Conversamos en La Habana con Darío Machado Rodríguez, politólogo cubano, sobre temas de la actualidad política de Cuba, como la participación, el papel de los medios o el cambio de mentalidad que se reclama desde el Gobierno cubano.


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Darío Machado Rodríguez, politólogo cubano: “El socialismo en Cuba es un camino ignoto: ideal, experimentación y realidad”

Entrevista: José MANZANEDA / Transcripción: Leonardo A. MESA SUERO / Cubainformación.- Conversamos en La Habana sobre temas de la actualidad política de Cuba con el profesor Darío Machado Rodríguez, quien ahora preside la Cátedra de Periodismo de Investigación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.

En tus escritos recientes, remarcas la necesidad en Cuba de una renovación de la comunicación política: ¿a qué te refieres?

Me refiero a la necesidad de ir a tono con los tiempos, con los cambios que se han operado en el mundo y particularmente en la sociedad cubana. Si no estamos a tono con esos cambios, los contenidos, los estilos y los métodos de trabajo quedan rezagados y también la actividad política a favor de la construcción de una sociedad de orientación socialista. Es muy importante cobrar conciencia acerca de la necesidad, en primer lugar, de desaprender viejos hábitos, viejas formas de hacer política y, en segundo lugar, de adoptar códigos nuevos, particularmente aquellos que sean compatibles con las formas de hacer y pensar de las generaciones más jóvenes.

Y tiene que ver con la renovación del ideal socialista. El ideal socialista, como todo ideal, cambia, y es importante que logremos una reformulación integral de ese ideal, elemento muy importante en el proceso de conceptualización del modelo económico y social cubano.

Eres una persona activa en el debate sobre la prensa cubana y sus cambios necesarios. ¿La ausencia de transparencia y los temas tabú en dicha prensa tienen fecha de desaparición o es una batalla mucho más larga?

Es una batalla a mediano plazo, pero que hay que acelerarla para poder ganarla en favor de una prensa mucho más activa para el proceso revolucionario. Estamos en un momento en el cual la realidad cubana ha cambiado, y nuestra máxima dirección política nos está urgiendo a eliminar el secretismo, a conquistar toda la democracia posible. Pero los hábitos y las formas de hacer que todavía no hemos logrado superar están obstaculizando ese propósito.

No quiere decir que no se hayan logrado avances. Uno nota que en los medios de comunicación hay esfuerzos en ese sentido. Sin embargo, considero que la comunicación política debe reestructurarse sobre la integralidad, que no puede dejar ningún aspecto suelto. Me refiero principalmente a que haya una articulación eficiente entre la agenda de los medios, la agenda del público y la agenda política.

Los cambios y las transformaciones hay que llevarlos adelante con más velocidad en los medios de comunicación, en el Partido y en el Estado. Eso quiere decir que necesitamos, dentro de esa integralidad, en primer lugar, que se apruebe una regulación jurídica que permita un mejor trabajo a los medios, que sea respaldo para los periodistas. Porque, si en este momento, por ejemplo, un funcionario no entrega una información que tiene el deber de darle a la prensa, no hay disposición legal que le obligue a hacerlo.

El periodista, el comunicador, necesita ese respaldo. El funcionario necesita ese respaldo. Incluso, creo que el Partido lo necesita también para el trabajo de orientación política. Porque permite tener un basamento legal a la hora de exigir la eliminación del secretismo. No quiere decir que toda la información se dé. El Estado tiene el derecho a preservar determinadas informaciones sensibles, de interés nacional, de seguridad.

Insisto en esto porque hay información que hoy no fluye y que no se aporta a la prensa, sin existir una justificación real. Por otra parte, creo también que es muy importante que nuestra ciudadanía tenga más presencia en los medios nacionales, sobre todo en los tradicionales, la prensa, la radio y la televisión. Por supuesto, sin descuidar la atención a los medios digitales, porque es muy importante tener en cuenta la avalancha enorme de información que llega por ahí.

Abogas por una mayor participación y debate en la sociedad cubana, pero ¿existe suficiente espíritu de tolerancia para ello?

Avanza, pero todavía es insuficiente. Hace falta más porque el caudal intelectual, la cultura política y la cultura general integral que ha desarrollado la Revolución tienen una potencialidad que todavía no es suficientemente visible en nuestro mundo simbólico. Y tiene que hacerse visible. Es mayor en la prensa digital, pero cuando vamos a los medios tradicionales, ahí se observa la diferencia.

