Mesa Redonda.- La Mesa Redonda retoma este lunes la serie testimonial Historia de vida, esta vez con la Dra. Belinda Sánchez Ramírez, directora de Inmunología e Inmunoterapia del CIM y una de los científicos que el pasado año recibieron el título de Héroes del Trabajo la República de Cuba por su extraordinaria contribución a salvarnos de la extendida pandemia.


Belinda, una heroína de la ciencia cubana

Arleen Rodríguez Derivet

Cubadebate

El 15 de enero, Día de la Ciencia en Cuba, invitamos a contar su historia de vida en la Mesa Redonda a Belinda Sánchez Ramírez, una de los diez eminentes científicos, involucrados en las investigaciones que le permitieron al país dar una respuesta soberana a la pandemia de COVID-19 y que por esa razón, en 2021 recibieron el honroso título de héroes del Trabajo de la República. 

El prólogo al diálogo fue un corto tomado de la página web de la Presidencia, donde se recoge la emotiva presentación que le hizo a nuestra invitada el Presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez, durante un acto de solidaridad con Cuba, celebrado en Bélgica, en el contexto de la más reciente Cumbre Unión Europea-América Latina. Por ahí comenzó nuestra entrevista.

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Arleen Rodríguez Derivet (ARD): “Aquí están los héroes de Cuba”, dijo el presidente. Bienvenida, doctora Belinda Sánchez Ramírez, directora de un área compleja del Centro de Inmunología Molecular (CIM), uno de los que tienen que ver con el desarrollo de la ciencia en nuestro país y tienen que ver también con el tema de las vacunas…

De repente, esta muchacha que yo veía en Mesa Redonda hablando de la vacuna, pero casi siempre estaba metida en un laboratorio trabajando, pasa al top de los científicos cubanos: Heroína del Trabajo. ¿Cómo estás llevando ese título? ¿Cómo llevas la fama? Allí (en Bruselas) mucha gente lloró junto contigo y con el presidente hablando de quienes nos salvaron… 

Dra. Belinda Sánchez Ramírez (BSR): Gracias por la invitación para representar a todos mis colegas en el Día de la Ciencia. Y muchas felicidades para ellos. Nada, todo se lleva con la misma sencillez que hemos vivido toda la vida, yo creo que es más una responsabilidad. Al recibir la orden de Héroe del Trabajo estábamos representando a mucha gente, porque no se obtiene un resultado científico sin la participación de muchas personas.

Son tantas las manos, cientos de manos, las que tocan la ciencia desde que nace una idea, una estrategia científica, hasta que se pone la vacuna en un bulbo, que por eso digo que recibimos una orden representativa y es lo que sentimos: la responsabilidad de representar a todos nuestros compañeros. 

ARD: Y en este caso del Centro de Inmunología Molecular. Explica un poquito lo que eres tú en el Centro de Inmunología Molecular. 

BSR: Bueno yo en el Centro de Inmunología Molecular dirijo la Dirección de Inmunología e Inmunoterapia. Nuestro centro está orientado fundamentalmente a la investigación en cáncer y otras enfermedades crónicas no transmisibles, pero fundamentalmente cáncer. Entonces tenemos dentro de la vicedirección de investigación una dirección clínica, una dirección dedicada al desarrollo de los procesos y una dirección de investigación básica que es la nuestra. Ahí tenemos departamentos, grupos de trabajo, muchos proyectos y bueno esa es la el área que yo dirijo. 

ARD: Cuando le otorgan a  Belinda Sánchez Ramírez el título de heroína (a mí me gusta decir heroína para marcar el género) del trabajo de la República de Cuba, como has dicho, están premiando al CIM y al área que tú diriges ¿Cómo sientes tú ese reconocimiento? 

BSR: Estaban premiando al CIM y a otros centros. En realidad fuimos tres compañeros del CIM los que recibimos la orden en aquel momento, tres compañeros del CIGB, tres compañeros del Finlay, todos representando a esas instituciones, porque yo en realidad aunque dirigí el área de investigaciones también ahí jugué un poco el papel de gerenciar el proceso de Soberana dentro del Centro de Inmunología Molecular.

Desde el día número uno tuvimos que plantearnos una manera diferente de hacer la ciencia por la velocidad que este proceso requería. Tuvimos que romper todas las barreras y las maneras de hacer. Desde el día uno, nos unimos los científicos con los investigadores de la calidad, con los productores, con los desarrolladores e hicimos un único equipo, así que cuando recibo ese reconocimiento lo hago en nombre de todos y no solo de los investigadores que trabajan conmigo en laboratorio.

ARD: Pero ustedes no son productores de vacunas y de repente aparecen como parte de los equipos de producción de las vacunas…

BSR: A ver, el Centro de Inmunología Molecular tiene experiencia en la generación de vacunas terapéuticas, lo que pasa es que generalmente la gente asocia la vacuna con las que recibimos cuando niños, que son vacunas preventivas, para no adquirir una infección. Pero las vacunas que se utilizan para el tratamiento de pacientes de cáncer son vacunas también, porque vacuna es todo aquello que se utiliza para activar el sistema inmune. Es decir, despertar el sistema inmune para que desarrolle una respuesta contra algo.

Entonces el CIM sí tiene experiencia en el trabajo con vacunas. Tenemos una vacuna registrada para el tratamiento del cáncer de pulmón de células más pequeñas, desde hace veinte años. Y eso lleva mucha experiencia, no solo en el manejo para hacer una vacuna sino de estudio de la inmunología, la biología molecular; pero sobre todo el CIM se une a esta voluntad de hacer las vacunas cubanas porque en el centro -y esa es una característica que nos distingue de otras instituciones- aplicamos la fermentación de células de mamíferos.

