Cuba en Resumen.- El viceministro de Cultura de Cuba Fernando Rojas ofreció una conferencia de prensa en la que reafirmó: "Seguiremos dialogando como es práctica en la historia de la Revolución, pero no con los que quieren agredirla".


Vamos a continuar trabajando con los artistas que no han comprometido su obra con los enemigos de la Revolución

Sheyla Delgado Guerra Di Silvestrelli - Cubadebate

Vamos a continuar trabajando con todos los artistas, de todas las generaciones, que no han comprometido su obra con los enemigos de la Revolución Cubana, subrayó en la tarde de este viernes el viceministro de Cultura Fernando Rojas ante la prensa.

Lo hizo al referirse a la Declaración del Ministerio de Cultura (Mincult) publicada hoy y a la ruptura del diálogo por quienes solicitaron iniciar este proceso el viernes 27 de noviembre frente a la sede del organismo que representa.

En el intercambio, Fernando Rojas ponderó la tradición dialogante que ha mantenido la Revolución en su historia, siempre desde el respeto a la soberanía e independencia cubanas.

Según destacó, las exigencias realizadas por el grupo de personas que solicitó ese encuentro, se realizaron casi como un ultimátum absurdo y bajo fuerte presión al Mincult.

Luego de la primera reunión se acordó tener un segundo momento de diálogo con la participación del titular del organismo en cuestión.

Como hemos señalado en nuestra declaración -dijo-, “Rompen el diálogo quienes pidieron el diálogo”. Conforme explicó, ello es “la consecuencia de un mensaje” que le enviara una parte de las personas con las que se reunieron el viernes 27  en el Ministerio de Cultura. Y como “se trataba de un texto inaceptable”, en respuesta fue emitida esa declaración en la mañana de hoy.

Significó que el ministerio estaba desde hace varios días a la espera de la propuesta anunciada. Desde la víspera comenzaron a recibir, con marcada insistencia, la solicitud de contestación.

La declaración del Ministerio de Cultura explica nítidamente “por qué, a pesar de la espontaneidad de la llegada de un grupo importante de personas acá, nosotros tomamos la decisión -en una circunstancia que no es la habitual, como expliqué en la Televisión Cubana- de abrir las puertas del ministerio. Y esa razón es nuestro respeto a las inquietudes y demandas de los jóvenes vinculados al arte”, destacó Rojas.

Había, entre las personas que se congregaron en las afueras del ministerio, “un grupo de jóvenes escritores y artistas que merecían ser escuchados”.

Comentó que esos jóvenes habían acudido allí a partir, sobre todo, de la convocatoria en redes sociales de grupos de personas cuyo interés no era, en modo alguno, discutir las cuestiones medulares que han tratado sistemáticamente con los jóvenes creadores.

La conversación efectuada con unas 30 personas, por espacio de aproximadamente cuatro horas, desembocó en el acuerdo de una nueva reunión presidida por el titular del Mincult, Alpidio Alonso.

Apareció así una relación de 30 personas donde figuraban, como dice la declaración aludida, algunos “que se han autoexcluido hace mucho tiempo por sus agresiones a los símbolos patrios, delitos comunes y ataques frontales a la dirección de la Revolución Cubana, bajo el disfraz del arte, los que instrumentaron esta maniobra acaban de romper toda posibilidad de diálogo”.

En la opinión del viceministro, lo anterior parece ser “un intento por instrumentalizar a la masa de jóvenes escritores y artistas que estaban afuera, con otro tipo de exigencias y otro tipo de actitud. Por lo tanto, consideramos que este es uno de los motivos principales para que no pueda tener lugar un diálogo en esas condiciones. Y, por demás, hay un grupo de exigencias que no pueden aceptarse”.

Recordó que el texto del mensaje hace alusión a que no se puede negociar la lista de participantes, como se había convenido el día 27. “Hay un irrespeto elemental al cumplimiento de ese acuerdo”.

Dicho mensaje -prosiguió ante la prensa-  menciona que el Mincult debía reconocer públicamente que la nueva reunión sería posible gracias a las exigencias realizadas a esos efectos. “Lo cual es una consideración que solo merece el nombre de ultimátum absurdo e inaceptable. Y menciona algunos absurdos más”. Citó la demanda de reunirse con la máxima dirección del país, así como la autorización a que participara la llamada prensa independiente.

Acotó que “prensa independiente se le llama a algunos medios, varios de los cuales estuvieron presentes el 27 de noviembre y con los que intercambié algunas críticas y observaciones en el transcurso de la reunión, que solo participaron por las circunstancias particulares de ese día (...); medios que reciben financiamiento de agencias federales estadounidenses para atacar a este país y a su Gobierno. Esa exigencia nosotros tampoco la vamos a aceptar”.