La Batalla de Ideas no se va a ganar en un día ni en dos, es un proceso permanente, entre otras cosas porque los medios de comunicación que nos atacan están ahí, son reales, y van a continuar, incluso aunque termine el bloqueo, nos devuelvan el territorio de la Base Naval de Guantánamo, y haya relaciones económicas y culturales fluidas. Porque la avidez del imperialismo norteamericano no va a desaparecer.

En los países con situaciones complejas en lo económico, generalmente, no se recurre al debate y a la participación de la población acerca de qué quiere cambiar en el modelo económico y social del país. Se recurre al “decretazo”. ¿Por qué en Cuba es diferente?

Porque hay confianza. Hay confianza del Partido, del Estado y del Gobierno revolucionario en la población, y hay confianza de la población en el Partido, el Estado y el Gobierno revolucionario. Eso hace que esa tradición se mantenga; porque realmente es una tradición.

“Un camino ignoto” es el título de tu último libro. ¿Nos lo presentas?

Es una selección de ensayos que escribí entre 2010 y 2015, sobre el proceso de transformaciones que vivimos. El título recoge una expresión de Raúl Castro, cuando dijo que este proceso de construcción socialista es un camino ignoto. El socialismo en Cuba es realidad, es ideal y es experimentación. Todo simultáneamente. Todavía, no tenemos un modelo acabado ni mucho menos para decir que el socialismo en Cuba es irreversible. Todavía no hemos alcanzado la eficiencia económica que necesitamos. Todavía es ideal la educación laboral. Es ideal el “hombre nuevo”, porque, aunque hay rasgos del hombre nuevo y podemos decir que hay mujeres y hombres nuevos en la sociedad cubana, conseguir eso de manera ampliada es un proceso largo en el tiempo. Toda esa experimentación, sin embargo, tiene que basarse en principios fundamentales, porque la construcción del socialismo tiene que ser un proceso que en cada paso deje detrás algo del capitalismo.

Es una lucha que, en este momento, es mucho más compleja porque nosotros mismos estamos desarrollando, incrementando, las relaciones mercantiles y la propiedad privada, que es la base sobre la cual se puede recomponer –diría que está intentando recomponerse– la vieja ideología liberal dependiente derrotada por la Revolución. Hay que tener esos elementos en cuenta, esos que forman parte de ese debate que desarrollamos.

 

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Machado afirma rotundamente que “no podemos decir que el socialismo en Cuba sea irreversible”, mientras aspectos como la eficiencia económica, el sentido de pertenencia de los trabajadores o la cultura del trabajo en el modelo socialista sigan siendo asignaturas pendientes.

Aboga por mayores cauces de participación popular y por cambios más acelerados en el sistema de medios de comunicación de la Isla, para hacer desaparecer el secretismo y los temas tabú. Aunque –aclara- “la psicología de plaza sitiada que hemos tenido tuvo su explicación y no fue cosa solo de dirigentes, fue compartida por la propia población”.

Subraya que el “socialismo es experimentación”, que son necesarias nuevas fórmulas y estilos políticos, más acordes a los tiempos y a las aspiraciones de sectores como la juventud. “Pero –matiza- la ideología y la ética socialistas deben estar siempre presentes”, para que, en cada paso dado, en cada experimentación, “la construcción del socialismo deje atrás un fragmento del capitalismo”.

Algo que es especialmente complejo en estos tiempos, cuando en Cuba se han rescatado elementos de mercado que hacen “resurgir incluso ciertas viajas ideas liberales en la sociedad, derrotadas en su día por la ideología de la Revolución”.

“La Batalla de Ideas no se va a ganar en unos días”, sentencia. Y nos dice que, a pesar de la cultura política y ética de la sociedad cubana, y de que “existen en el país mujeres y hombres nuevos” –como decía el Che- “la construcción del hombre nuevo es un proceso muy complejo y muy dilatado en el tiempo”.

Darío Machado también nos presenta su último libro publicado, “Un camino ignoto”.

Darío Machado es Licenciado en Ciencias Políticas y Doctor en Ciencias Filosóficas. Preside la Cátedra de Periodismo de Investigación y es vicepresidente de la cátedra de Comunicación y Sociedad del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.

Nota: esta entrevista fue realizada en el mes de noviembre, antes del fallecimiento del Comandante Fidel Castro.

Equipo de producción de Cubainformación TV (video y fotografías): Patricia Moncada, Karoly Emerson, Emerio Rodríguez, José Manzaneda. Colaboración especial: ICAP. Edición: Javier Matabuena.

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