Es decir, con la biología molecular montada sobre células de mamífero a gran escala, nosotros producimos proteínas para hacer vacunas recombinantes pero también anticuerpos monoclonales y eso nos sirvió para la producción del antígeno de la vacuna soberana, tal y como se lo había propuesto el Instituto Finlay de vacunas,  a partir de células de mamífero y es ahí que nos unimos e hicimos equipo…

ARD:  Podría decirse que se unieron como lo soñó el creador del polo científico. Fue un momento lindo ese, pero conversábamos antes de venir para el programa y me decías con tristeza que hay una vacuna que quedó en el camino aunque fue la primera y el primer nombre de Soberana…

BSR: Soberana 01. 

ARD: ¿Y por qué la quieres tanto si no llegó a ser vacuna?

BSR: Porque fue la primera y porque confiamos mucho en esa formulación vacunal. Fue la que más rápido salió porque lleva un adyuvante que es la base de la vacuna de la meningo, con la que se vacunan nuestros niños al nacer, una vacuna potente, muy buena, pero no llegó a ser vacuna, la vida nos jugó ahí una mala pasada. 

Realmente se dice que el proceso para obtener una vacuna es como promedio de diez años, desde que sale la idea hasta que se convierte en una producción de vacuna y se hacen los ensayos clínicos.

Entonces hacer esto en tiempo récord llevaba pasar por encima de muchos pasos de optimización, de esquemas y nosotros fuimos a la clínica con Soberana 01. Bueno, esa fue la que se presentó en la primera Mesa Redonda que llamamos de la esperanza y fue la primera que llegó a ensayo clínico, pero usamos ahí una dosis baja ¿Por qué?

Porque la experiencia en el mundo hasta ese momento, no nos daba para arriesgarnos a más y bueno empezamos con esa dosis, pero cuando tuvimos los resultados, si bien dieron como lo habíamos previsto y más de la mitad de las personas vacunadas levantaron anticuerpos, no estábamos conformes. Recuerdo el día que nos reunimos en el Finlay y el profe Vicente dijo: bueno esto no está dando lo que nosotros queremos. 

ARD: Vicente Vérez…

BSR: El profesor Vicente Vérez, con el que nunca había trabajado antes de la COVID y hoy es como un padre, un amigo, una gente muy querida. Recuerdo que entonces nos sentamos y  con mucha honestidad, con la transparencia que hay que trabajar en ciencia, se dijo: esto no está dando lo que queremos, hay que retomar el camino, acelerar Soberana 02, y subir la dosis a Soberana 01. 

Por eso, Soberana 02 llegó primero a la clínica y  empezó su ensayo clínico antes de poder retomar Soberana 01. Luego llegaron Abdala, la propia Soberana Plus y bueno Soberana 01 fue quedando un poco atrás hasta que se hizo un ensayo muy lindo en Cienfuegos. Yo creo que los resultados fueron muy buenos, pero al final no cerró el proceso.

ARD:  De todas maneras, hay algo que ustedes han dicho siempre: fue corto el camino, por la prisa que impuso la pandemia, pero ustedes tenían un camino avanzadísimo.

BSR: Sí.

ARD: En todo el polo científico por las experiencias anteriores, no empezaron de cero.

BSR: No era posible. Un país que no tuviera montadas sus plataformas y su tecnología y su experiencia y no tuviera formado su capital humano, no hubiera podido hacer esto. Fidel lo tenía muy claro. 

Cuba, desde que triunfó la Revolución, se propuso ser Soberana en Salud Pública. Y la Salud Pública tenía que venir acompaña de Ciencia también por los medicamentos, porque, como país bloqueado desde los primeros años de la Revolución no hubiéramos podido hacer mucho en salud si no hubiéramos tenido un acompañamiento de la ciencia. Y estos centros nacieron hace muchos años, el Finlay tiene treinta años de haber hecho vacunas para niños. El Centro de Inmunología Molecular nació en el año 1994.

ARD: ¿Esta foto es de esa época? 

BSR: Sí. Esa foto es del día que se fundó el Centro de Inmunología Molecular, que Fidel dio un recorrido por los laboratorios y bueno tuve el honor de poder estar en mi laboratorio en ese momento. Grandioso. 

ARD:  Vamos a recordar brevemente, antes de entrar a tu vida personal, ¿por qué Soberana? ¿Por qué se llamó así? 

BSR: Desde que la pandemia llegó a Cuba, BioCubaFarma hizo un llamado a todos los centros que tenían algo que aportar. Así que nos unimos y estábamos haciendo reuniones semanales y los científicos haciendo propuestas de proyectos de vacunas y muchas cosas caminando que se chequeaban una vez a la semana cuando nos reuníamos todos en el teatro del CIGB.

Fueron momentos muy bonitos. El 19 de mayo hay una reunión con el presidente Díaz-Canel en el teatro de Neurociencia con un grupo de los científicos que participábamos de estos chequeos semanales. Allí él hace un llamado. Nos dijo: “No tendremos la primera vacuna, pero tendremos la nuestra. Lo que hace falta es tener soberanía, porque probablemente Cuba esté, como muchos otros países, en la cola para recibir vacunas si es que la pudiéramos pagar”.

Yo creo que eso fue un punto de inflexión, no digo de partida porque ya estábamos trabajando proyectos de vacuna, pero sí fue un punto de inflexión que cambió la manera de verlo, cambió la velocidad, cambió la forma de enfocar los proyectos y el Finlay con el que ya había estábamos trabajando en el proyecto de hacer antígenos para la vacuna, reformuló lo que quería hacer.  De ahí salen estos tres proyectos de vacuna.

ARD: ¿Quién le puso el nombre Soberana? 

BSR:  La verdad es que, para ser sincera, no lo tengo del todo claro. Sí sé que fue en el Finlay, aunque no tengo claro si fue el profesor Vicente Vérez o fue la directora de clínica del Finlay pero nació del equipo Finlay y nació justamente por buscar soberanía y salió de esa reunión.

