Lidia Sol Michel - Rebelión.- Cubanos y españoles solidarios homenajearon a José Martí en el aniversario de su natalicio. Junto a su estatua en el Paseo de la Habana, en Madrid recordaron la trascendencia de su hacer, y de su pensamiento, relevante entonces y ahora.
A sanar cuerpo y alma vino desterrado a España el joven José Julián Martí y Pérez en enero de 1871. Traía todo el dolor de su presidio político para descargarlo con crudeza en la primera obra que aportó a la prensa. A sus 18 años lo desbordan las penas que arrastra: “La pluma escribe con sangre al escribir lo que yo vi; pero la verdad sangrienta es también verdad”. El hijo de españoles denuncia. También estudia en la Universidad de Zaragoza hasta titularse de Licenciado en Derecho Civil y Canónico.
Después sigue su derrotero de poeta, periodista, escritor, político y revolucionario consagrado a las urgencias de una época destinada al enfrentamiento. Martí lo asume con ímpetu necesario. Al generalísimo Máximo Gómez le escribe: “Vd. verá, cómo, a guerra rápida y amor, encendemos el país”. Así fue hasta la primera independencia- ávidamente arrebatada por Estados Unidos- que no vio pero dejó su legado patriótico para todos los tiempos.
Los cubanos volvemos a José Martí al proclamar las razones de nuestras gestas. Su pensamiento transciende a través de su obra que es parte y nutriente indispensable de los sentimientos, de la conciencia con que vivimos la identidad cubana.
Recientemente quedó constituida la Federación de Asociaciones de Cubanos Residentes en España “José Martí” con el deseo de promover y defender desde sus orígenes lo que por derecho Cuba ha logrado. Hasta esta actualidad tan compleja y rebelde como lo ha sido siempre, llegan las universales palabras martianas exponiendo su visión contemporánea al echar suerte con los pobres de la tierra.
La federación acoge a asociaciones de cubanos que desean profundizar en los nexos con la patria, queriéndola a la altura del Martí que nos rebela su discurso “Con Todos y Para el Bien de Todos”. En el Liceo Cubano en Tampa, como si lo hiciera para estos días, dijo en 1891: “Levántese por sobre todas las cosas esta tierna consideración, este viril tributo de cada cubano a otro. Ni misterios, ni calumnias, ni tesón en desacreditar, ni largas y astutas preparaciones para el día funesto de la ambición”.
Las generaciones de cubanos que han buscado en el pensamiento de José Martí recalan en tierra fértil, retoman fuerza y vuelven a levantarse allí donde estén. En Madrid, en la Travesía de San Mateo número 12, estuvo la imprenta donde publicó en febrero de 1873 su folleto “La República Española ante la Revolución Cubana”. Conserva hoy toda su validez cuanto Martí proclamó entonces:
“Cuba reclama la independencia a que tiene derecho por la vida propia que sabe que posee, por la enérgica constancia de sus hijos, por la riqueza de su territorio, por la natural independencia de éste, y, más que por todo, y esta razón está sobre todas las razones, porque así es la voluntad firme y unánime del pueblo cubano”.