Tales posturas pagadas desde Estados Unidos buscan cimentar un ambiente hostil desde la administración saliente, de cara a afectar un posible acercamiento del nuevo presidente electo de ese país cuando asuma oficialmente el poder.

No vamos a darle legitimidad -insistió- a quienes con ese apoyo desde Washington pretenden dañar a Cuba y su tranquilidad.

La declaratoria deja muy claro que: “El Ministro de Cultura no se reunirá con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios. Tampoco lo hará con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses”.

Lo esencial -sentenció- es comprometerse con la soberanía y la independencia de Cuba, así como con su proyecto de justicia social. Cualquier diálogo debe darse siempre en el marco de la Constitución que hemos aprobado en Cuba por mayoría.

En respuesta a Cubadebate, Fernando Rojas observó: “Nosotros estamos trabajando con muestras representativas de los escritores y artistas cubanos. Tienen que desarrollarse los espacios de discusión de la manera más profesional y seria para discutir los temas que interesan. En los formatos más diversos posibles, vamos a seguir -como siempre hemos hecho- discutiendo los temas de los jóvenes. Les hemos pedido a la UNEAC y a la AHS más propuestas, más exigencias. Trabajar en un ambiente en el que ellos nos puedan criticar todo el tiempo. Nos interesa mucho que sea así y desarrollar, por supuesto, todas esas discusiones”.

“Algo que es coyuntural pero muy importante -continuó explicitando a Cubadebate-: nos interesaría discutir con la mayoría de los que permanecieron en las afueras del ministerio. Eso es muy importante para nosotros. Esas personas que confiaron en nosotros -nos lo dijeron- que venían con un grupo de inquietudes, que tienen interés en discutir cuestiones como las que ya mencioné, van a recibir la atención que merecen y van a ser invitadas a un grupo de reuniones, de la manera en que les dije: buscando siempre el tipo de escenario que sea más eficiente para un análisis serio y profesional”.

Más adelante aseveró a los periodistas acreditados en la nación: “Desmentimos todos los presupuestos contenidos en ese mensaje que recibí, y dejamos claro que nos seguiremos reuniendo -como hemos hecho siempre- con los artistas y escritores cubanos, y en particular con los artistas y escritores cubanos jóvenes”.

Asimismo, advirtió: “Una lectura adecuada de la declaración debe conducir a entender que nosotros nos hemos reunido con los artistas, nos estamos reuniendo con los artistas y nos seguiremos reuniendo con los artistas. En modo alguno puede interpretarse esto como una negación a nuestra obligación absoluta con los escritores y artistas cubanos, en particular con los jóvenes”.

De hecho, anunció que próximamente se comunicará sobre un nuevo ciclo de estos encuentros. Se trata de espacios de diálogo habituales para darle continuidad y tomarle el pulso a la evaluación de los acuerdos del Congreso de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), algo que se realiza con sistematicidad desde el cónclave ocurrido en 2018 y donde participa una veintena de asociados cada mes. Algo similar sucede con la UNEAC, en aras de darle seguimiento al Congreso efectuado en 2019.

Puntualizó algunos mensajes clave contenidos en la publicación oficial de la mañana: “Seguiremos este diálogo, que la inmensa mayoría de los jóvenes escritores y artistas participan de él, y que esa es una práctica histórica de las instituciones culturales de la Revolución”.

“Solo renunciaremos a los que sean incorregiblemente reaccionarios”, precisó al traer a colación la frase de Fidel en ocasión de su discurso Palabras a los intelectuales, que en 2021 cumplirá seis décadas.

Rememorando la declaración, añadió: “El Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha reiterado que no somos un Gobierno en la clandestinidad. Somos una Revolución en el poder, que tiene entre sus fuerzas más formidables a la cultura, una cultura soberana, independiente y antimperialista desde la raíz”.

Por otra parte, se refirió al sentir de artistas y escritores que han hecho público su respaldo mayoritario al ministerio ante las provocaciones realizadas. Y repasó las disímiles muestras de apoyo: de la UNEAC, la AHS, centenares de expresiones de artistas y escritores cubanos por distintas vías -escritos, audios, videos, directas- y los planteamientos de la Unión de Periodistas de Cuba, “expresando abiertamente que apoyan esta declaración”.

Y recalcó que las provocaciones y la manera en que las instituciones culturales la están encarando, transcurren en medio del proceso de recuperación en la geografía nacional frente a la COVID-19 y del restablecimiento de la vida cultural en la capital.

 

Notas sobre un diálogo... ¿fallido por quién?