ARD: Vamos a hacer una pausa para empezar con tu vida y de cómo te convertiste en la científica que eres. 

Vamos a escuchar el testimonio de dos personas que son muy cercanas a Belinda, para acercarnos a esta esta muchacha, que me parece una eterna jovencita, a pesar de que tiene dos hijos ya que pasan la adolescencia y ella es Doctora en Ciencias. 

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Josefina Tréllez (Amiga): Es para mí un orgullo y una satisfacción enorme poder hablar y reconocer las tantísimas virtudes y valores que tiene Belinda. Coincidimos en nuestra etapa universitaria. Fuimos compañeras de curso. Estábamos en el mismo grupo. Igualmente, esto se convierte en una responsabilidad porque Belinda siempre ha hecho las cosas por sentimiento, por convicción, por humanidad, no precisamente buscando mérito ni buscando gloria y eso es lo que la convierte en una persona tan grande y tan virtuosa y que ha logrado tantas cosas en la vida que es importante poder reconocer en este programa.

Para ella, yo sé que va a ser muy difícil, pero es innegable que ha tenido un tremendísimo mérito y se merece que le reconozcan todo ese trabajo en el cual nosotros, como sus compañeros de la Universidad, yo particularmente me siento reflejada.

Coincidimos en millones de actividades, porque Belinda siempre estaba en todo, pero fundamentalmente en un grupo de amigos que estudiábamos en su casa con regularidad y a mí siempre me llamó mucho la atención y me dejó una huella imborrable la manera cariñosa en que su mamá se refería a su papá, como su “príncipe negro”. Era un ambiente muy cariñoso, de mucho afecto que te demuestra las condiciones en las que se ha desarrollado Belinda en su familia. 

Otra anécdota simpática es que en casa de Belinda y a través de su mamá o de las manos maravillosas de Pilar, conocimos la famosa mayonesa de papa que fue una receta ingeniosísima de la creatividad del cubano, no sé si fue idea de Pilar, pero bueno, la conocí a través de ella, que nos resolvía muchísimos problemas porque nos pasábamos muchísimos días, muchísimas horas, estudiando en su casa, en un momento difícil. Esas historias del príncipe negro y la mayonesa de papa son recuerdos muy simpáticos que yo tengo de ella en la etapa de la universidad. 

Pilar Ramírez (Madre de Belinda): Beli fue producto de un gran y apasionado amor. Fue una niña alegre, sonriente, contenta, conversadora, extrovertida y muy sensible, dotes que la han acompañando a lo largo de la vida. 

Beli me acompañó durante la misión que cumplí en Perú, donde se perpetró un ataque con bomba contra la embajada cubana, por parte de la contrarrevolución y donde su mamá, yo, resulté víctima. Beli fue marcada para la vida con ese incidente. Ella era una niña muy estudiosa. Muy aplicadita. Estudió siempre y siguió estudiando hasta llegar al final de su carrera con excelentes resultados y comenzó a trabajar en el polo científico de La Habana.

Como científica ha tenido resultados notables por los cuales ha sido reconocida y de los cuales nos sentimos muy orgullosos. Yo particularmente y sus niños. Cuando llegó el momento oportuno me regaló dos principitos. Abel y Camilo, a quienes trató inculcarle, desde pequeños, los mejores valores, en cuanto a que lo esencial es invisible a los ojos.

ARD: Linda mujer tu mamá. Hay dos cosas que quiero saber: el príncipe negro de tu mamá ¿por qué? Tu padre no está vivo. 

BSR: No. 

ARD:  Lo otro es que ella habla de un amor muy profundo y que Belinda nació de ese amor. Háblanos de tu papá y de tu mamá. Sé que tu madre ni siquiera es cubana de nacimiento pero se siente profundamente cubana. Ahí están ellos dos.

BSR: Ahí están. Bueno, mami es hija de republicanos, comunistas españoles que después de la guerra civil tuvieron que irse a Francia  y se fueron con todos sus hijos. Mami nace en Francia, después mi abuelo es expulsado de Francia y mami con once añitos se va con mis abuelos para Polonia donde los recibieron ya como país socialista y ahí mami creció, estudió, trabajó, y se hizo comunista, miembro del Partido Comunista Español. 

Ahí trabajó para Cuba como traductora de los compañeros de la embajada, hizo trabajos también en la embajada cubana en Berlín y la invitan a venir a Cuba que era el sueño que nunca pudo cumplir mi abuelo. Ella viene a Cuba por primera vez en el año 62, después vino otra vez y ya viene definitivamente en el año 67, un 13 de agosto justamente. Todo muy mágico. Empezó a trabajar en la Academia de Ciencias de Cuba, cuando Núñez Jiménez era el presidente y es ahí donde conoce a mi papá, mi papá nacido en Quivicán, un hombre bueno, de familia muy humilde, una familia muy grande de la que quedan ya muy poquitos, pocos primos.

ARD: ¿Su nombre? 

Dra. Belinda Sánchez Ramírez: ¿Mi papá? José Pascual, pero nadie lo conoce por José Pascual, realmente todo el mundo lo conoce por Renato, su nombre de trabajo, papi perteneció al Movimiento 26 de Julio y luchó en la clandestinidad.

Cuando triunfa la Revolución,  junto con otros compañeros, es de los fundadores de los Órganos de la Seguridad del Estado… un hombre enorme, la persona más honesta que yo he conocido en mi vida es mi padre. Ellos dos me enseñaron muchos valores, de ellos aprendí mucho. Ellos se conocen  justamente en el año 67, cuando mami viene a Cuba porque papi trabajó en la Academia y bueno ya...

