Yosel M. Castellanos y Lorena Sánchez - Foto: Jose M. Correa - Granma.- En el año 2013 la provincia de Artemisa exhibió dificultades en el cumplimiento de su plan de producción de materiales de la construcción, tanto en unidades físicas como en valores, debido a las afectaciones tecnológicas en las máquinas productoras de bloques de hormigón, la inestabilidad en la producción de áridos y las fluctuaciones laborales de operarios de los talleres de mosaicos en el territorio, entre otros.


Dicha situación provocó que la Empresa de Materiales de la Construcción del territorio cerrara con pérdidas en su gestión económica.

Para evitar que escenarios similares se presenten en un futuro inmediato, trabajadores y directivos de la empresa adoptaron una serie de medidas técnico-organizativas con el objetivo de que en el presente año la producción de materiales marche a buen ritmo y con la me­nor cantidad de inconvenientes posibles.

Según Rodolfo A. Betancourt Santos, director de la Empresa de Materiales de la Construcción de Artemisa, entre los cambios que decidieron llevar adelante están la racionalización de las es­tructuras administrativas de las Unidades Em­presariales de Base (UEB), pertenecientes a la entidad. De seis UEB se dejaron cuatro en funcionamiento, lo cual favorece una mejor utilización de los recursos humanos y materiales.

POR DOS CAMINOS DISTINTOS

En entrevista con varios directivos vinculados a la fabricación y venta de materiales de la construcción en Artemisa, Granma conoció que el plan de producción de bloques de hormigón del año 2013 marchaba al cierre de mayo al 37 %; la piedra triturada para igual periodo cumplía su programa al 47 %. Otros insumos, como la are­na artificial, elementos de piso (baldosas y mo­saicos), prefabricados de terrazos y cemento de cola presentaban un cumplimiento de la producción no superior al 50 % del plan anual.

Con estos números y el reordenamiento en sus funciones laborales, la Empresa de Ma­teriales de la Construcción de Artemisa ha cumplido con sus valores mercantiles al 46 % y ninguno de los indicadores de eficiencia se ha deteriorado en lo que va de año.

Sin embargo, a la entrada del punto de venta de materiales de la construcción del municipio ca­becera, nos encontramos con Adela Estévez Díaz, quien refirió que cuesta trabajo encontrar en dicho establecimiento una presencia constante de algunos productos muy necesarios.

“El acero, los bloques y áridos no entran muy seguido, los necesito para ampliar la casa y es­tán en falta. Si llega un camión ahora mismo, enseguida la gente compra lo que trae. La de­manda es muy alta. Camina por el municipio y verás cuantas casas se están construyendo o reparando”, puntualizó.

En relación con algunas carencias presentadas con los surtidos, Alfredo Ramos, director provincial del MINCIN en el territorio artemiseño, subrayó que en el primer trimestre del año la provincia no recibió acero. Luego de varias reuniones con DIVEP, suministrador del producto, entre abril y mayo arribaron las 420 toneladas pactadas del plan para los primeros cinco meses de 2014. No obstante, por ser este un elemento muy demandado por la población hoy queda poca cantidad en las tiendas de materiales de la construcción de la nueva provincia.

Para Betancourt Santos, el hecho de que la empresa esté acometiendo su plan de producción física y surtidos no quiere decir que no existan dificultades que retrasen la producción.

“Nosotros no estamos ajenos a dificultades y limitaciones, principalmente, con los equipos de cantera. Los buldócer y camiones de volteo están faltos de piezas de repuesto. Son equipos muy explotados, casi todos de tecnología soviética”, sustentó el funcionario.

Justamente esta situación con los equipos le impone a la empresa hacer un uso más racional y eficiente de los recursos.

Granma pudo conocer que más del 60% del árido consumido por Artemisa proviene de la empresa Canteras Habana, ubicada en la capital del país, debido a que el territorio artemiseño no satisface su propia demanda, por solo explotar dos yacimientos ubicados en Bahía Honda y San Cristóbal, al estar el resto de las canteras del territorio bajo la dirección de Can­teras Habana.

Sin embargo, se ejecuta un proyecto realizado por el Instituto de Geología y Paleontología-Ser­vicio Geológico de Cuba (IGP-SGC) para verificar el potencial de rocas y minerales industriales re­queridos para el desarrollo local en dicha in­dustria.

