Giusette León García - CubaSí.- ¿Que no son todos? Por supuesto que no. ¿Qué no son la mayoría? Habría que consultar cifras, investigaciones... sin embargo, este texto no va de eso. No es una encuesta de rigor científico para sustentar generalización alguna. Más bien, tiene la intención de escuchar a una parte de los jóvenes cubanos que han escogido hacer vida y carrera en Cuba y tiene, cada uno, sus propias razones.


Para ejemplo, un botón, cuatro en este caso. En común tienen, además de su decisión de permanecer en la isla donde nacieron, que no rebasa ninguno los 35 años.

Angie: «Permanecer en Cuba, vivir en ella y para ella»

Angie Roca Pedré es una madre muy joven, cristiana, que canta precioso y estudia tercer año de Comunicación Social: 

«Mi deseo es permanecer en Cuba, vivir en ella y para ella y morir sabiendo que esta tierra es la que tapará mis ojos.

«Decía Martí que no hay suelo más firme que aquel en el que se nació; atesoro fielmente esa frase en mi corazón.

«Si alguna vez salgo de mi país, sería por estar unida a mi familia. Mi esposo no es cubano, pero aun así, sería solo por un tiempo; estoy segura de que no aguantaría vivir lejos de mi bandera por más de cinco años».

Alex Alday: «Me siento exitoso»

Lo conocí rapeando en el tema Tambores por la paz, de Raúl Torres, pero Alex Alday Pérez, además, compone y canta hermosas canciones.

«El "vivir mejor" no ha de significar andar lleno de lujos y prendas, como tanto lo anuncia y promueve el consumismo. Vivir mejor es, sin duda alguna, algo que lograrás según el enfoque que le des a tu perspectiva personal y cómo organices tus prioridades; eso se puede hacer y lograr en cualquier sitio. Yo vivo en Cuba desde que nací, aquí me hice profesional. Cada sueño o aspiración personal que he tenido, te puedo decir con certeza que los he logrado y me siento exitoso por eso».

Ariel: «Mi vida es la pelota y estoy en lo mejor donde se puede estar en Cuba»

El receptor regular (y estelar) de los Cocodrilos de Matanzas, y también contratado en la liga profesional japonesa, por lo que Ariel Martínez pasa bastante tiempo fuera de Cuba en los últimos años, sin embargo, no renuncia a representar las cuatro letras, ni siquiera a integrar la selección provincial; de hecho, lo vimos permanecer con los campeones nacionales, aun lesionado, hasta que el esperado título se hizo realidad:
 
«Sinceramente, desde chico yo nunca he tenido ese deseo de irme, como algunos a mi alrededor. No sé si es por mi familia o por mis propios sentimientos. Desde bien chico, la gente con esa frase y ese deseo y yo me preguntaba: ¿por qué yo no lo tengo, por qué quiero y amo tanto a mi tierra? Fui creciendo y, a pesar de muchas dificultades y sacrificios, todo en mi vida iba bastante bien, en la escuela y en la pelota, que es a lo que me dedico y en lo que gasto más tiempo. Por la misma pelota viajé y conocí lo que era estar fuera de Cuba, todo lo bueno de esos países y, aun así, tampoco me entró ese deseo de irme.

«A día de hoy, mi vida es la pelota y estoy en lo mejor donde se puede estar en Cuba: llegué a la Serie Nacional, y estoy contratado en Japón. Todo, cada paso, cada escalón fue subiendo uno tras otro con mucho trabajo y sacrificio, pero fueron sucediéndose. Sinceramente, y repito, sinceramente, si todo eso no se hubiera concretado, no sé si ya fuera otro joven más con ese deseo de “quiero irme de Cuba”, eso no lo puede saber nadie...»

Heydy: «Quiero construir un país mejor»

Heydy Montes de Oca es de mi tierra, Matanzas; sin embargo, nos vimos por primera vez en Bayamo. Es estudiante de Periodismo y, al mismo tiempo, trabaja en la Empresa Provincial de la Música: 

«Yo no me voy porque no voy a traicionar a mi abuelo, que luchó en la Sierra; porque yo quiero un país mejor para nosotros y quiero estar en la construcción de ese país mejor. En Cuba están ocurriendo cambios buenos. Yo, como trabajadora de la Empresa de la Música en Matanzas, pasé de ganar 340 a 3 400 pesos, que no es mucho dinero, pero es un cambio significativo. Con mi primer salario me compré una cámara fotográfica, que la quiero desde antes de empezar a estudiar Periodismo, y mi mamá sola, con un salario de enfermera, no me la podía comprar. A lo mejor puede parecer algo insignificante, pero para mí tiene un valor porque se está viendo el fruto de mi trabajo. 

«Me quedo en Cuba porque estoy orgullosa de mi historia y de mi generación. Estoy orgullosa de mis compañeros, que fueron a centros de aislamiento a cumplir con lo que nos toca como generación (y además, los envidio por haber ido). Me quedo porque estoy orgullosa de los muchachos que conocí en el Trillo, muchachos que ya son líderes que expresan las ideas que tenemos todos, el país que queremos todos; esos muchachos no tienen miedo a pararse en cualquier lugar y decirse fidelistas, martianos, comunistas, a pesar del ataque que viene después, ataques de los que también fui víctima —gente que una no conoce y que escribe para ofenderte (¿para qué contar?)—. Me quedo por eso. Porque quiero construir un país mejor y, como dice Silvio: ya se dijo que es más grande que el más grande de nosotros, y ya se dijo que se hace para otros».

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