Yo nazco en el año 70, ya pueden calcular que no soy una muchacha.. Y en el año 72 a mami le plantean una misión cuando a Núñez lo nombran embajador de Cuba en Perú. Papi por su trabajo no puede viajar, porque cumplía misiones internacionalistas en el Congo, andaba cada uno cumpliendo su misión de trabajo y bueno, el príncipe negro y Pili se separan por un tiempo. Vamos para Perú y es ahí donde, bueno, lo que mami cuenta…

ARD: ¿Qué tenías tú tres años?

BSR: Yo me fui con dos años para Perú y regresé con 7 y teniendo yo 4 años, mami, que trabajaba como secretaria de Núñez, un lunes 4 de febrero del 74 recibe en sus manos la valija diplomática, abre la valija diplomática y, dentro de la valija venía un libro con una carátula roja muy linda que cuando ella la abre era una bomba. Le explotó en sus manos y bueno... está viva de milagro.

ARD: Pero se le ve ahí tan bien que mucha gente puede dudar, Cuba la salvó, le salvó su brazo.

BSR: Cuba y los médicos peruanos, el Doctor Tello y el Doctor Álvarez Cambra, que viajó para allá enseguida y, los compañeros de la embajada corrieron con ella. Nada, nada, la vida tiene esas cosas... porque al explotarle una bomba en las manos, tuvo problemas, casi pierde el brazo, pero le pudieron salvar su bracito. 

ARD: Es de los muchos crímenes de Orlando Bosch… 

BSR: De Orlando Bosch, cuando se desclasificaron documentos se supo que había sido Orlando Bosch, uno de los criminales que estuvo involucrado en todo esto.

ARD: ¿Por qué ella dice que te marcó tanto?

BSR: Tengo recuerdos muy salteados, por ellos me doy cuenta de algo que conversaba contigo el otro día, por qué yo, a ver, fui antiimperialista muy pronto en la vida. Entonces yo con 5 años hablaba del imperialismo con una soberbia y es que estaba marcada porque le había pasado eso a mi mamá, lo viví en carne propia. Por mucho que los compañeros trataron incluso de alejarme la historia; yo de pronto no estaba con mi mamá en la casa. 

Yo tenía una mamitis enorme. Yo siempre quería estar al lado de mi mamá. Y por mucho tiempo no la tuve porque estaba hospitalizada. Cuando me llevaron al hospital, como que de eso tengo recuerdos. Bueno, la vida... Hubo que explicarme lo que había pasado y por tanto yo decía que eso me marcó.

Mi mamá vio cuando explotó el avión de Barbados y la reacción mía, con 6 añitos, ella no me llevó a la Plaza, yo lo vi por televisión y vi a Fidel hablando y mi reacción como niña era una reacción de una niña marcada… 

ARD: Claro.

BSR: Y entonces creo que lo que la vida me dejó fue haberlo entendido antes que otros…

ARD: Claro.

BSR: …Lo cual no me quitó haber sido una niña muy feliz y realmente crecí con mucho cariño alrededor, era muy juguetona y jugué hasta grande, yo digo estaba en la secundaria y seguía con mis cuquitas, mis muñecas, iba al campismo, fiestas, es decir, yo fui muy feliz, pero evidentemente la vida me enseñó lo que otros aprenden después. O algunos nunca aprenden, yo lo viví de cerca.

ARD: Yo escuchaba a Belinda cuando hablamos por primera vez de su historia personal y yo decía bueno, te veo y me parece que veo a la hija de Tania la Guerrillera y una hija de Reinier, el de “En silencio ha tenido que ser”, leyendas que uno se va creando, pero de cierto modo Renato es un hombre que tiene una trayectoria muy similar.

BSR: Sí, sí. 

ARD: Es una historia muy similar, ella se enamora de Cuba, se enamora de un hombre de piel negra, se enamora perdidamente y tiene una historia tan bonita como esta. Y entiendo todo eso, pero hay una anécdota que tú no puedes dejar de contar: cómo fue cuando fuiste a ver a tus parientes franceses.

BSR: Sí, toda mi familia por parte de madre vive en Toulouse en Francia. Cuando yo tenía 1 añito, mami me llevó y después cuando tenía  6 añitos ella fue a visitar a su mamá, a mis tíos, me llevaba y yo, estaba marcada evidentemente. Resulta que me gusta mucho el chocolate, soy enferma al chocolate como la mayoría de las personas ¿No? Entonces había algo que se llamaba yogurt de chocolate que era una especie de natilla muy rica y yo siempre estaba pidiendo comer aquello. Un amigo de mi tío se me acerca y dice “yo tú mejor me quedaba aquí porque ustedes en Cuba no tienen yogurt de chocolate, piénsalo”, ¿no quieres quedarte aquí con tus tíos?

Y la reacción mía con 6 añitos fue: “ustedes tienen yogurt de chocolate pero no tienen un Fidel, nosotros tenemos un Fidel”. Mi tío le hacía esa historia a todo el mundo porque bueno esa niñita tan chiquitica respondiendo eso... pero nada, era un sentimiento que ya lo tenía dentro, lo tengo, me quedó...

 

ARD: Y la vida te puso a Fidel en el camino varias veces, de eso vamos a hablar un poquito más adelante. Estudias bioquímica.

BSR: Sí.

ARD: Que es una carrera bien difícil. ¿Cómo? ¿Por qué? 

BSR: Me gustaron mucho las ciencias. Siempre.

ARD: ¿Tú no eras de letras? 

BSR: Yo no era de letras. Me gustaba mucho la ciencia. No estudié en la Lenin como nuestro amigo Omelio, pero me gustaban mucho las ciencias, la matemática me gustó mucho, pero sólo hasta que conocí la química y se me daba bien la biología. 

Yo, como que llegué y cursé el pre sin estar muy clara de qué era exactamente lo que quería estudiar, sólo sabía que me gustaba mucho el laboratorio, que la química me había fascinado -tuve un profesor de química muy bueno en la secundaria, y después en el pre mis profesores fueron muy buenos- pero andaba medio confundida entre medicina, bioquímica, matemática.