Yunier Javier Sifonte Díaz

Apenas el Ministerio de Cultura anunció que no estaba dispuesto a dialogar bajo presiones o chantajes de un pequeño grupo y toda la maquinaria mediática de la “prensa independiente” comenzó un ejercicio que conocen hasta el cansancio. Pero en esto, como en tantas cosas por estos días, hay que pasar de los titulares de show para ir a las esencias.

  • El correo recibido por el MINCULT con las "condiciones" para realizar el encuentro pactado, y la posterior declaración del movimiento, son insolente porque hablan desde una posición de superioridad dañina para todos, fundamentalmente para quienes sí tienen reclamos justos y quieren dialogar. También lo es porque desconocen la historia de un país que no cede ante condicionamientos de cualquier clase.
  • Quienes exigen desde esa postura no pueden erigirse como la voz de todos, porque obvian a otras decenas de artistas cubanos -muchos con una sólida obra que mostrar- que no comparten algunos o todos sus postulados.
  • Al pretender incluir en el debate a instituciones fuera del ámbito cultural, como los Ministerios del Interior y de Justicia, automáticamente queda reducida aun más esa supuesta representatividad. El 27N no es mi voz, ni tampoco la de miles de cubanos, seamos artistas o no.
  • De hecho, más que un grupo, estamos frente a una construcción heterogénea de intereses y reclamos. Algunos justos y necesarios, otros con un origen en la mentira y el oportunismo. Y con esos últimos es con quien no existe opción de conversar. Mostrar ahora al Gobierno como responsable del cierre de ese camino con todos es otra manipulación.
  • Si existe una real voluntad de encauzar las ideas, ¿por qué exigir la inclusión de personas que no han mostrado respeto por los símbolos del país o sus instituciones? O peor todavía, que mantienen vínculos o apoyan actividades terroristas. ¿Por qué pretender que Cuba legitime el delito y la indecencia? Por ahí, ¿a qué camino se llega?
  • La Revolución no tiene por qué sentarse de igual a igual con quien recibe orientaciones y dinero de una nación extranjera; tampoco con quienes apoyan la desestabilización y el desgobierno en contra de la mayoría. La Patria, la dignidad, el decoro y la ética no son negociables.
  • En Cuba no existen desaparecidos ni procesos penales arbitrarios o fuera de la ley. Exigir "garantías y protección" para quienes participen en el diálogo es sembrar de forma implícita una idea que no forma parte del actuar del Gobierno.
  • La participación de los miembros elegidos por el 27N sí debería ser negociable, en primer lugar por ellos mismos. Darse representantes capaces de sostener su verdad con el Sol en la frente sería una excelente muestra de decoro y legitimidad.
  • Ya el Presidente cubano dialogó con los jóvenes durante la tángana de El Trillo, un espacio público y abierto. Allí también cantó algunos versos claves para entender el presente: “Vivo en un país libre / cual solamente puede ser libre / en esta tierra, en este instante”.
  • También conversa a menudo con la juventud durante sus recorridos por las provincias, muchísimas veces en las calles. Exigir su presencia como condición para conversar ahora rebasa los marcos de los intereses de un pequeño grupo. No obstante, un mejor encuentro sería ese donde verdaderamente esté representado el resto de la sociedad civil, con todos sus matices y sin injerencias. Nuevamente, ni el 27N ni MSI son Cuba y su gente.
  • ¿Cuándo los medios de la "prensa independiente" nos han dado posibilidad de réplica a quienes pensamos distinto? O peor aun, a quienes llevamos argumentos para desmentir algunas de sus publicaciones. ¿Ellos escuchan ese otro disenso?
  • ¿Por qué esos mismos medios presentan al MSI asociados a una construcción romántica de ideas como la libertad, la creación artística y la lucha contra el “totalitarismo”? ¿Qué pretenden con esa estrategia? La búsqueda de empatías, ¿hacia quién se dirige y por qué?
  • Los jóvenes reunidos el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura fueron quienes ejercieron su derecho y pidieron dialogar. Es un reclamo que debe ser respetado. Que ahora un grupo de personas condicione el debate a exigencias mayormente irrealizables y fuera de lugar, no solo es una burla a la legitimidad de quienes solicitaron explicaciones, sino que también significa una posición de fuerza que no llega a ningún sitio.
  • Finalmente, ¿hasta qué punto son "inocentes" ese grupo de reclamos que a todas luces buscan la confrontación? ¿Realmente no esperaban sus redactores la dignidad cubana, puesta a prueba y demostrada siempre? ¿Será acaso un paso más en toda esta campaña? Ahora qué viene, ¿llamados a nuevas protestas, con sus dosis de otras exigencias? ¿Cuándo se incorporará al show el pedido de "elecciones libres?

