Y no sólo es en naciones subdesarrolladas tan abominable práctica. En Italia, por ejemplo, no existe un plan de acción a favor de los menores y tampoco se tiene un número preciso de los infantes explotados.
En esa civilizada nación europea, hay 500 000 menores que deben laborar, la mayoría perteneciente a familias pobres. ¿Dónde están entonces los derechos humanos, los derechos del niño?