Entonces, una vecina que era bioquímica me habló de la bioquímica y me dijo que la bioquímica es entender la vida, es el cómo y el porqué de la vida y eso me gustó, me llamó la atención y fui a puertas abiertas y en el puertas abiertas que hacía la Facultad de Biología ahí nos hablaron de las carreras: la diferencia entre bioquímica, microbiología, biología, también las plantas no era lo que más me atraía la botánica, entonces bioquímica. Y desde que empezó la carrera…

ARD: No te decepcionó.

BSR: No. Esa era la carrera.

ARD: No fuiste a la Lenin, pero tuviste orientación vocacional, a veces eso ayuda muchísimo: una persona que uno admira, respeta y que es feliz con su especialidad.  Belinda, según supe leyendo cosas de entrevistas que tú has dado antes, tú haces tu tesis de pregrado para graduarte de la Universidad en el CIGB, sin embargo, eres desde los orígenes, como vimos aquí, fundadora del Centro de Inmunología Molecular ¿Por qué en el CIM  y no en el CIGB? 

BSR: A ver yo empecé, hice mi primer año de prácticas laborales, en el CENSA y en el segundo año me fui para el CIGB junto con un grupo de estudiantes. A mí me gustaban mucho las nociones que había tenido de genética que nos habían dado a principios de la carrera. La genética me llamaba la atención por lo que habíamos dado en Biología y allí yo encontré un espacio que me encantó, tuve tutores muy buenos en el CIGB  y haciendo prácticas laborales hasta muy tarde con ellos -en aquel momento recuerdo que en el CIGB había una guagua que salía a las 11 de la noche, con ellos trabajamos hasta las 11 de la noche o nos quedábamos a dormir allí.

Fue muy intenso y muy bonito el tiempo que estuve allí. Ahí iba a hacer mi tesis, pero estando en cuarto año de la carrera lo que ocurre es que veo por televisión a un científico que parecía un Einstein a lo cubano, despeinado hablando rápido, era una ametralladora…

ARD: Déjame adivinar: Agustín Lage.

BSR: Eso no es muy difícil de adivinar.

ARD: Felicidades Agustín Lage por científico y porque, además, hoy ha publicado un artículo excepcional, genial.

BSR: Entonces yo no lo había visto antes, pero a mí me fascinó lo que estaba diciendo él “…acabamos de fundar un centro, el Centro de Inmunología Molecular y vamos a trabajar enfocados en el cáncer” y ahí empezó a hablar de los anticuerpos monoclonales y de las vacunas y entonces yo me quedé así y digo ¡ay yo quiero trabajar con esa persona!

ARD: …Yo quiero trabajar con Einstein.

BSR: …Yo quiero trabajar con esa persona. Nos pasó lo mismo a muchos porque después Agustín iba a las universidades junto con Rolando Pérez que fue por muchos años Director de Investigaciones del CIM, profesor nuestro también, ellos iban a las universidades, iban también a la Cujae a buscar ingenieros, iban a la Universidad y entonces yo recuerdo que fueron allá a la Facultad de Biología y nos hablaron y yo es que me quedé encantada.

Entonces expliqué en el CIGB que yo, a pesar de la tremenda formación que además agradezco y tengo muy buenos compañeros allí y un agradecimiento a mis tutores de tesis también, pero bueno nada…me fui para el CIM.

ARD: Yo recuerdo que cuando se funda el CIM, donde hoy están tus oficinas, íbamos a hacer trabajos voluntarios por la UJC y ahí en los años 90 no había nada. Creo que había un organopónico o algo era más o menos. Es decir, ustedes construyeron, además.

BSR: Sí, sí allí había un platanar …

ARD: Empiezas tu vida en el CIM. Hablemos de esos horarios de consagración que ustedes sabían a qué hora entraban, pero no a qué hora regresaban y en ese período Belinda se hace Doctora, tiene 2 hijos, se casa, tiene un amor también, en fin, el mar.

BSR: Este año se cumplen 30 años de fundado el CIM y bueno, el CIM ha sido una escuela, eso te lo diría todo el que ha pasado por el CIM incluso aquellos que ya no están, que fueron a hacer vida en otros lugares o cambiaron de institución. 

El CIM es una escuela marcada por la cultura que sus líderes fundadores le impregnaron. Yo empecé a trabajar allí cuando el CIM se funda en el 94, pero en realidad el CIM fue CIM desde el año 91, que nació a partir de un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Oncología, donde se abrieron unos laboratorios, después que Fidel visita a Lage, a Rolando y a ese grupo inicial de Maruchi, Luis Enrique, Cristina, investigadores que estaban haciendo cosas maravillosas allí, y es cuando se da cuenta, y dice: “En este pedacito ustedes no van a poder hacer anticuerpos monoclonales para cubrir la demanda de los pacientes cubanos, hay que hacer algo más”.

Fidel soñaba siempre en grande. Y así es que nace esta institución, pero en realidad, desde el Oncológico, que fue donde yo empecé, lo primero que se hablaba era de seminarios de preparación, se exigía una autopreparación constante, seminarios donde cada uno de nosotros tenía que exponer, pero además de eso, era el reto más allá de lo que uno creía que uno podía hacer y además de eso, la palabra consagración marcaba todas la conversaciones, es decir, sabíamos que no podíamos llegar a ser un Centro realmente de ciencia, de punta, con tecnología de avanzada, donde hagamos lo que nos estamos proponiendo hacer, si nosotros no extremamos nuestras horas de consagración.

La consagración al trabajo en este caso no era solo el aprovechamiento de la jornada, eran también las horas que uno le dedica al laboratorio, porque lo sabemos los científicos. En el CIM prácticamente a todos los jóvenes se les abre la oportunidad de tener colaboraciones internacionales y cuando visitas institutos de punta en el mundo, ves que se trabaja muchas horas.