Nuevamente, bienvenido el diálogo inteligente y responsable, con la ética a flor de piel y la verdad en el centro. A ese es al que está abierto un país, con todos. Pero aquí el encuentro oportunista, dado al irrespeto y a la imposición, jamás ha encontrado prosperidad. Hace mucho tiempo Cuba sabe separar la paja del grano, y conoce también cómo lidiar con lobos con piel de cordero.

 

Cuba abre puertas al diálogo, pero sin condicionamientos

Cuba en Resumen

El Ministerio de Cultura de Cuba dio a conocer este viernes una declaración en la que reafirma su disposición al diálogo con los artistas e intelectuales, pero sin condicionamientos y con aquellos que no hayan comprometido su obra con “los enemigos de la nación cubana”.

El texto alude a los sucesos del pasado 27 de noviembre, cuando un grupo de creadores, fundamentalmente jóvenes, se congregaron frente al Ministerio de Cultura con reclamos diversos.

Tales hechos han sido presentados con distintos matices en la prensa internacional, pero tratando de resaltar vínculos con el denominado Movimiento de San Isidro y la exigencia de la libertad para Denis Solís, condenado a ocho meses de privación de libertad por desacato a las autoridades; algo de lo que se han desmarcado en redes sociales varios de los participantes en el Ministerio de Cultura.

En aquel momento, “por respeto a las inquietudes y demandas de los jóvenes vinculados al arte”, el viceministro Fernando Rojas y representantes de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y la Asociación Hermanos Saíz, sostuvieron un intercambio con representantes del grupo.

Entonces se acordó un nuevo encuentro, sin embargo, este jueves algunas personas, erigidas en voceras de los demás, enviaron un correo a la sede institucional en el que se demandan condiciones para el diálogo.

“Al pretender incluir entre los participantes a personas que se han autoexcluido hace mucho tiempo por sus agresiones a los símbolos patrios, delitos comunes y ataques frontales a la dirección de la Revolución Cubana, bajo el disfraz del arte, los que instrumentaron esta maniobra acaban de romper toda posibilidad de diálogo”, refiere la declaración.

Añade que el Ministerio no se reunirá con “personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios”. Tampoco con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses.

El correo, que también fue divulgado por el Ministerio, demanda entre otras cosas la participación innegociable en el encuentro de Luis Manuel Otero, uno de los protagonistas de la “farsa de San Isidro” y quien mantiene una conducta antisocial, con incidentes de desorden público y acciones de ultraje a la bandera cubana presentadas como «performance” artísticos.

También exige la presencia del presidente Miguel Díaz-Canel, el ministro de Justicia y altos directivos del Ministerio del Interior.

“Con los mercenarios, no nos entendemos”, concluye el texto del Ministerio de Cultura, que ha sido respaldado por el gremio periodístico en la isla, cuya organización, la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), publicó un material en el que asegura la disposición al diálogo, pero sin chantajes.

La UPEC denuncia que “la farsa de San Isidro marca el inicio de una etapa de “fase aguda” de la batalla comunicacional contra Cuba”, aplicada a partir de los manuales de Operaciones Psicológicas de las agencias militares y de inteligencia de Estados Unidos, que se despliegan primero en el contexto digital, para luego pasar a la calle.

Este guion, puesto en práctica en otras naciones, pretende generar los pretextos para activar más sanciones e incluso justificar “aventuras bélicas”, apunta la declaración.

Señala que “desde medios privados digitales y desde laboratorios de intoxicación de la ultraderecha de la Florida”, culpan al gobierno cubano de incitar a la guerra civil y hasta exigen una intervención militar de fuerzas internacionales con Washington a la cabeza; una táctica de guerra sicológica que “pudiera escalar en las próximas horas”.

“Como periodistas y comunicadores de un país que ha sido víctima del terrorismo en todos los órdenes, literal y mediáticamente hablando, denunciamos la manipulación y el oportunismo político para encubrir una operación de guerra de cuarta generación extremadamente peligrosa”, enfatiza el material.

La Uneac, por su parte, refrendó la historia de vínculos de la organización con los creadores, desde su fundación en 1961.

Respetamos y alentamos el componente crítico del arte y su capacidad para revelar tanto las zonas luminosas como los conflictos y problemas del individuo y la sociedad, sostiene el pronunciamiento de la organización; pero añade que no pueden comulgar con el chantaje y la simulación de quienes “empequeñecen y falsean el ejercicio artístico y lo toman como pretexto para denigrar la obra cultural” de la Revolución cubana.

“Favorecemos el diálogo fecundo con creadores de todas las generaciones y tendencias estéticas”, precisa el texto, que recuerda que esta es una práctica de la organización, ratificada durante el proceso de su IX Congreso.

Cuba
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