Es la hora de permanecer unidos frente al silencio y la incomunicación.
No debemos permanecer indiferentes ante un mundo que literalmente se nos viene abajo.
Como poetas podemos crear con nuestras palabras un mundo mejor y más humano, más justo y más solidario, y configurar un imaginario en el que sintamos el orgullo de compartir nuestras vidas en la Tierra. Por esa razón debemos hacer nuestra toda acción solidaria dirigida a los pequeños y desposeídos del mundo.
Extendamos nuestra solidaridad con los pueblos árabes que luchan contra la ocupación, en especial el heroico pueblo de Palestina, que cada día amasa con palabras y con sangre la posibilidad de construir, en las tierras ocupadas progresivamente durante 60 años por Israel, una patria digna para sus hijos dispersos por el mundo, con su capital en Jerusalén Oriental.
Respaldamos, por otro lado, la labor que en pos de la paz en su país ha desarrollado el Festival Internacional de Poesía de Medellín, la más grande fiesta de la poesía del planeta, y su contribución generosa al fortalecimiento de la red de festivales de poesía de Nuestra América.
Ahora estamos en La Habana. Que en cada punto del planeta se alce la luz inmarchitable de la poesía y la figura del poeta señalando con su palabra y su acción el camino del amor y del bien, de la verdad y de la justicia.
Cuba necesita que la dejen trabajar y vivir en paz. Cuba necesita que los Cinco heroicos jóvenes presos en cárceles norteamericanas, entre ellos un destacado poeta, vuelvan a su patria.
El mundo necesita de la Poesía. Los poetas necesitamos de un mundo más hermoso para trabajar y vivir. Si estuviera en peligro ese mundo ―y lo está en grado sumo― habría que construirlo, habrá que construirlo, debemos crearlo con nuestras palabras y nuestros sueños y con nuestra acción ciudadana.
Jaimanitas, La Habana, 30 de mayo de 2009.
No debemos permanecer indiferentes ante un mundo que literalmente se nos viene abajo.
Como poetas podemos crear con nuestras palabras un mundo mejor y más humano, más justo y más solidario, y configurar un imaginario en el que sintamos el orgullo de compartir nuestras vidas en la Tierra. Por esa razón debemos hacer nuestra toda acción solidaria dirigida a los pequeños y desposeídos del mundo.
Extendamos nuestra solidaridad con los pueblos árabes que luchan contra la ocupación, en especial el heroico pueblo de Palestina, que cada día amasa con palabras y con sangre la posibilidad de construir, en las tierras ocupadas progresivamente durante 60 años por Israel, una patria digna para sus hijos dispersos por el mundo, con su capital en Jerusalén Oriental.
Respaldamos, por otro lado, la labor que en pos de la paz en su país ha desarrollado el Festival Internacional de Poesía de Medellín, la más grande fiesta de la poesía del planeta, y su contribución generosa al fortalecimiento de la red de festivales de poesía de Nuestra América.
Ahora estamos en La Habana. Que en cada punto del planeta se alce la luz inmarchitable de la poesía y la figura del poeta señalando con su palabra y su acción el camino del amor y del bien, de la verdad y de la justicia.
Cuba necesita que la dejen trabajar y vivir en paz. Cuba necesita que los Cinco heroicos jóvenes presos en cárceles norteamericanas, entre ellos un destacado poeta, vuelvan a su patria.
El mundo necesita de la Poesía. Los poetas necesitamos de un mundo más hermoso para trabajar y vivir. Si estuviera en peligro ese mundo ―y lo está en grado sumo― habría que construirlo, habrá que construirlo, debemos crearlo con nuestras palabras y nuestros sueños y con nuestra acción ciudadana.
Jaimanitas, La Habana, 30 de mayo de 2009.