Guillermo Nova, corresponsal de Cubainformación en La Habana.- Es difícil que haya alguien en Cuba que no conozca a Alicia Alonso, la prima ballerina absoluta tiene una fama a la altura de un futbolista europeo, el prestigio de un prócer de la Patria y el cariño de alguien a quien los cubanos sienten como de la familia.


Pero sobre todo Alicia Alonso es un ejemplo para los más jóvenes por su espíritu de superación, enfrentándose siempre a las adversidades que la vida le ha puesto, como su “islita verde” que es capaz de salir a flote contra viento y marea.

Por eso siempre le dice a los jóvenes cubanos que “si uno quiere llegar a tener una carrera de verdad, tiene que estudiar y nunca estar satisfecho, ser inconforme, trabajar duro porque la perfección no existe”.

Despreciada en Estados Unidos por ser demasiado latina, censurada por la dictadura de Batista, con el triunfo revolucionario de 1959 Fidel Castro le dio todos los recursos para crear el Ballet Nacional de Cuba pero necesitó de niños huérfanos para comenzar su andadura en una sociedad que todavía estaba encadenada a los prejuicios del machismo.

Pero ella no se dio por vencida y todavía tuvo que enfrentarse a un desprendimiento de retina, el medico le dio a elegir entre ver y bailar, ella prefirió ser feliz y bailó

Consiguió que en Cuba el ballet dejara de ser una actividad elitista, abierta al pueblo con precios populares ni en los momentos más difíciles del periodo especial se cerraron los escenarios de la danza en un país que hasta las penas se pasan con ritmo.

Con más de 70 años de trayectoria, Alicia Alonso comienza de nuevo en cada joven bailarín que acepta el reto de las tablas porque ella se siente feliz cada vez que entrega.

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