Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Es costumbre que muchos analistas, al finalizar un año, realicen sus balances acerca de lo acontecido en sus respectivos países en término de avances y obstáculos a superar. Como no soy la anomalía, someto a la consideración de mis lectores/as las razones de mi alegría por lo que ha adelantado la Revolución Cubana en el 2013 y, de paso, mostrar algunas insatisfacciones/puntos a superar en el futuro inmediato.
Quizás sea la consulta popular del Anteproyecto del Código de Trabajo, proceso que se efectuó en toda la nación entre el 20 de Julio y el 15 de Octubre bajo la conducción de la Central de Trabajadores de Cuba y la activa participación de Diputados/as y funcionarios/as del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el suceso más trascendental entre los vividos por la mayoría de cubanas y cubanos en el año que finaliza.
La prensa ha divulgado que en el debate sobre ese Anteproyecto, participaron más de dos millones 800 mil trabajadores en 69 mil 56 asambleas, donde se produjeron más de 620 mil intervenciones que generaron 171 mil 680 planteamientos, conllevando a la modificación significativa de la versión inicial.
En tal sentido, compartí Cuba: ¿serán idiotas sus trabajadores/as? en el que señalé datos puntuales vs. personas pertenecientes a la “nueva” ¿izquierda? en la Isla que adulteraron el documento en cuestión. Y para no dilatar este asunto, invito a consultar Ley Código de Trabajo: expresión de la democracia revolucionaria cubana.
Encuentro en el tratamiento a la unificación monetaria en Cuba, entre otros acontecimientos de mucha valía, uno de los objetivos centrales de la política económica al calor de la actualización de nuestro modelo, cuyo reciente anuncio por la Dirección del Estado y Gobierno en el archipiélago nacional está en sintonía con los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Aprecio asimismo cuánto asciende El Diputado/a de mi preferencia. He constatado cómo él o ella ha podido perfeccionar aún más su desempeño en toda la nación cubana, al tiempo que ha revelado ser expresión concreta del latir del pueblo al estar atentos a reclamos de sus electores/as —modo por excelencia de legitimar su razón de ser, de manera ascendente.
La idea anterior la pude corroborar, por ejemplo, al meditar en el trabajo La palabra del pueblo. Allí aparece que la Diputada del capitalino municipio de Boyeros, Marlen Alfonso, en la última sesión del Legislativo, les reclamó a los Organismos de la Administración Central del Estado (puntualmente, el de Transporte en la comisión de Servicios), lo exageradamente extenso de sus informes, que deja sin tiempo la participación de los parlamentarios.
Otro tanto hizo el villaclareño de Corralillo, Ariel Martín, quien cuestionó, en medio del acelerado proceso de envejecimiento poblacional de nuestra sociedad, la ociosidad de las instalaciones de los baños de Elguea, donde hace unos años se invirtió en tecnología, entonces de punta, y hoy están cerrados, sin prestar servicios a muchos padecimientos, propios del adulto mayor.
Por el mismo estilo estuvo el pinareño Adalberto Fernández, en el tema del frijol, al afirmar que pagar 900 pesos por quintales al productor es exagerado y lejos de resolver el precio en la tarima, lo encarece todavía más, porque esa ventaja no lo lleva a producir más, por lo que a menor cantidad del producto, el precio no baja.
Otros acontecimientos dignos de elogios me llevaron a redactar La Habana, en el corazón de cubanas y cubanos con la inscripción “Las autoridades de la Isla muestran un quehacer para concretar cada vez más un Socialismo próspero y sustentable —con el Magisterio de José Martí; y Cuba: brújula en Congreso de Periodistas con el resumen “Cuántas expectativas satisfechas/ Cuántos anhelos por materializar”. Este lo complementé en Cuba: el pulso de su prensa donde consigné que es cada vez más ajustada a nuestra realidad, desde la crítica revolucionaria, y exclamé: “¡Hasta en El Nuevo Herald se reconoce!”.
A la vez, sentí una suerte de beneplácito que me llevó a componer Un paso a favor de tres de Los 5, a partir de revelaciones de Stephen Kimber, quien consultó más de 20 mil páginas del juicio, y del fallo de un tribunal federal que, según Carl Messineo, es una victoria inicial; y ¿Adiós a la Ley de Ajuste de EE. UU. vs. Cuba?, teniendo en cuenta la raigal transformación de la Política Migratoria en la Mayor de las Antillas.
Además, con gran placer abordé Cuba: victoria avisada en la antesala del nuevo triunfo cubano en las Naciones Unidas que condenó el Bloqueo USA; Cuba: crece respaldo internacional y el resumen “Es la soledad más acompañada jamás conocida. Atestigua la Feria Internacional de La Habana 2013. Potencia la Zona Especial de Desarrollo del Mariel”; así como Cuba: Reconocimiento en el CDH, una vez elegido nuestro Caimán Verde integrante del Consejo de Derechos Humanos.