No hay horario para el científico y eso uno lo aprende, lo aprendí allí y fueron muchos años así de esa manera, pero uno aprende a organizar la vida. Yo creo que es verdad que no le dedicas todo el tiempo que a lo mejor otros pueden dedicarle a la familia, pero intentas hacer de eso parte de tu vida también y que la familia lo comprenda y forme parte.                                          

ARD: Sí, sí, pero te enamoraste, te casaste, tuviste dos hijos, no uno. En pleno período especial.

BSR: Mis hijos, sí, mis hijos son fruto de un amor muy bonito. No estamos casados en este momento, estuvimos juntos 22 años, conocido por todos como Juanca, también del MININT. Nos conocimos en el 70 cumpleaños de Fidel en una actividad muy linda que organizó la UJC en la que cada joven que iba a la actividad tenía que aprenderse un año de la vida de Fidel y bueno, allí nos conocimos y en el año 99 nació Abelito, mi primer hijo Abel.

ARD: Te propongo otra pausa para escuchar el testimonio de uno de tus hijos y compañeras de trabajo.

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Camilo Ramírez (Hijo menor): Como hijo menor suyo que soy, siempre estamos discutiendo, pero es nuestra manera de querernos y yo se lo digo aunque discutamos, siempre se lo digo, que me encanta la manera suya de ser. 

Mi mamá es muy sincera, muy transparente. Es de esas personas a las que se les nota en la cara cuando se sienten bien o cuando se sienten mal, lo que piensa. Yo que soy su hijo y los que vivimos con ella, y los que tenemos como digo yo el placer de que ella nos valore como sus mejores amigos o como su familia, sabemos cuánto ella sufre por muchas cosas que pasan y a pesar de ese sufrimiento y lo que le duele, es una razón para ella hacerse fuerte y regalarnos una sonrisa, una esperanza, porque así se crio creyendo y no se va a cansar nunca porque eso es lo que es para ella su vida, no tiene ningún objetivo material, no valora nada de eso. 

Desde niña se crio escuchando los discursos de Fidel, en su casa, con su padre, como revolucionario, su madre, así nació y así se crio. Esos son los valores que les ha transmitido a su familia. Mamá, quiero decirte que estoy muy orgullosos de ti y que eres increíble.

Dra. Tays Hernández García: Yo conozco a Belinda hace ya poco más de 20 años y creo que durante todo ese tiempo se ha fraguado una linda amistad, basada sobre todo en el afecto y el respeto mutuo. Desde hace ya un tiempo Belinda es además mi jefa en su calidad de directora de inmunología e inmunoterapia del Centro de Inmunología Molecular. 

Es una persona que se identifica plenamente con los problemas de los otros y siempre está dispuesta a ayudar y a resolver los problemas de los demás, pero también su transparencia, su sinceridad y una cosa que para mi es muy importante, su capacidad de dirigir desde la ejemplaridad, cosa que es muy importante y todo esto, por supuesto, le permite salir airosa en la retadora y super compleja tarea diaria que ella tiene de dirigir un colectivo de científicos.

Lic. Maylén Arencibia Lago: Beli es una persona que es de las que uno necesita como amistades, que necesitas tener como amigo y es a la que a uno nunca se arrepentiría de tenerlo dentro del círculo de las amistades.

Belinda es un referente y ha logrado poder transmitir lo que a ella en su momento le transmitieron otros predecesores de nosotros, como el profe Agustín y otros compañeros fundadores del CIM.

Yo en lo personal la admiro muchísimo por todas esas condiciones, todas esas cualidades humanas que tiene, por ser una persona tan consagrada al trabajo y darle la importancia tan real y tan profunda que tiene un trabajo y un centro como el que todos, trabajamos en esta gama de la investigación. Realmente es admirable.

ARD: Perdón por las emociones, que seguramente brotan ahora.

En este mismo lugar donde estas tú sentada, otro importante científico cubano me dijo que la Covid, pese a todo el drama que significó, fue una oportunidad para que por fin se destrabaran algunos compartimentos estancos en el mundo de la ciencia.

Ahora yo veo que ustedes parecen de un solo lugar y son de varios. ¿Crees también que gracias a la oportunidad que les dio la búsqueda de una vacuna por fin el polo funcionó como un polo?

BSR: Yo creo que no es que no haya funcionado la cohesión, de hecho, muchos productos que hoy tienen algunas instituciones son la combinación de productos que salen de otra, las tecnologías de uno las emplean otros. 

Yo creo que no es que no haya sido así otras veces, pero nunca habíamos trabajado tan cohesionados como trabajamos durante la pandemia. Y creo que de las cosas que se aprendió con la Covid, además de saber que somos capaces de hacer aquello que nos propongamos en cualquier circunstancia, también aprendimos que tenemos que trabajar más unidos que necesitamos unos de los otros, que la inteligencia está en la unidad de las instituciones. 

Cada institución tiene sus peculiaridades, primero por el foco de trabajo, por su actividad fundamental, por la tecnología que tienen montadas, por la experiencia que la gente va adquiriendo, por tanto, nada es mejor que unirnos todos para trabajar.

Cuando la pandemia, por ejemplo, en el Centro de Inmunología Molecular que hace vacunas para el cáncer, tuvimos algún compañero que propuso: ¿por qué no hacemos nosotros también una vacuna? ¿Para qué? Si tú tienes dos instituciones que ya han hecho vacunas para niños que son las instituciones que más experiencia tienen en eso, pues unámosnos y aportemos la parte que tenemos que es la tecnología, que es la experiencia en inmunología, que es montar técnica, que es producir moléculas y yo creo que eso se aprendió. 