Mientras, la producción de bloques de hormigón es el talón de Aquiles de la empresa, por la alta demanda que tiene el producto en el mercado, y la incapacidad de la industria para cumplir los pedidos reales.

La rotura en el mes de mayo de uno de los equipos para producir bloques, paralizó por 21 días la planta perteneciente a la UEB Tomás Álvarez Brito del municipio de Artemisa. La avería provocó que en ese lapso de tiempo se dejaran de producir 62 mil bloques, aproximadamente.

“Tuvimos que aplicar alternativas para sa­car la planta adelante, como hacerle innovaciones a las mismas piezas rotas. La tecnología de la fábrica es del año 2001, pero desde 2005 no entran piezas de repuesto porque la Em­presa Importadora del Ministerio de la Cons­trucción no pudo adquirir los contratos para comprarlas”, señaló Ramón Lago Rondón, direc­tor de la UEB Tomás Álvarez Brito.

UN PLAN Y UNA DEMANDA DISCORDANTES

Es un hecho, según afirmaron los directivos consultados por Granma, que los planes pactados por los organismos vinculados a la producción y venta de materiales de la construcción guardan todavía mucha distancia con la de­manda existente. Si bien es cierto que varias cifras reflejan un cumplimiento adecuado con los planes establecidos, la realidad en los puntos de venta es otra.

“Yo veo que el árido entra muy poco aquí. Lo mismo ocurre con elementos de acero, como los alambrones para encabillar, que escasean. Tie­nes el dinero, pero se pasa trabajo para conseguir los materiales”, comentó Rafael Gutiérrez Pérez, residente en Artemisa.

La misma persona agregó que el cumplimiento de los planes debe estar en correspondencia con los recursos disponibles en las tiendas de ma­teriales de la construcción. “Quien construye necesita te­ner los materiales, no llegar a un ‘rastro’ y virar con las manos vacías”.

Abordado sobre el tema, Rodolfo Betan­court Santos, resaltó que los planes ejecutados por la Empresa de Materiales de la Cons­trucción de Artemisa son diseñados acorde con lo que son capaces de producir a partir de la capacidad instalada en el territorio y el Ministerio de Eco­no­mía y Planificación valida estos planes.

“Existe una demanda tan alta en el mercado de materiales de la construcción por parte de la población que dar una cifra objetiva sería algo incierto. Casi todos los materiales que llegan a los establecimientos del MINCIN, se agotan muy rápido”, prosiguió.

Una de las razones de porqué existe una solicitud tan elevada de áridos en el mercado se debe, en parte, a que la provincia de Artemisa tiene al cierre de mayo, ocho mil 463 viviendas dañadas por afectaciones climatológicas, si se tienen en cuenta solamente los municipios de Candelaria, San Cristóbal y Bahía Honda.

En palabras de Ariel Gómez Cruz, director provincial de la Vivienda, dicha situación obliga a que el Consejo de la Administración Pro­vincial (CAP), potencie estos territorios con un mayor surtido de materiales constructivos. “La distribución no es equitativa, la misma se realiza por un análisis de las necesidades reales que tiene cada municipio, siempre priorizando los casos más urgentes”.

Al indagar sobre el comportamiento de las ventas en el territorio, Alfredo Ramos, director provincial del MINCIN confirmó que el plan de comercialización en las Tiendas de Ma­te­riales de la Construcción para el presente año es de 98 millones de pesos. Informó que hasta el cierre de mayo, de un plan de 42 millones de pesos, se habían vendido 54 millones.

Más allá de las cifras que se han alcanzado en las ventas y de las dificultades técnicas para que la producción alcance la demanda, los productores deben trabajar cada vez con ma­yor eficiencia y los comercializadores ser más ágiles en las gestiones y la distribución, para in­crementar los surtidos en los puntos, pues solo ello redundará en beneficio para la población y la economía.

A pesar de tropiezos e inconvenientes, la venta de materiales de la construcción ha mostrado, paulatinamente, signos de recuperación en la provincia, aunque se reconoce que aún es in­suficiente la oferta en relación con la demanda. De esta manera, los funcionarios del sector coinciden en que la clave del éxito estará en la capacidad que tengan los trabajadores para producir surtidos con una mayor calidad y que sa­tisfagan las necesidades de la población del te­rri­torio.

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