Entretanto, cavilo en el alcance de Médulas en la actualización de un modelo, escrito en los primeros días de este año, con énfasis en lo imperdonable que resulta en la Administración/quehacer a favor del pueblo cubano, un error por descuido, despreocupación… y el voluntarismo —más aún cuando existe suficiente experiencia para impedir efectos negativos/evitables en el Socialismo.
Al tiempo que asumo al 100 por ciento que el compañero Raúl haya pedido cero impunidad para quienes atenten contra la economía nacional, hago mío el título Segundas lecturas de una advertencia presidencial que critica las deficiencias del Comercio Exterior y reconoce el llamado de nuestro Presidente, pues lo sacado a la luz no es nada nuevo toda vez que circula dentro del imaginario popular la famosa anécdota de la barredora de nieve que trajeron a Cuba solo para darse cuenta que para nada servía —una historieta que suena a cierta.
Particularmente, reflexiono en la intervención del mismo Raúl en la clausura de la última sesión de la Asmblea Nacional del Poder Popular que —entre otros asuntos de máximo interés para nuestro pueblo y temas que deben ser conocidos por la opinión pública en el patio y allende el mar— deja claro que “no permitiremos terapias de choque”; pero también devela que, a pesar que la economía cubana prosiguió su avance en el actual año, no se alcanzan las metas previstas, pues el Producto Interno Bruto crece un 2,7 por ciento, inferior al 3,6 planificado —ojo: casi un dígito menos— y tampoco se logrará el crecimiento esperado en el turismo internacional y algunas producciones nacionales que sustituyen costosas importaciones.
En la ocasión, el Primer Secretario del Partido Comunista y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros en Cuba, apuntó que tal resultado estuvo condicionado por la contracción de los ingresos por exportaciones, tanto de servicios como de mercancías, cuyos precios disminuyeron, a la vez que se encarecían los productos de importación; y que, al propio tiempo, se pusieron nuevamente de manifiesto deficiencias en las inversiones, debido a dificultades afrontadas con el financiamiento y suministros fuera de fecha, inadecuada preparación, atrasos en los proyectos y déficit de fuerzas constructoras —las negritas son mías.
Igualmente, medito entorno a otras medidas. Así, comparto la esencia de la entrada en vigor de nuevas regulaciones para la venta minorista de vehículos que, luego de dos años de vigencia del Decreto 292 que autoriza la transmisión de la propiedad de los autos a través de la compra, venta o donación entre los ciudadanos residentes en el país, adelanta que serán publicadas durante los próximos días en la Gaceta Oficial nuevas normas jurídicas que pondrán en vigor la política para la importación y comercialización de vehículos de motor.
No obstante, inquiero:
¿Quiénes asesoraron al Consejo de Ministros para darle luz verde a las nuevas regulaciones que dejan sin vigor las llevadas y traídas cartas para la compra de carros, tuvieron en cuenta que el propósito de las mismas —además de ganar en orden y disciplina, colocar las ganancias en función del transporte público— está presente en el fruto nada despreciables de miles de personas que trabajaron o trabajan en el exterior con una especie de “acuerdo de caballeros” que incluía, precisamente, la posibilidad de adquirir un automóvil —verbigracia, el caso Antex Angola— y que ahora les será en extremo difícil obtener lo que bien habían potenciado con el producto de su sudor/aporte a los Fondos Sociales de Consumo?
Tal vez estamos a tiempo de corregir alguna pifia al respecto.
En este orden de ideas, todavía puedo ubicar más razones de mi alegría por lo que ha adelantado la Revolución Cubana en el 2013, y también mostrar otras insatisfacciones/puntos a superar en el futuro inmediato. Pero considero que lo hasta aquí aludido es suficiente para develara Cuba en los últimos doce meses, con sus satisfacciones, cuentas pendientes y lo impostergable de trabajar con mucho mayor acierto en todos los eslabones del país.
Así, a mi mente viene Una lectura a la actualización de la Revolución Cubana, redactado para esta fecha del año pasado, cuyo contenido se resume en: “A pesar de avances: ¿Qué medida se aplicó con los responsables de incumplimientos por razones subjetivas?/ Las personas menos favorecida en la Isla reclaman-exigen-apremian de resultados superiores a los obtenidos/ ¿Cuánto más puede-debe hacer nuestra Prensa en este contexto?” —todavía más, si hay que hacer cosas en los medios y evitar empezar a aburrir.
Por tanto, me resulta indiscutible que continúa perfeccionándose nuestro Socialismo; amén que es cada vez más evidente cómo Diputados/as constituye pulso del pueblo. Pero me ronda una pregunta/brújula para la labor que directivos/as y trabajadores/as tenemos que desempeñar en la perspectiva de la obra que construimos:
¿Por qué razón tenemos que darnos el lujo de admitir detalles que opaquen el quehacer a favor del bienestar que requieren cubanas y cubanos? La respuesta transita por el concepto de Revolución formulado por el compañero Fidel hace más de una década, sobre todo por la necesidad de estar atentos al momento histórico y cambiar todo lo que debe ser cambiado.