Ojalá las enseñanzas de la Covid perduren. Yo espero eso, no estoy segura que la memoria Covid haya prendido como tiene que prender en todo, a nivel social, incluso en nosotros mismos. 

Hay muchas cosas que debimos haber aprendido y haber sostenido después de aprenderlas, pero bueno, estoy segura de que podemos trabajar en eso. Y la unión entre las instituciones es fundamental.

ARD: Ustedes son víctimas del robo de cerebros, de la emigración, me consta, tengo amigos cuyos hijos se han marchado y lo primero que le reconocen donde los contratan o los atraen es la calidad de la preparación. 

Esta  Mesa Redonda debió realizarse hace ya un mes o dos y la pospusimos porque me dijo estoy sufriendo mucho la partida de los muchachos que se nos están yendo. 

Hoy Agustín aborda ese tema en Cubadebate. Quería saber también ¿cómo están ustedes enfrentando ese problema del robo del cerebro, de la emigración de los jóvenes? 

BSR: A ver, este es un tema muy delicado para mí, muy difícil, muy duro porque lo estoy viviendo ahora mismo. Yo digo que somos capaces de hacer todo lo que nos propongamos, pero lo tenemos que hacer con personas, como digo que respeto la decisión de cada cual de vivir en cualquier lugar del planeta en el que desea vivir y sea feliz. 

Yo lo que digo es que Cuba, para continuar, tiene que tener cubanos. Nos hace falta que los jóvenes estén en Cuba, que encuentren sus esperanzas y su proyecto de vida en Cuba y que quieran hacer su vida en Cuba y aportar en Cuba, porque sin los jóvenes no podemos avanzar.

Entonces tengo esa gran preocupación, la gran preocupación de que, bueno, tenemos que resistir este momento, atravesarlo. Siempre vamos a ver aquí a gente convencida de que este es el lugar donde tenemos que echar el resto y siempre habrá jóvenes con nosotros, pero estamos perdiendo muchos. Yo en el año 2023 tuve que decirle adiós a gente preparada, gente buena que además quiero y seguiré queriendo, que decidieron otros caminos y este año continuamos con otros.

Tenemos que seguir haciendo ciencia, tenemos que seguir trabajando en todos los frentes de la economía del país, pero tenemos que llamarnos a capítulo. El gobierno está tratando de buscar soluciones, es difícil con el bloqueo que arrecia, pero hay que buscar soluciones muy rápidas, no creo que tengamos todo el tiempo del mundo, y tenemos que buscar qué vamos a hacer con el capital humano, porque sin el capital humano no hay nada. Hay que defender que esos jóvenes encuentren aquí la luz de su vida y entonces, nada, Arleen, tenemos que buscar nuevas formas de hacer.

Y en ciencia, yo creo que es obligado para cualquier científico cubano leer el artículo que Agustín hoy publicó en Cubadebate, muy interesante. Bueno todos podemos no estar de acuerdo con todo, pero yo creo que por ahí van las ideas, y yo creo que tenemos que aprender también en las instituciones a definir bien cómo invertir. 

Tenemos que quitar trabas al funcionamiento de las empresas estatales. Yo hablo por las empresas biotecnológicas que es lo que conozco. Hay trabas, hay cosas que son ya absurdas en estos momentos, que nos impiden a veces tener más recursos técnicos, no solo es el recurso del insumo, sino a veces la tecnología implementada en los laboratorios para que esos muchachos puedan realizar también sus sueños como científicos. A veces somos muy lentos en tomar decisiones, entonces yo creo que tenemos que reformularnos. 

ARD: Estar a la altura de la ciencia que ustedes practican.

Una pausa, vamos a un álbum, su foto en la prensa (De fondo “Canción de las sillas” de Silvio Rodríguez). 

***

Y si hay alguien que tuvo sillas en el camino para parar esa es Belinda. Vivir durante años prácticamente toda la familia en un cuarto literalmente en las peores condiciones y enfrentarlo todo con esa sonrisa que es inseparable de ella. No, no, no es una mujer premiada por la abundancia en ningún sentido, salvo en la inteligencia.

Muy brevemente porque se me acaba el tiempo, a mí siempre se me va volando y no me doy cuenta, pero te veía con Fidel varias veces. Tú que tuviste la oportunidad de encontrártelo muchas veces. Cuéntame un poquito ¿se metió con tu cabello rizo?

BSR: Se metió con mi cabello, porque si eso es natural porque yo veo que todas las mujeres andan con el pelo rizado, sí. 

La primera vez que vi a Fidel, yo estaba, estábamos en cuarto año y estábamos una semana en el campo trabajando. Ya era el día de la partida prácticamente, nos íbamos al otro día por la mañana, casi todo el mundo se había ido, pero yo estaba al frente del campamento, entonces me quedé ahí con un grupo de amigos y los profesores. Estábamos conversando y de pronto llega alguien vestido de verde, a correr que el Comandante esta ahí.

ARD: ¿Es esta foto?

BSR: Sí, es esa foto. Y me quedé muda cuando lo vi porque esa personalidad impactante, inmensa…ahí le explicamos cómo había sido la producción, qué habíamos hecho. Y me decía:

-¿Pero tú eras jefa de campamento y trabajabas?

-Claro Comandante, todos los días con una brigada diferente.

Y me cogió las manos, yo creo que con la idea de bueno... vamos a revisar el trabajo que ella realizó. 

Ya después volvimos a ver a Fidel en el CIM, con la inauguración del CIM.  

Ese día él, en el discurso inaugural, habló de los anticuerpos monocolonales. Fidel hablaba porque sabía escuchar, escuchaba, él escuchaba a la gente y tenía una sensibilidad enorme para llegar a todos y él en su discurso habló de los anticuerpos monoclonales y todo. Ya después lo volvimos a ver porque fue al CIM, nos visitó, estábamos un día un Consejo de Dirección, ahí se apareció

ARD: ¿Tú eras la secretaria de la juventud? 

