín-Moscú, por representar un gran poder que le disputaría su preeminencia. Temen también al eje Rusia-India-China. Desde que hubo un acercamiento entre Rusia y Alemania para dar precios preferenciales de gas, intervinieron para abortar este acercamiento, del modo en que ellos saben actuar: con presencia del senador John McCain, del Instituto Internacional Republicano (IRI), quien ya apareció en Venezuela y en Siria, y en Ucrania arengando a las masas para un cambio violento de gobierno. Hubo una intervención directa de EEUU por medio de Victoria Nuland, Vicesecretaria de Estado para Asuntos Europeos, a quien se intervinieron conversaciones en el sentido de evadir a la UE y definiendo cómo sería el gobierno posterior en Ucrania.
El papel de pivote estratégico que tenía Ucrania se ha partido en dos, creándose el caos, impidiendo el acercamiento entre Rusia y la UE, y haciendo que ésta vea a Rusia como enemigo. EEUU necesita un gran enemigo. Presiona con el escudo antimisiles, o con la aproximación a las fronteras con Rusia, vulnerando el acuerdo de posicionamiento de fuerzas estratégicas al que llegaron la Unión Soviética y Europa. Pero la UE carece de recursos energéticos. Tratan de que no dependamos del gas ruso, que no tengamos acuerdos comerciales con nuestro vecino y que, en cambio, dependamos del gas de esquisto estadounidense extraído mediante fracking.

- ¿Qué significa para la izquierda europea todo el proceso de cambio en América Latina y, sobre todo, qué puede aprender de él?

- Podemos aprenderlo casi todo. En primer lugar, la defensa de la soberanía, la independencia y la puesta al servicio del pueblo de los recursos del país. También la generosidad para construir la unidad, plasmada en los ejemplos que lideraron Fidel Castro y Hugo Chávez: el proyecto de solidaridad económica ALBA, la UNASUR y la CELAC.
En el Parlamento Europeo debemos darnos cuenta de que somos muy pequeños, hay una distancia muy grande entre el centro y la periferia. Creo que nuestra única salida es la unión de los pueblos del Sur de Europa, con los mismos problemas de deuda y de políticas de austeridad, frente al poderío de quienes votan en bloque en el Parlamento europeo y nos barren. Uno de los ejemplos que nos da América Latina en ese sentido es UNASUR. La esperanza que nos transmite América Latina es que en el Sur está la salida cuando los pueblos se organizan.Y que la izquierda tiene que aprender generosidad para marchar hacia la unidad, cada uno con nuestro bagaje, pero sin dejar de pensar que en nuestro país hay un millón de niñas y niños que comen sólo una vez al día, y seis millones de personas desempleadas. Esa unidad de acción nos lo enseñan América Latina y sus líderes.

Entrevista: José MANZANEDA
Transcripción/redacción: Aurora VILLAR