BSR: Yo era la secretaria general tuve una vida política activa.

ARD: Mira, antes de despedirnos, los testimonios de esos amigos tremendos que te han nacido en estos tiempos de búsqueda de cura contra la Covid y la creación de las vacunas, porque me dicen que ya son inseparables ¿No? 

BSR: Sí. 

ARD: Vamos a ver.

***

Dra. Dagmar García Rivero: Sin duda Belinda fue artífice de la integración entre el Instituto Finlay de Vacunas y el Centro de Inmunología Molecular, durante los años de desarrollo de las vacunas Soberanas. 

En lo personal, Belinda es una hermana que me llegó de grande. Compartimos valores, principios y motivaciones por defender la ciencia cubana y por defender la patria por encima de todas las dificultades que enfrentamos.

Yo creo que en ella se resumen los mejores valores de un ser humano y si pudiéramos definir a Belinda con dos palabras yo creo que las palabras que más se ajustan a ella son Revolución y Fidelidad.

Dr. Vicente Verez Bencomo: Su sistema de valores es un sistema de principios importantes; y por lo tanto el trabajo con ella y ella conduciendo una parte importante de todo lo que hicimos con toda la parte inmunológica de la vacuna, fue realmente muy fácil hacerlo y fue un tremendo placer hacerlo con ella.

Esa conexión que tuvimos durante el desarrollo de las vacunas contra la Covid es algo que nos ha marcado a todos para la vida. Belinda sigue siendo en este momento una tremenda amiga. 

Belinda lo mismo se motiva con los programas que estamos haciendo con las orquídeas de Naturaleza Secreta, que con el resto de las cosas que hacemos juntos, con su tremenda pasión por la cura del cáncer, las vacunas de cáncer. 

Dr. Yuri Valdés Balbín: Yo creo que hay tres características que la distinguen a , al menos el tema personal que a mí me ha impactado. En primer lugar la sensibilidad, o sea, es una persona extremadamente sensible. Sensible a los problemas de los otros, o sea, puede estar en una situación personal, incluso delicada muchas veces, y tiene la capacidad de escucharlo a uno, de ayudarlo. Es una gran amiga, o sea, es una persona yo creo que extremadamente sensible.

La otra característica que me impresiona mucho es que es una gente muy apasionada. Yo creo que en ella hay un valor patriótico extraordinario, una persona que siente por Cuba, o sea, si uno combina la sensibilidad con la pasión, con la patria, realmente cuando se habla Cuba, cuando se habla de un cubano, cuando se habla de cualquier manifestación artística, deportiva, literaria, de cualquiera manifestación artística con respecto a Cuba, ella derrocha un sentimiento diferente y uno es capaz de darse cuenta, que por su patria es capaz de hacer cualquier cosa, incluso dar hasta su propia vida.

Pilar Ramírez (Madre): Beli es muy sencilla, transparente, limpia, espontánea, fuerte y apasionada. Defiende con valor sus principios y emite criterios en defensa de su verdad siempre en favor y para beneficio de la de la Revolución y de Fidel. Como madre, ejemplar y como hija igual, siempre está preocupada por su familia que aunque numéricamente pequeña, ofrece mucho amor.

Estamos muy orgullosos de ti Beli por los resultados que has tenido en la ciencia gracias a tu tenacidad y a tu constancia; y además por ser como eres, por tus valores porque realmente eres una persona muy especial, no solo para nosotros la familia, sino para cuantas personas te rodean y te conocen profundamente. Muchas gracias. 

ARD: Y ella nos da las gracias… yo le doy las gracias a Pili que tuvo una hija tan bonita. 

Mira lo que me acaba de escribir Yuri, profesor de derecho queridísimo. Dile a Belinda que es un privilegio para este pueblo tenerla como científica, como mujer y sobre todas las cosas, como excelente ser humano. La queremos mucho. 

Bueno yo creo que eso es lo que hubiera escrito cualquiera de ellos. Gracias Belinda por todas estas lecciones.

Cuando llegué a su oficina estaba llena de jóvenes, ojalá por lo menos la mayoría se queden, porque eso tiene este país también, que por más que nos roban, siempre llegan muchachos para hacer la maravilla, como lo han hecho ustedes. Lo mejor para ti.

BSR: Muchas gracias. 

ARD: Y quería pedirte si puedo ser tu amiga porque ya me doy cuenta que ser tu amiga es un verdadero privilegio. 

Antes de irnos, por ahí nos ayudó el colega Omelio Borroto a encontrar quién fue que puso Soberana a las vacunas del Finlay.

BSR: Fue la hija de Maybe, la directora clínica de Finlay.

ARD: Ya, bueno pues muchísimas gracias. Nos estamos despidiendo. Y, ¿por qué escogiste La historia de las sillas como tema de tu álbum?

BSR: Bueno, tengo muchas canciones de Silvio que son mis favoritas, pero esa es la más favorita, es que la vida es eso. La vida es eso. 

ARD: La vida es eso. Bueno, gracias, que encuentres muy pronto el amor porque también hace falta ¿No? Y yo sé que tú eres una mujer apasionada, que ama muchísimo, así que está por llegar, te lo pronostico. 

A ustedes muchísimas gracias. Nos despedimos con el mayor cariño. Con la felicitación más grande para todas las científicas y los científicos. 

Que la entrevista con Belinda sea el homenaje que merecen todos los de su altura profesional y humana, con esto nos despedimos. 

Gracias, Belinda. Yo puedo decir también que te queremos. Y que me encantaría ser tu amiga.

Hasta un próximo encuentro en la Mesa Redonda.

Gracias. Felicidades.   

(Transcripción: Yanet Muñoz , Yusleidys Seuret, Geidy Acosta  / IDEAS Multimedios)

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